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De resacas nocturnas y madrugones

De resacas nocturnas y madrugones

El Museo Ruso se puso de tiros largos para la fiesta de inauguración… aunque algunos a las 8 de la mañana ya estaban en pie, como Mario Casas

Ester Requena

Sábado, 18 de marzo 2017, 15:15

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Este año el Festival de Málaga se abría, aún más, al cine iberoamericano. Pero el toque ruso también ha llegado fuerte. Y no precisamente por películas. El Museo Ruso era el elegido esta edición para la fiesta de inauguración del certamen, esa a la que toda Málaga quiere ir a codearse con los famosos y sacarse una decena de selfies con ellos o con los concejales. Que de todo se ve estos días. Por allí se dejaron caer casi todos los invitados del festival, como si de otra alfombra roja se tratase (aunque los tonos elegidos para la ambientación eran el azul y el rosa) pero lo mismo iban en vaqueros como Cuca Escribano o pantalones de cuero como Manuela Vellés (eso sí manteniendo la chapa y pintura de los tiros largos), que Marta Larralde y Roko con sus modelazos de alta costura. Todo cabe en las noches del festival. Y más en Málaga.

Por eso se dejó abiertas las exposiciones sobre la dinastía Romanov y Kandinsky para los invitados, que pasearon por sus salas y, por supuesto, se hicieron fotos de todo tipo. Eso sí, allí nada de copas ni las patatas bravas del cátering, que había que dejarlas antes de ponerse delante de los cuadros. Un cuarteto de cuerda amenizaba la noche con piezas como La vie en Rose mientras Álex de la Iglesia engordaba con los piropos sobre su peli y Carolina Bang en vaqueros daba buena cuenta de lo rápido que ha recuperado su figura tras ser madre. También charlaban tranquilamente Inamol Arias, Julio Medem o Jorge Drexler de lo humano y divino. ¿Saldrá de aquí una colaboración?

Por supuesto, no faltó Mario Casas, más repuestito por exigencias de su nuevo guión. Y aguantó bastante pese a que esta mañana a las 8 le sonaba el despertador. Una hora más tarde abandonaba el hotel, gafas de sol en ristre. Así que, chicas, lo siento, pero este sábado ya no desfila por la alfombra.

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