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Txema Martín
Viernes, 18 de diciembre 2015, 00:35
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El Auditorio Municipal de Torremolinos es otro gran ejemplo del mal gusto que nos dejó el régimen del horror del anterior alcalde de esta localidad. Resultaba extraño que nos hablaran de nuevos aires en un edificio tan abyecto, pero allí nos encontrábamos, rodeados por una atmósfera madura y claramente rural. Brotaba el morbo por ver juntos a Pedro Sánchez y Susana Díaz, los Pimpinela del socialismo, en su segunda aparición pública dirigiéndose la palabra.
Tras la introducción de unos quince minutos de pegajosa melodía, las banderas fueron agotando su ritmo, moduladas por la artrosis. Intervino el flamante alcalde de Torremolinos que abrió boca con sus propios logros hasta que unas trabajadoras del 061 se acercaron a Susana y ella, literalmente, se las llevó para volver al poco rato sola y con la frente alta, como la que acaba de obrar un milagro. «Esto es hacer política todos los días». Si lo hubieran preparado no les habría salido tan bien. Miguel Ángel Heredia, por su parte, siempre ha hecho gala de una mente privilegiada para acumular datos y cifras que luego acomoda en sus discursos con la precisión de una ametralladora, y una voz metálica que se te clava en el tímpano. Vuelve a hacer aparición la líder socialista: «La sanidad andaluza es tan buena que es posible operar de la cabeza a alguien mientras toca el saxofón». Tras un discurso historicista y chillón, reivindicando el andalucismo mientras repetía por enésima vez que todo lo que ella hace es «a pulmón», apareció Pedro Sánchez, casi sin mirarla. De todos los partidos, el PSOE es sin duda el que más pasiones desata. La gente le llama guapo, le dicen bonito, él imagina que si se hacen realidad las encuestas siempre podrá dedicarse a vender cápsulas de café. De cerca tiene una barriga tan humana que le hace perder algo de esa irritante perfección, la sonrisa de plástico de un hombre que parece haber sido fabricado mediante una impresora 3D. A Susana, que fue la que pulsó el botón de imprimir, se la responsabiliza de haber traído el peronismo a la política andaluza porque cuando se quedó embarazada todos los andaluces dejamos de tener la menstruación. Lo que se le hace a ella lo sufre toda la región. Porque ella es Andalucía.
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