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LA CRÍTICA

Y LLEGÓ EL CINE DE AUTOR

Verano 1993 **** Redemoinho ***

FRANCISCO GRIÑÁN

Jueves, 23 de marzo 2017, 01:03

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Otra jornada (casi) monográfica. Las películas de autor se apoderaron ayer de la sección oficial con dos cintas primerizas, la española 'Verano 1993' y la brasileña 'Redemoinho' (Remolino), que vinieron a elevar la calidad y la cinefilia para felicidad de público y crítica. Dos cintas que sorprendieron. Aunque la primera de ellas, dirigida por la debutante catalana Carla Simón, era esperada y de esperar, ya que llegaba después de triunfar en la Berlinale, donde recogió dos premios (entre ellos, el de mejor ópera prima). Emoción es lo que pone la directora en su primer largometraje, que parte de una historia autobiográfica: una niña que se queda huérfana. Simón, que dedica la película a su madre, nos relata una historia llena de vida sobre una pequeña que se va a vivir con sus tíos y su prima, mientras intenta asumir que no volverá a ver a su mamá. Un viaje en el que la acompañamos ya que todo el relato está narrado con inteligencia y sensibilidad a través de los ojos de la niña, sus anhelos, sus deseos y sus preguntas. Con un estilo muy personal, ese 'Verano 1993' va revelándose como un filme delicado e íntimo que consigue convertir el drama de la pequeña protagonista en un aprendizaje compartido por todos los que la acompañamos. Sin más efectismo que la propia historia y sus cuatro protagonistas. Una bellísima, tierna y conmovedora película. De esas que arrancan de lo pequeño para hacerse grandes. Como esas infantes protagonistas, Frida (Laia Artigas) y Anna (Paula Robles), que se hacen enormes en pantalla con naturalidad casi documental. Mención también para la actriz Bruna Cusí, que da vida a la madre adoptiva. Un filme que, como el pasado lunes planteaba 'No sé decir adiós', retrata la aceptación de la muerte y que, como aquella cinta, es ya otra de las favoritas a una de las Biznagas de Oro. Y es que esta edición, los kilates del gran premio del festival tendrán dos ganadores: uno español y otro iberoamericano. Más salomónico que justo.

Y de las más firmes a llevarse esa nueva Biznaga de Oro latina es la brasileña 'Redemoinho' (Remolino), que lleva la firma de otro debutante: Jose Luiz Villamarim. El cineasta adapta la novela 'Infierno provisional vol.2' para contarnos una historia sobre la amistad con el encuentro de dos viejos colegas: Gildo, que ha vuelto de São Paulo al pueblo, y Luizmar, que se quedó y trabaja en la fabrica local. El supuesto triunfador frente al presunto fracasado, cuyo encuentro se convertirá en un remolino que despierta no solo la camaradería, sino también las cuentas pendientes del pasado. Más allá del cine de favelas, este filme retrata la clase media brasileña, sus dificultades para vivir y la presencia del machismo -un tema muy presente en esta edición-. Pero sobre todo, Villamarim nos cuenta una historia llena de humanidad que, por momentos parece dar vueltas sobre sí misma, pero que nos arrastra como ese tren que parte en dos el pueblo y que cada día irrumpe, detiene y transforma la vida de los lugareños. Una arriesgada y exigente cinta que nos revela la aparición de un cineasta capaz de convertir una historia en poesía visual.

Fuera de concurso, la sección oficial también acogió 'Gilda', un 'biopic' musical sobre la cantante argentina Miriam Alejandra Bianchi. Entretenida cinta filmada con corrección por Lorena Muñoz, que no oculta que es un tributo complaciente -a un paso de la hagiografía- de una mujer que supo enfrentarse al mundo.

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