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Los niños han disfrutado de la feria
Cortijo de Torres apaga las luces tras una intensa semana

Cortijo de Torres apaga las luces tras una intensa semana

El sábado se cerró con uno de los días de mayor afluencia de público

Iván Gelibter

Domingo, 23 de agosto 2015, 00:33

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Y se acabó. Una semana más tarde de que las luces del portón de Hotel Miramar se encendieran para inaugurar el real del Cortijo de Torres, la Feria de Málaga 2015 concluyó como lo hacen todas y cada una de ellas en los últimos años: con público en las calles, convertidas en el escenario de las diferentes tipologías de feriantes que acuden a este espacio.

Los jóvenes han acaparado parte del protagonismo de este año, reunidos frente al botellón de la explanada norte. También ha habido familias con hijos en las atracciones; casetas familiares con espectáculos de flamenco y copla; y por supuesto los caballistas con sus enganches y sus trajes tradicionales, que han elegido las mañanas y las tardes para lucirse en el real del Cortijo de Torres.

El gran cambio de este año, sin duda alguna, ha sido todo lo relacionado con la zona de la juventud y el botellón, que ha tenido su sitio en la zona familiar, un nombre quizá poco adecuado, porque al menos por la noche tanto en este año como en los anteriores han brillado por su ausencia las familias con todos sus miembros en esa zona.

La tradición marca que las casetas, pese a estar obligadas a tener un número mínimo de sillas y mesas y además ofertar servicio de comida, se terminan convirtiendo en prácticamente en bares de copas con un perfil de edad muy concreto, que suele rondar entre los 18 y los 30 años. En la primera noche del real del Cortijo de Torres de la feria de este año se pudo constatar que esta situación no había variado un ápice de lo contemplado durante estos estas últimas ferias, y cuya tendencia se mantuvo igual hasta la misma noche de ayer. Probablemente, la única diferencia haya sido que esta haya sido la primera ocasión en la que este macroencuentro para beber coincide con una serie de conciertos que tienen lugar en la misma zona.

La explanada situada en la confluencia de las calles José Blázquez El maño con la calle Las bulerías es el punto clave de reunión de los jóvenes. Ese es el lugar en el que, además de estar instalados los baños químicos, se ha realizado el tradicional (porque ya es un clásico) botellón. Este año, y desde prácticamente las 23 horas, la gente se ha reunido en ese espacio hasta el punto de llenar toda la zona, dado que la gran afluencia de jóvenes ha estado provocando que se pasara de la explanada (completamente llena) a ocupar la calle de José Blazquez El maño, ya que la coincidencia de ambos eventos ha atraído a un elevado número de jóvenes. Y claro, no hay nada más cómodo que una vez acabado el botellón, ir a una de las casetas más cercanas, por lo que ha apreciado mucha afluencia en aquellas que iban de la 160 a la 168 y de la 118 a la 126.

Siendo más concretos, las que tenían mayores colas en la puerta para entrar sobre todo a partir de las 2 de la mañana, han sido Los coloraos que cumplían 15 años, El palmeo, o la Sala Gold. Seguramente conscientes de que los clientes habían estado previamente de botellón, los dueños y empresarios de estas casetas han puesto este año unos precios muy poco populares, en los que se encontraban hasta los siete euros por una copa.

La oferta

Hay muchos matices en la forma de disfrutar todo lo que ha ofrecido un año más el real del Cortijo de Torres. Estas diferencias están, claro está, en la manera de encarar los planes que uno decide realizar. Están aquellos que han acudido al recinto a ver alguno de los conciertos o espectáculos (tanto en el Auditorio como en el escenario del botellón o incluso en el Centro Ecuestre), los que han ido directamente a subirse en alguna de las decenas de atracciones o los que, directamente, se han dirigido a comer, a tomarse unas copas o a beber vino dulce. Dentro de esta última variante, el real ha propuesto una oferta que ha abarcado cualquier bolsillo, horario e incluso calidad.

En cuanto a la comida, hay casetas que en estos últimos años han querido marcar un estilo más de restaurante, y para ello han contratado empresas que se encargan del catering. Sin embargo, si algo ha llamado la atención este año por encima de otros es que parece que, poco a poco, las casetas familiares que siempre habían ofrecido la comida más tradicional, en esta ocasión han querido sofisticarse un poco más, básicamente ofreciendo productos que si bien eran tradicionales, no era habitual verlos en el real del Cortijo de Torres.

La mayor parte de las casetas de la zona familiar han estado destinadas a ellos, pero si uno busca únicamente comida casera (a medio camino entre las hamburguesas y el mundo gourmet), la clave ha estado en ir a las que pertenecían a las peñas y asociaciones de vecinos, como el caso, por ejemplo de la caseta de la Peña Trinitaria.

Entre la noche plagada de jóvenes y el día lleno de caballistas bajo el protagonismo de la una comida de mayor calidad, se desenvolvió el día de ayer. Un buen broche de lo que ha sucedido esta semana de feria en el real de Cortijo de Torres, y todo ello bajo el comentario común de la mayoría de feriantes, que han asegurado que, por lo general, ha sido «un buen año».

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