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N. VEGA
Martes, 28 de junio 2016, 00:57
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Lo primero que temía el PP la tarde del 26 de junio era que la izquierda saliera reforzada de las urnas. Lo segundo, el discurso de José María Aznar el lunes por la mañana. El escrutinio, sin embargo, cambió el curso de la noche, y la subida en votos y escaños alteró el guión de la resaca electoral. La victoria, cifrada en 137 escaños, obligó al expresidente del Gobierno a enterrar el hacha de guerra. «Lo primero que hay que hacer es felicitar al partido ganador, en este caso al PP, que ha demostrado una gran solidez y ser un partido extraordinariamente importante para la estabilidad de España y merece nuestro reconocimiento y mi elogio y felicitación», concedió ayer en el curso de verano de la fundación FAES en El Escorial.
El exjefe del Ejecutivo acababa de telefonear a su sucesor, Mariano Rajoy, para transmitirle su respaldo. «Deseo que Rajoy tenga éxito en su conversaciones (para formar gobierno) -aseguró en público- y manifiesto mi apoyo en la medida que sea útil, conveniente y necesario para que ese éxito se pueda concretar lo más rápidamente posible».
Ni el tono ni el contenido de su intervención se asemejó a la del 21 de diciembre, cuando apareció por sorpresa en el Comité Ejecutivo Nacional del PP y demandó un congreso abierto a todos los militantes para designar a la nueva dirección del partido. Esta vez, pese a los seis meses de «inacción» censurada por los propios dirigentes populares, las urnas han reafirmado el liderazgo de Rajoy, que prefiere dejar atrás los desencuentros y afirma no haber tenido «ninguna fricción» con Aznar.
La intención del presidente del PP es convocar el cónclave del partido una vez se constituya el Gobierno, y, a partir de ahí, abrir el plazo para que se actualicen las direcciones regionales. Pero depende sólo de él que entren nuevas caras en la cúpula o se mantenga el mismo equipo al que ayer agradeció el éxito de su campaña.
El jefe del Ejecutivo siente ahora que su estrategia ha sido respaldada por el electorado y su posición ha salido reforzada. «Los votantes -concluyó- han avalado el huir de la teatralización de la política que hemos contemplado en los últimos meses».
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