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Guillem Motos, Llàtzer García y Josep Pi, antes del estreno.
Entre la huida y la muerte

Entre la huida y la muerte

El dramaturgo Llàtzer García dirige la adaptación al cine de su propia obra, una historia que enfrenta a dos hermanos en el duelo de su padre

fernando morgado

Viernes, 29 de abril 2016, 12:56

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Zonazine cerró la persiana justo cuando uno empezaba ya a encontrarse como en casa entre las butacas de la sala 3 del cine Albéniz. En el sexto pase de prensa de la sección estaba presente el jurado en su totalidad el productor Aritz Cirbián, la actriz Nuria Gago y el director Rodrigo Sorogoyen, que tiene hasta el sábado para ordenar sus ideas y elegir un ganador. Tal vez con la última proyección se aclarasen algo las cosas.

Ha sido esta edición de Zonazine respetuosa con la pluralidad lingüística del país, tanto que hasta ha incluido una película muda como El perdido. Tras escuchar hablar gallego el martes pasado en Kauflanders, ayer era el turno del catalán con La pols (Cenizas). La cinta es la adaptación al largometraje de la obra del mismo nombre de Llàtzer García, que ha disfrutado de cierto éxito a pesar de nacer como una producción de teatro off. Quién mejor que el propio García para llevar su texto a la pantalla con los mismo actores que comenzaron a representarlo en la sala Flyhard de Barcelona.

En La pols no hay respiro, y en eso se nota su origen teatral. Aunque todo es un poco más sosegado, según García la película conserva el tono de la obra original. La trama enfrenta a dos hermanos Ruth y Jacob en tres días en los que su padre muere, es velado y enterrado. Las similitudes bíblicas son evidentes y se hacen más obvias aún a través de los propios personajes, que mencionan a Joseph Steinbeck y su obra Al este del Edén principal referente del director en los diálogos.

Jacob y Ruth se reparten el peso de La pols: mientras que el primero interpretado con brillantez por Guillem Motos, se destapa como un sociópata en los minutos iniciales, Ruth (Laura López), acapara el final de la cinta con un monólogo soberbio en el que vuelve a quedar de manifiesto que la historia viene de las tablas.

Los hermanos no solo están enfrentados entre ellos, pues también luchan contra sus propios demonios. Su manera de afrontar la muerte de su padre es irreconciliable: Ruth coge el toro por los cuernos y Jacob se rebela contra todos mientras trata de conquistar a la novia de su hermano Abel otro nombre del Antiguo Testamento. Guillem Motos compartió sus impresiones en la rueda de prensa tras ver por primera vez el montaje completo. «Creo que son personajes que están solos y abandonados. Han crecido sin amor y ese episodio les obliga a enfrentarse a su historia», comentó el actor.

La única que pone algo de luz en el drama familiar es Alba, la novia de Abel, interpretada por Marta Aran. Su personaje es, según Llàtzer García «la nota de esperanza, la más limpia y pura de todos». Alba, con su inevitable atracción por Jacob, se muestra a la vez como el personaje más misterioso, ese que permite a cada espectador imaginar un trasfondo.

La música, a cargo de Ramón Rodríguez (The New Raemon, Madee), y un final luminoso alivian el ambiente oscuro en el que se desarrolla casi toda la película, limitada en cuanto a escenarios apenas tiene secuencias en exteriores. La pols deja al público con muchas preguntas sobre unos personajes complejos hasta el extermo, pero lo que queda claro cuando aparecen los créditos es que es una seria candidata a la Biznaga de Zonazine.

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