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Antonio Ferrera coloca las banderillas a uno de los seis toros de la tarde.
Miura fracasa en su regreso a Málaga

Miura fracasa en su regreso a Málaga

Deslucida corrida donde Antonio Ferrera estuvo voluntarioso y lo más destacado fueron los tercios de banderillas de Ferrera junto a David Adalid y Fernando Sánchez

Antonio M. Romero

Martes, 19 de agosto 2014, 18:58

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Tras 27 años de ausencia, regresó a Málaga la ganadería de Miura en un ambiente previo de expectación que se terminó convirtiendo en decepción y fracaso. Deslucido encierro, donde sólo el segundo fue manejable. Antonio Ferrera, que apostó fuerte con su encerrona en una plaza de primera categoría, estuvo voluntarioso toda la tarde, donde lo más destacado fueron los dos tercios de banderillas que compartió con los integrantes de la cuadrilla de Javier Castaño, David Adalid y Fernando Sánchez.

El festejo

  • Plaza de toros de La Malagueta

  • Ganadería Se han lidiado seis toros de Miura, bien presentados, descastados y flojos; el segundo fue noble. Tercero, cuarto y quinto fueron pitados en el arrastre.

  • Toreros Antonio Ferrera -único espada- (verde y oro con los cabos en blanco)

  • Incidencias Tercer festejo del abono de la feria taurina de Málaga. Dos tercios de entrada en tarde de temperatura agradable, donde hubo momentos en que sopló una agradable brisa. El diestro fue ovacionado al romperse el paseíllo en un gesto de agradecimiento de la afición de Málaga por su gesta de matar seis toros de Miura. Destacaron en banderillas David Adalid y Fernando Sánchez, y en la brega, Marco Galán; también se desmonteraron Javier Ambel y Jaime Padilla tras parear al quinto; a caballo buenos puyazos de Tito Sandoval -que fue fuertemente ovacionado- y Dioniso Grillo. Presidió Ildefonso DellOlmo, a quien el público pitó tras no conceder la oreja pedida en el segundo del festejo.

El primero fue un animal que desde que saltó al ruedo dio síntomas de flojedad. Lo recibió Ferrera con verónicas, pero 'Primavera' perdió las manos. Banderilleó con solvencia el matador y brindó al público una faena donde lo intentó ante un toro noble pero inválido que impidió el lucimiento. Con la espada estuvo mal.

El segundo 'miura' fue a la postre el más manejable de todo el encierro. No estuvo acertado en banderillas el matador. Con la muleta dejó un par de tandas con calidad por la diestra, por la izquierda rehusó ya que 'Aguililla' no tenía ni un pase por ese pitón. Mató de una gran estocada y se pidió, insuficientemente, la oreja.

Buenas verónicas de recibimiento al tercero, donde se vivió un gran tercio de banderillas compartido por Ferrera con Adalid y Sánchez que puso a la plaza en pie. Brindó al matador murciano Rafaelillo una faena de enfermería a un inválido que terminó defendiéndose. Dejó otra buena estocada.

Con el cuarto no se pudo estirar en el capote. Compartió banderillas con Javier Ambel y Jaime Padilla en un tercio discreto. En la muleta, 'Pagano' llevó la cara alta, no tenía viaje y dio síntomas de invalidez, el diestro intentó justificarse pero en aquel pozo no había ni un gramo de bravura. Pinchazo sin soltar y media delantera.

Viendo el cariz que cogía la tarde, en el quinto Ferrera pisó el acelerador y le dio una larga cambiada de rodillas en el tercio. Se arrancó de lejos al caballo de Dionisio Grillo en las dos varas, pero no se empleó. Quite por verónicas y una media templadas del sobresaliente Álvaro de la Calle. Banderilleó Ferrera junto a Marco Galán. Con la muleta fue un quiero y no puedo del diestro ante un toro soso en la embestida, que recurrió al arrimón pero allí no había faena.

El público tributó una ovación de ánimo al torero antes de la salida del sexto y último. Lo recibió con lances a pies juntos. En varas lo dejó largo y se lució Tito Sandoval, que dio una lección de monta y fue ovacionado en su despedida. Tercio vibrante de banderillas donde pusieron rehiletes Adalid, Sánchez, Galán y el propio matador. Con la muleta, la historia se volvió a repetir y desde el primer instante 'Vendedor' se negó a embestir, se defendió cabeceando y desarrolló cierto peligro. Un macheteo por bajo preparó al toro para la muerte. Estuvo mal con los aceros. El público le tributó unas palmas de despedida. Fue el final de una miurada y una encerrona que no pasará a las páginas de oro de la historia de la tauromaquia.

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