Borrar
Juan Manuel Melero, en la sede de Ericsson, en el Parque Tecnológico.
«En Málaga nos falta ser capaces de atraer a grandes inversores internacionales»

«En Málaga nos falta ser capaces de atraer a grandes inversores internacionales»

Juan Manuel Melero, vicepresidente de Ericsson e inversor tecnológico

José Vicente Astorga

Domingo, 29 de mayo 2016, 00:56

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Cuando trabajaba para Nokia en Finlandia, su jefe se le acercó un día en el gimnasio y le pidió opinión sobre proyectos de inversión. Este vallisoletano criado en Málaga, donde estudió Telecomunicaciones, no lo dudó. Y aquel resolutivo «yo me encargo» dio lugar a un laboratorio de I+D y al trabajo codo con codo con la Universidad, que sigue. Nokia dejaría Málaga tres años después, y Melero y un grupo de cinco ingenieros se aferraron a una idea propia, Tartessos Technologies, un éxito comprado después por la norteamericana Optimi. Ericsson marcó final de etapa con una operación que reportó cien millones de dólares a estos emprendedores, hoy directivos del centro de I+D de Ericsson y embarcados desde hace un año en Tartecfund, un fondo de capital semilla para nuevos proyectos. Melero derrocha adrenalina en los deportes de riesgo, pero en los negocios busca caminos previsibles. Su lema favorito lo importó de China:«Fracasa quien espera la oportunidad, pero triunfa quien es capaz de crearla».

¿Los planes de crecimiento y empleo de Ericsson en el PTA han ido según el calendario?

Sí. Teníamos un plan maestro establecido en 2011 con la Junta de Andalucía y la Agencia Idea y tanto en personal e inversión hemos superado objetivos. Ahora, entre empleos directos e indirectos estaremos en unos 300, contados los 225 de Ericsson, los 38 de la universidad y 32 personas subcontratadas. Trabajamos en proyectos de I+D para los que recibimos apoyos y los definimos cada tres años. Ahora estamos definiendo los próximos cuatro años.

Estos universitarios le recordará sus comienzos de emprendedor en Tartessos Technologies...

Siempre, desde el 99, cuando establecimos el proyecto de Nokia de I+D, trabajamos con la Universidad. Luego en Tartessos también la mantuvimos; también con Optimi, y luego con Ericsson lo expandimos de forma significativa. Llegamos a tener más de 50 ingenieros.

¿Cuál es el ciclo actual del negocio de las redes de la telefonía móvil y que marca el trabajo aquí?

En telefonía móvil hay dos mercados: el de los terminales, que define la demanda, y la parte de las redes y su tecnología para responder al mercado. Se ha empezado desde hace un par de años con la quinta generación, para mejorar tanto ancho de banda como el retardo de latencia para soportar nuevos requerimientos. Estamos en una etapa de transición de una tecnología que ya se ha desplegado a otra, que en dos o tres años se desplegará. En los terminales da la impresión que se ha madurado, pero el crecimiento en el tráfico de datos aumenta exponencialmente y ese consumo trae la expansión de capacidades de la red y de su gestión.

¿No prevé problemas sobre normas técnicas diferentes por países?

Con la 4G había diferentes pero han convergido. Incluso los chinos intentaron crear la suya. Estamos en una situación de un solo mercado, una sola norma y tendencias muy comunes. Lo que varia es los principales drivers a nivel de consumo es que las aplicaciones varían de mercado a mercado. Si analizas Facebook, Whatsapp... entre cuatro o cinco copan más del 80 por ciento del tráfico de datos, aplicaciones virales de contenido social. Pero son diferentes en según qué mercados. Facebook en los mercados orientales no tiene la expansión que aquí, entre otras cosas porque en China lo regula el Gobierno.

¿Se decidió a estudiar teleco más por azar que por planificación?

