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Martes, 23 de septiembre 2014, 12:17
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Dale Decker tiene una historia personal diferente. Durante los últimos dos años, Dale Decker ha sufrido 100 orgasmos al día pero, según explica no ha disfrutado de ninguno de ellos.Más bien todo lo contrario: Su vida es un infierno. Este hombre de 37 años sufre el síndrome de excitación genital persistente desde hace dos años. Concretamente, y según publica 'DailyMail', en septiembre de 2012 se cayó de una silla y se le desplazó una vértebra. De camino al hospital, los grandes dolores que sufría no evitaron que tuviera cinco orgasmos. Decker, de Wisconsin, sufrió un trauma de los nervios pélvicos que le provoca la hipersensilibilidad, una situación que ha descrito como "repugnante y horrible" porque le obliga a vivir enclaustrado, sin poder salir de casa por miedo a tener un orgasmo en público.
El rotativo recoge las palabras de Dale Decker: "Imagine que usted está de rodillas en el funeral de su padre junto a su ataúd y, mientras se despide de él, tiene un orgasmo mientras está toda la familia presente". El hombre asegura que ya ha vivido situaciones diíciles de afrontar: "Me pasó en el supermercado y cuando terminó había unas 150 personas mirándome. ¿Por qué iba a salir de la casa cuando me pued evolver a pasar algo así?"
Decker vive Wisconsin, con su esposa. Tienen dos hijos. Para su mujer, la situación tampoco es sencilla. De hecho, como los episodios también se producen de noche, tomaron la decisión de dormir en camas separadas.
El síndrome que padece también le ha distanciado de sus hijos ya no puede jugar con ellos y no les puede explicar lo que le ocurre porque es muy complejo.
El doctor David Goldmeier, experto en medicina sexual en el Imperial College de Londres, explica que "el trastorno de la excitación genital persistente es una condición, donde el paciente se queja de largos períodos de excitación genital que no están asociados con el deseo sexual. Esta excitación puede durar horas, días o incluso más tiempo. Esto puede ser muy doloroso para una mujer y pese a los intentos de aliviar la situación con la actividad sexual o el orgasmo, a menudo esto no ayuda y puede empeorar los síntomas".
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