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Uno de los componentes de la panda toca el pandero.
Un acercamiento al verdial

Un acercamiento al verdial

Una aproximación didáctica a la manifestación cultural más autóctona de Málaga

josé manuel molina gámez

Sábado, 16 de agosto 2014, 15:40

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La fiesta de verdiales era y continúa siendo, ante todo, un acontecimiento social, una ocasión inmejorable de encuentro festivo entre amigos y familiares y, cómo no, el pretexto para el acercamiento amoroso y la declaración. Además, desde hace más de treinta años, la fiesta se convierte en espectáculo que admiran cientos y miles de aficionados que se concentran en distintos festivales y concursos, como la Fiesta Mayor que se celebra cada 28 de diciembre. Pues la fiesta también es una liturgia plena de ritos y costumbres que se repiten cíclicamente año tras año al festejar el solsticio de invierno siguiendo una tradición milenaria.

En su aspecto musical, los verdiales son un fandango, heredero directo y magníficamente conservado en toda su pureza, del primitivo fandango que, aún siendo baile popular por antonomasia, durante el siglo XVIII triunfó en casi toda España y parte de Europa convirtiéndose en el baile nacional español.

Este fandango verdial es interpretado por grupos de músicos populares que antaño recorrían por Pascua lagares y ventas de los Montes durante cuatro o cinco días con sus noches, cuando se sucedían, una tras otra, rifas con las que recaudaban el aguinaldo. Es en esas fechas cuando lucen los abigarrados sombreros de lazos, flores y espejos: el sombrero de Tonto o Inocente relacionado con las fiestas Saturnales de los romanos y con grupos de músicos ambulantes, adoradores de la diosa Cibeles, llamados metragyrtai y que hacían cuestación con sus músicas de pandero, platillos y flauta doble por calles y villas.

En las pandas se observan tres componentes principales: el melódico, representado por el violín y las guitarras; el rítmico, compuesto por el pandero y los platillos; y el ritual, encabezado por el alcalde, que antiguamente se encargaba de formar la panda para los días de la Pascua, al que cabría añadir tres figuras, alguna ya en desuso: abanderado, que porta y baila una bandera con la imagen de la patrona del partido de procedencia de la panda, Dolores o Carmen; caracol, heraldo anunciador de la llegada de la panda a un cortijo o venta; y rifaor, personaje de cierto gracejo y especializado en promover rifas y pujas. Con las rifas, en ocasiones se desbordaba la imaginación y hubo panda que debió tocar subidos a un almendro, cada fiestero en una rama, o esta otra ocasión en la que alguien pagó para que la panda tocara rodeándole mientras el individuo procedía a evacuar su vientre con toda parsimonia.

Una costumbre ancestral, recuperada en el Concurso Tradicional de Verdiales que se celebra cada tercer sábado de septiembre en Benagalbón, es el choque de pandas, combate ritual entre dos pandas que comienzan a tocar al unísono, aumentando la velocidad del ritmo hasta que una de ellas se equivoca o queda por debajo de la otra. Antiguamente, con el choque se dirimía el concurso del 28 de diciembre cosa que solía llevar a cabo en venta Galwey el sargento del puesto de la Guardia Civil de Colmenar. Cualquiera era el guapo que le discutía el veredicto, en aquellos tiempos.

Elemento fundamental en la fiesta lo constituye el baile, que se puede hacer por parejas o en tresillo compuesto por un hombre y dos mujeres. En cuanto a las coplas, una característica que las distinguía era que solían ser trovadas, repentizadas, improvisadas al instante, en ocasiones, en respuesta a alguna copla anterior, en plan de pulla.

Hay tres modos de hacer fiesta englobados hoy día bajo la denominación de verdiales aunque, en puridad, dicha denominación sólo se debería aplicar a los llamados de los Montes de Málaga, los cuales comparten instrumentos y rituales con los conocidos como de Almogía pero que, ambos, se diferencian en todo con los de Comares, fiesta ésta última de carácter familiar y que hasta la década de los setenta del pasado siglo no acostumbraban a organizarse en panda.

La temática de las coplas en el verdial es muy variada: el amor, el desamor, los piropos, el reproche, las relaciones familiares (en especial las dirigidas a las suegras) e incluso de tono subido.

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