No. Tenía un perfil técnico, y en esa época Telecomunicaciones estaba de moda. El sector se estaba desregulando y había muchísimas oportunidades. Podría haber trabajado otras muchas cosas técnicas, lo que si es verdad es que luego me lancé al vacío. Acabé la carrera en Málaga y sin tener trabajo me fui a Madrid. Me planteé que en Málaga no podía desarrollar mis capacidades. Empecé con Motorola, y a los nueve meses me fui a Inglaterra, donde se me podían abrir más puertas. Tuve vocación de asumir ese riesgo de salir del entorno conocido y explorar otras oportunidades. Eso sí me ha definido. En mi carrera hay muchos saltos de ese tipo. Cuando estaba en Nokia tuve la oportunidad de arrancar lo de Málaga. Al año vi que estaba bien gestionado y me fui. Tenía otras oportunidades.

¿Se siente más un lanzador que un gestor de proyectos?

Sí. Contribuyo más a la creación de nuevos proyectos e ideas, en el desarrollo de la estrategia que lo que es en la parte de la ejecución.

Un perfil empresarial que no se enseña en las ingenierías

Pero es algo que se puede aprende. Te lo da la experiencia y las capacidades personales para afrontar problemas complejos. He tenido la suerte de una gran experiencia para proyectos de envergadura.

Y ahora está al frente de la mayor organización

Tengo la suerte de trabajar en Málaga, donde tengo la responsabilidad del centro y también la de Ericsson en el negocio global de servicios y diseño de optimización de redes, un negocio muy importante.

Son cinco centros de este tipo de Ericsson en el mundo, ¿no?

En mi área hay varios centros, pero los dos más importantes a nivel de I+D son el de Delhi y el de Málaga.

¿Los ingenieros aquí están haciendo cosas que cambiarán la telefonía móvil próxima?

Sí. Cambios en los procesos para mejorar la experiencia de usuario. Tradicionalmente los operadores se ha preocupado de llamadas caídas o cortes en servicios tradicionales. Ahora la experiencia son las aplicaciones, whatsapp, skype, voLTE...es más compleja la mejora. Trabajamos sobre muchos factores terminal, señal de radio..., todo tiene influencia. Del móvil a servidores que pueden estar en EE UU. todo es más complejo de gestionar Si el operador móvil quiere buena experiencia tiene que mirar más allá de su ecosistema.

Málaga ha sido siempre el epicentro de sus movimientos

Llevo desde 2003 y me sorprende que esté todavía por aquí. No me extrañaría otro periodo fuera.

Y anda ahora en otra aventura, Tartecfund, un fondo de capital semilla, crado por usted y los otros ingenieros pata negra permítame la expresión de Optimi.

La motivación genérica de ese proyecto es poner nuestras capacidades en juego para crear valor en el entorno. Y Tartecfund es eso, un vehículo para que nuestra experiencia pueda contribuir al éxito de otros proyectos. No se trata de invertir para ver dónde se logra el mayor retorno, y la experiencia está siendo interesante. Tenemos un par de inversiones realizadas y analizaremos otras, en breve, y bien.

Una de esas dos que menciona es Alma Mundi Venture. ¿Es algo así como un lobby para la inversión tecnológica

Es una iniciativa que busca un interés global en apoyar el desarrollo de innovación en España, como foro de empresas tecnológicas y de españoles que están fuera y quieren aportar. Ellos están en esa línea, en poner en acción toda esa experiencia de ejecutivos que trabajan fuera y que quieren poner su granito de arena en la innovación. Luego está el vehículo, que es un fondo de inversión, en el que nosotros hemos invertido. Buscamos así un contexto de colaboración para identificar otros proyectos que surjan y también participar en los que ellos han invertido y que ya incluso tienen un producto y mercado.

¿No cree que en el emprendimiento hoy hay demasiado ruido?

Y pocas nueces...Es cierto que quizás demasiadas iniciativas que no llegan a materializarse, pero también es verdad que para crear un ecosistema como el que queremos crear aquí son necesarios muchos vehículos. Se trata de crear valor de verdad.

¿Qué nos falta?

Hace falta capital inversor profesional. No digo que no lo sea el que ya hay. Me refiero a otra liga, a los grandes fondos de inversión internacionales que generan atracción porque son referencia y donde ponen el huevo no dejan que vaya mal. Eso nos falta. Echo en falta a fondos de capital potentes, venture capital que tomen interés y empiecen a invertir en Andalucía en Málaga.

¿Y cómo se hace eso?

Es difícil, pero lo importante es poner el foco en atraer a ese inversor y no sé hasta qué punto a nivel general nos hemos enfocado en esa dirección. Hemos puesto el acento en el PTAen atraer empresas como Nokia en su día, Ericsson, Oracle..., que es importante, pero todavía no hemos sido capaces de atraer a esos grandes inversores que se centren en explorar inversiones en el ecosistema andaluz. Es una necesidad y una oportunidad. Para que esa Málaga Valley, nuestro Silicon Valley, se materialice necesitas a esos actores. A día de hoy no están presentes. No hemos sido capaces de atraerlos.

Málaga Valley ya no tiene subvención municipal. ¿Le faltó esa antena más internacional?

Creo que es una iniciativa muy válida y cuando me han pedido contribuir a ella, he estado. De hecho estamos hablando para participar en una serie de eventos. Todo lo que sea internacionalizar Málaga Valley, atraer experiencia e interés es muy positivo. El interés existe, pero el problema es definir esos canales. He sondeado la posibilidad en torno a una feria tecnológica a nivel internacional con un perfil potente, diferente a lo que tenemos ahora. Es algo que puede funcionar. Se trata de que por unos días Málaga ser el foco tecnológico internacional, de que puede haber proyectos e iniciativas.

¿Y que le dicen?

Todo el mundo la ve positiva, pero hay que poner medios. A nivel personal estoy dispuesta a apoyar.

¿Qué áreas abarcaría?

La enfocaría a innovación, emprendimiento, startups, nuevos proyectos... Reunir a inversores y emprendedores beneficiaría mucho al ecosistema local se beneficiaría mucho. Si fuéramos capaces de un evento con complicidad de todas las administraciones, protagonismo nacional, su efecto sería muy importante, como pasa por ejemplo en Finlandia, que tienen llevan siete años con una feria internacional. Replicar algo parecido.

Si no hubiera más Málaga Valley, ¿habría que reinventarlo?

En esa línea estaría ese evento. Le daría un gran valor al ecosistema local, pero las administraciones tienen que estar juntas. Yo estaría dispuesto a colaborar. Tengo esa obligación moral de retornar parte de lo que me ha aportado trabajar y desarrollarme aquí .

Eso suena muy anglosajón.

(ja,ja,ja). Es que he estado mucho tiempo por ahí.

¿Ve al capital local interesado en invertir en proyectos tecnológicos?

Sí. Está pasando. Hay una necesidad inversora de dos tipos. La que puede venir de otros sectores, pero aunque cubriera la necesidad de capital no es comparable a la atracción de inversores de primer nivel y con poder suficiente para asegurar el éxito de inversiones.

¿Cómo se imagina la Málaga tecnológica en 20 años?

A mí me motiva la creación de valor y contribuir a ello. Me gustaría ver un entorno de innovación en el que la cultura emprendedora se haya desarrollado, se valore el éxito y se le quite miedo al fracaso. Dejar de estar en el punto medio. Me gustaría que culturalmente hubiera un perfil de emprendedor más acentuado. Nuestros ingenieros no se lanzan todavía al vacío una y otra vez como los americanos.

¿Qué le dice a quien se queda sólo con la imagen de los cien millones que ingresaron por la venta de Optimi?

Quien crea que el retorno principal de Optimi está en su venta es muy corto de vista, muy shortsighted. El principal valor es toda la inversión de estos años. No sólo los 300 puestos de trabajo, sino el conocimiento que se generado. Si pasado mañana, Ericsson dice que cierra esta oficina, no le quepa duda de que de aquí saldrán múltiples iniciativas. Se ha generado un nivel de conocimiento de primera línea y eso no va a desaparecer porque hay masa crítica propia.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios