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Antonio Javier López
Martes, 21 de marzo 2017, 00:42
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Hace un par de siglos cundió una costumbre entre las familias adineradas de Europa: la formación de sus herederos debía completarse con un viaje de varios meses por distintos países del continente con la idea de recabar una visión del mundo más amplia y versátil. Era el Gran tour. George Edward Bonsor parecía cumplir con ese espíritu cosmopolita desde la cuna. Nacido en Francia, con nacionalidad británica y residente en España. Hasta aquí llegaría, como tantos viajeros románticos, en busca de mitos ibéricos como Carmen y los bandoleros. Su vocación pictórica le llevó a firmar varias pinturas sobre la Semana Santa de Sevilla, pero en su camino se cruzó otra pasión: los vestigios del pasado. Y se convirtió, a la postre, en una figura esencial para comprender los primeros pasos de la arqueología en su camino para convertirse en una ciencia.
A medio día de distancia desde Salvador de Bahía se encuentra la isla de Boipeba, en un recodo de la fachada atlántica de Brasil. Hasta allí se desplazó Daniel de la Calle, licenciado en Comunicación Audiovisual en la Universidad de Málaga, para rodar Ilha, su primer largometraje documental, que ayer se proyectó en los pases especiales del festival. Así, Ilha adopta el ritmo contemplativo, parsimonioso, de los habitantes de esta isla para relatar su día a día entre las labores de pesca, la música y la exuberante belleza de su entorno natural.
Ilha y El gran tour de Jorge Bonsor ofrecían la nota malagueña en la sección de documentales de la jornada, que también incluía entre los pases especiales la presentación de Sara Baras. Voces, a cargo de Pepe Andreu y Rafa Moles. De forma paralela, en la sección oficial de largometrajes documentales comparecía La Chana, dirigida por Lucija Stojevic y articulada en torno a la figura de esta bailaora «una de las más grandes estrellas del mundo del flamenco», como destacan los responsables de la cinta sobre la intérprete que rompió moldes en el flamenco y cuyo eco llegó hasta Hollywood. Aunque ella nunca fue.
Es la sugerente travesía trazada por El gran tour de Jorge Bonsor, el enjundioso documental dirigido por Antonio Lobo y promovido por la malagueña MLK Producciones. La cinta se estrenaba ayer entre los pases especiales en la sección de documentales y brindaba una de las más gratas sorpresas de este apartado en lo que va de certamen. Así, MLK regresa al festival con un nuevo proyecto sobre otro pionero de la arqueología moderna en Andalucía. Si hace cinco años presentaba El Tartessos de Schulten, en torno a la figura de Adolf Schulten, ahora vuelca la mirada en la labor quizá menos aventurera pero más científica de Bonsor.
Porque la mano de Bonsor está detrás del descubrimiento y estudio de la necrópolis romana de Carmona, de la resurrección de las imponentes ruinas de Baelo Claudia y de la recuperación del castillo de Mairena del Alcor. «Bonsor es quizá el pionero de todo lo que ahora mismo se hace en conservación de patrimonio. Es el primero que fotografía los yacimientos, que dibuja la planimetría de las excavaciones. No sólo contamos quién era sino que vemos que arqueólogos de ahora siguen trabajando sobre modelos que él propuso en Carmona y Baelo Claudia», ofrece el productor José Antonio Hergueta.
Desde el presente
Un puente entre el siglo XIX y el XXI que plasma en imágenes El gran tour de Jorge Bonsor y sobre el que también se detiene Hergueta: «Hay muchos parecidos entre esa época y la actual. Las maneras de componer la compresión de mundo, ya que cuando hay problemas sociales se buscan ilusiones en civilizaciones perdidas. Ahí están de nuevo en los medios de comunicación los proyectos de búsqueda de la Atlántida, por ejemplo. Esa capacidad de hacer soñar es la que consiguen los investigadores con sus trabajos y es la que también buscaba Bonsor en sus excavaciones».
Ese carácter pionero de Bonsor surge no sólo en su metodología sobre el terreno y en su afán por la conservación del patrimonio, también aparece en su preocupación por abrir los hallazgos a la mirada de todos. Al fin y al cabo, la necrópolis romana de Carmona ya estaba abierta al público allá por 1885, tal y como detalla el documental proyectado ayer en el Teatro Echegaray.
«La intención apostilla Hergueta es contar la historia de Bonsor desde lo que pasa en el presente. Es muy difícil juzgar el pasado desde la perspectiva del presente, no obstante. Hay que ponerse en el contexto del siglo XIX y Bonsor no fue ajeno a actuaciones cercanas a lo que hoy consideramos expolio, pero tampoco hay que olvidar que fue el impulsor de la primera Ley de Patrimonio aprobada en España en 1911».
Luces que acaban predominando sobre las sombras en el perfil trazado por El gran tour de Jorge Bonsor, que tal y como adelanta su productor inicia en Málaga un periplo por otros festivales y que, como en el caso de El Tartessos de Schulten, llegará a las pantallas de Canal Sur, como anuncia Hergueta: «Estos documentales tienen un circuito muy bonito, porque hay muchos museos que los piden y además cuentan con un público muy fiel y hambriento de estas historias». El nuevo plato de MLK ya está servido.
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