Borrar
Panorámica de la calle Larios, que estrenó portada, el primer día de feria.
La mejor feria de Málaga del 2015

La mejor feria de Málaga del 2015

El modelo del gran éxito de nuestra feria lo patentamos en esta tierra, por lo que no debe ser muy difícil reconducirla

pedro luis gómez

Domingo, 23 de agosto 2015, 00:04

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La Feria de Málaga 2015 nos ha dicho adiós, y lo ha hecho con un mensaje claro: ha acabado un ciclo y hay que reinventar la fiesta, esto no significa nada nuevo, porque es algo que cíclicamente sucede, porque, como escribíamos ayer en estas mismas páginas, la feria es algo vivo, y por tanto tiene que amoldarse a cada tiempo, a los nuevos espacios y a los nuevos hábitos. Pueden darse, y deben, muchas conclusiones, pero estas son las de la Contraferia.

Feria del Centro

La feria de agosto que hoy nos dice adiós ha estado rodeada de la polémica habitual, de qué hacemos con la feria del Centro, y ya es hora de abordar un problema que no existía pero que se creó por la decisión, en su día, por parte de la autoridad pertinente, de dejarla languidecer para que desapareciera. La presión de las peñas para que todo se concentrara en el real (las declaraciones en SUR ayer del presidente de este colectivo dejan bien a las claras su posición al respecto) fue determinante en lo que fue un grave error de cálculo, porque la feria del Centro había calado profundamente en la ciudadanía, y ésta nunca le volvió la espalda, pero ocurrió que al dejarla de la mano de los dioses, al Ayuntamiento se le escapó de las suyas, dando paso a los descamisados, a los oportunistas que ganan dinero fácil con alcohol malo y a los que no entienden la fiesta sin desmadre y despiporre. Se pasó del Centro organizado, atractivo, vistoso, bien vestido y elegante, al macarreo que prima en muchas zonas durante los días de fiesta. Hay que volver a los orígenes de los 80: casetas de calidad, paseo de caballistas, actuaciones, una romería potenciada, y, sobre todo, cumplir a rajatabla los horarios y las normas básicas de una convivencia mínimamente exigible. Nunca se podrán evitar los majarones y los borrachos, algo consustancial desgraciadamente en todo acto multitudinario y festivo, pero al menos se les pondrá más difícil hacerse con el protagonismo absoluto de la calle, que no es de nadie, y menos las que ocupa la Feria del Centro, que tiene que potenciarse y regularse.

El equipo de gobierno municipal no puede seguir con su política del avestruz a este respecto, porque La feria del Centro no va a desaparecer porque a la gente le gusta, aunque sea eso lo que quieren los peñistas, o parte de ellos. La Feria de Málaga no se puede hacer al antojo de nadie, porque no es de nadie, sino de todos. Además, que nadie dude de que tanto la feria de día del centro como la del real son perfectamente compatibles, porque son públicos muy diferentes, y como dijo El Gallo, «hay gente pa tó». Lo más positivo, sin duda, la Feria Infantil de calle Alcazabilla (demostración de que cuando hay algo organizado el botellón huye de la zona en cuestión), y lo peor las escenas de esos individuos bailando en pelotas que le han hecho un flaco favor a la feria malacitana.

El real

Aunque también tiene que reinventarse, los motivos son muy diferentes a los de la feria de día en el Centro. La huida de casetas de grupos de amigos, de empresas y de colectivos por culpa de la crisis, la entrada de discotecas encubiertas y la escasa asistencia de público en otras causas más no ayudan precisamente a dar la mejor imagen. La asistencia de público ha sido importante en las vísperas de los festivos, pero no así en el resto de los días. Mucho botellón entre cuatro paredes, escasa ornamentación en la mayoría de las casetas, y la falta de actuaciones (y la mediocre calidad de las del auditorio) hacen el resto. Lo mismo habría que repetir lo que hicieron en su día Pedro Aparicio y Celia Villalobos, que literalmente, se echaron a la calle para buscar colectivos que se sumaran a la fiesta en el real, y lo consiguieron. Y por supuesto, aunque ello suponga un menor número de casetas, ser inflexibles en las que ni son ni tienen ni dan, porque, no lo olvidemos, el suelo municipal para las casetas es gratuito, de ahí las artimañas de los más listos, por lo que hay que agudizar el ojo...

El real de día mantiene su pulso gracias sobre todo a los caballistas, pero no ha calado en la ciudadanía. El objetivo es que toda la feria de día se marchara al real, visto que es imposible, hay que replantearse el modelo. Lo mejor, las noches del martes y los dos sábados, y el ambientazo en casetas tradicionales como El Portón, La Espiga, San Miguel, El Sombrero, Puerta Blanca y otras parecidas. Lo peor, la escasa imaginación para ornamentar los exteriores e interiores de los recintos y la floja asistencia en muchas casetas.

La Feria de Málaga ha tenido como aspectos más positivos la gran participación ciudadana. Cuenta con el respaldo de los malagueños y es uno de los gran motores de la vida económica de la capital. Entre todos, en el amplio sentido del término, tenemos que mimarla, cuidarla y animarla a reinventarse. Lo curioso es que el modelo del gran éxito de nuestra feria lo patentamos en esta tierra, por lo que no debe ser muy difícil redirigirla. Su gigantismo, otra virtud, es también fuente de no pocos defectos, pero eso también es reconducible. Hay que exigir calidad y buscarla antes que la cantidad, y eso incluye también a una feria taurina que ha pasado sin pena y sin gloria, como se preveía por sus costos organizativos. Un feria taurina incide también en una feria, e incluso la marca.

La Feria de Málaga 2015 ya es historia, y ha sido la mejor de este año. Lo que hay que buscar es que la próxima sea la mejor del lustro o de la década, y así sucesivamente, y tener claro que la feria es de todos, no de unos ni de otros colectivos, se llamen como se llamen. Es la Feria de Málaga, su nombre lo deja bien claro, y la de 2015 ha tenido muchas más cosas buenas que malas, e incluso ha sido muy positiva para no pocos, aunque algunos, los menos, se hayan encargado de airear lo contrario. ¡Viva la Feria de Málaga!

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios