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Jordi Mollá da cuenta de un suculento bocata de chorizo zamorano en su exposición en Volubilis, Marbella.
Jordi Mollá, alérgico al compromiso

Jordi Mollá, alérgico al compromiso

El actor ironiza sobre las razones de su soltería; acaba de estar en Marbella para su exposición pictórica

rosa villacastín

Viernes, 25 de julio 2014, 01:37

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Es guapo, buen actor, habla 5 idiomas, tiene los ojos de un color verde esmeralda que quitan el sentido, el cuerpo bien modelado, la sonrisa a punto, pero... es alérgico al compromiso sentimental. Un fenómeno en auge. Lo es y no lo oculta, aunque le cueste reconocerlo públicamente y utilice argumentos como que si no se ha casado todavía no es por su culpa o porque no haya encontrado mujeres de las que se ha enamorado profundamente, simplemente porque no tiene tiempo para ir a cenar con su familia todas las noches.

Un impedimento de peso como ustedes comprenderán, pero que Jordi Mollá utiliza con cierta ironía cuando no quiere dar más razones del porqué de su soltería. Siendo como es un actor de larga trayectoria profesional, reconocido en España pero sobre todo en la meca del cine, Hollywood, que es donde más le solicitan y lo que le ha impedido sufrir la crisis del sector con la intensidad que la sufre el mundo del espectáculo en nuestro país. Prueba de ello es que tiene en cartel y a punto de estrenar, dos películas. La primera, titulada Term life y la segunda Latin Lover, en la que comparte cartel con Candela Peña y Marisa Paredes.

En Marbella ha estado presentando su nueva exposición de pinturas en Volúbilis, una casa-palacio situada frente al Marbella Club, reconvertida en tienda de antigüedades y sala de exposiciones con unos jardines de ensueño, propiedad de José Luis Rodríguez. Un vallisoletano enamorado de la Costa del Sol y de sus gentes, para quien el arte lo es todo en la vida. Amigo personal del actor catalán y admirador de su pintura, este es el segundo año consecutivo que el actor ha venido a Marbella para vender sus obras, con gran éxito por cierto. El amor por la pintura lo descubrió Jordi hace 20 años, y lo utilizó como la mejor manera para matar el tiempo muerto entre rodajes. En sus inicios utilizaba tinta china y rotuladores de colores con los que plasmar la luz, el color, la naturaleza de lugares como California, tan parecida a Marbella o a Italia, un país que le enloquece y donde se escapa siempre que el trabajo le deja unos días libres. De Marbella, Mollá se marchó ayer a Palma de Mallorca.

Amigo íntimo de Johnny Depp es sincero cuando dice que le tratan mejor y trabaja más en América que en su propio país. Algo que le preocupa pero relativamente poco ya que lo que quiere como cualquier actor que se precie, es trabajar en lo que le gusta, bien haciendo de narcotraficante o interpretando al típico latino que con solo una mirada de las suyas (mira de abajo arriba) se lleva a la chica de su contrincante. Más o menos como en la vida real, porque hay que ver cómo revoloteaban a su alrededor algunas de las que visitaron su exposición. Tanto que al hombre no le quedó más remedio que comerse un bocata del mejor chorizo zamorano para paliar la ansiedad que le provoca tanta mirada seductora.

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