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melanie stüber
Domingo, 23 de agosto 2015, 23:19
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Todas las despidas son duras, más aún si se trata de la Feria de Málaga. Pero ayer no era el momento de poner caras largas, sino de decir adiós a la gran fiesta con otra mayor, una histórica. Un año más, los Reyes Católicos recorrieron las calles de la ciudad para conmemorar la toma de la capital malagueña el 19 de agosto de 1487 y protagonizar el fin de la semana grande malagueña de la forma más tradicional.
Pasadas las 20:30 horas se escenificó la histórica entrega de llaves en la puerta de la Alcazaba. La Reina Isabel I y el Rey Fernando el Católico, sin disimular ciertos aires triunfalistas recibieron la llave de Ali Dordux, un comerciante que hace 527 años se encargó de negociar la rendición de la ciudad. Minutos más tarde el Rey anunciaba: «Que ondee la bandera de Castilla en la torre más alta de la Alcazaba». Fue entonces cuando los Reyes empezaron a recorrer los rincones de la ciudad. Calle Císter, Santa María, Molina Lario, plaza del Obispo, Strachan, Torre de Sandoval... en cada esquina fueron recibidos entre extensos aplausos y el tradicional «Vivan los Reyes».
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