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David de María, junto a una fan.
David de María llena el Auditorio en una noche mágica

David de María llena el Auditorio en una noche mágica

La velada comenzó con el humor y el ingenio del malagueño Tomás García y continuó con el concierto del jerezano que encandiló incluso a los más escépticos

María Rodríguez

Lunes, 18 de agosto 2014, 07:31

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El jerezano David de María regaló anoche a los malagueños un concierto que encandiló incluso a los más escépticos. Se entregó por completo cantando sus mejores temas, los de ahora y los de siempre, con los que deleitó a todo el Auditorio Municipal, que se puso en pie y no paró de aplaudirle. Qué conciertazo, no me esperaba que fuera para tanto, comentaba un hombre a su compañera tras finalizar el espectáculo.

La velada comenzó con el humor y el ingenio de Tomás García, un malagueño que está subiendo como la espuma después de sus numerosas apariciones en televisión. Estudió periodismo y ahora se ha hecho un hueco en el panorama nacional con sus monólogos.

En el de ayer le dio un repaso a todo, aunque Málaga y su feria fue, cómo no, el principal tema en torno al que giraron sus chistes. Bromeó con la forma de hablar de los malagueños, con las costumbres de la feria y hasta con la política, haciendo referencia a los famosos 11 litros con los que Francisco de la Torre aseguró que se duchaba. Anda que sí me va a contratar así el alcalde el año que viene, comentó después mientras el público se desternillaba.

Y las risas dieron paso a la emoción al llegar la media noche. David de María saltó al escenario con Un recuerdo dorado, incluido en su último álbum, Otras vidas, del que también disfrutamos temas como Amar sin saber amar o Cuando el río suena. Entre canción y canción el jerezano se dirigía a su público para mostrar un regocijo que era mutuo. Llevaba todo el verano esperando poder decir estas palabras: ¡Buenas noches Málaga!.

Así comenzó un concierto en el que la poesía de este gran músico y cantautor puso el vello de punta a muchos de los asistentes. Su lado más flamenco salió con Al sur de mis noches, un tema que interpretó junto al guitarrista Ricardo Rivera, al que también podremos ver esta noche con India Martínez. El público hizo los coros durante prácticamente todo el concierto y le tocó las palmas para acompañar sus emotivas melodías.

La cálida voz del gaditano nos brindó canciones hechas desde el corazón como El perfume de la soledad, Precisamente ahora o Barcos de papel, el cual le permitió consolidar una trayectoria que emprendió siendo solo un adolescente. En ese punto, Málaga fue un escenario especial para él. Es una tierra que me ha ayudado mucho a cimentar mi carrera, aseguró el artista a este periódico antes de comenzar el concierto.

Asimismo nos habló de su pasión por la música: No sé vivir sin tener cerca una guitarra, sin un piano, sin la composición Yo siempre tengo en la cabeza una melodía o una letra por acabar, y ojalá que la ilusión nunca se me vaya. Está claro que este es su mundo y que podremos seguir disfrutando de él mucho tiempo para escuchar su mejor canción, la que está por escribirse. Esa es artísticamente su meta, la de seguir haciendo mejores discos, aunque a nivel personal confiesa que desea otra cosa: La meta más bonita que tengo es ser algún día padre, que ya me toca.

Con su pasión y su entrega hizo que la noche fuera todo un lujo que permanecerá en las retinas del público durante mucho tiempo. La gala se desarrolló a pedir de boca gracias también a la empresa organizadora, Mundo, que posibilitó un excelente sonido y una espectacular iluminación estrenada anoche especialmente para la ocasión. Del mismo modo, la seguridad, a cargo de la empresa Kappa, funcionó a la perfección.

Una noche mágica en la Feria de Málaga, una de esas fechas que uno tiene siempre grabadas a fuego, según el cantante, que disfrutó de una cita igualmente especial para él, en la que además subió al escenario a su primer manager, Manuel Medina, el que apostó por David de María desde el principio.

El jerezano quiso ofrecer un enérgico final en el que botó más que nadie ante los vítores de su público, especialmente el sector femenino, que lo piropeó con persistencia. El concierto llegó a su final con uno de sus clásicos, Que yo no quiero problemas, tras el que llegó la agridulce despedida: Hasta siempre Málaga ¡Nos vemos en la próxima!.

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