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La del metro ha sido una de las últimas huelgas convocadas en Málaga.
¿Asiste Málaga a un resurgir de la conflictividad laboral?

¿Asiste Málaga a un resurgir de la conflictividad laboral?

Las últimas pugnas en los bomberos o el metro se suman a un año movido en lo público, pero con la firma de convenios clave en lo privado. La negociación para 2017 se antoja dura

J. J. Buiza

Domingo, 22 de enero 2017, 13:38

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Muchos trabajadores malagueños recordarán 2016 como el año en el que se pusieron en pie de guerra. El encierro de los bomberos de la capital o el último paro en el metro han sido los últimos episodios de una crónica anual muy agitada en lo social, con la sonada huelga de Limasa o las movilizaciones en sanidad y educación como otros capítulos estelares. La marejada ha afectado principalmente al sector público, aunque en lo privado la negociación colectiva también ha sido movida.

«Málaga es en el conjunto del territorio andaluz la provincia con mayor número de horas no trabajadas por conflictividad social», asegura María Auxiliadora Jiménez, secretaria general de UGT en la provincia.

Según datos de la CEOE, las horas de trabajo perdidas por huelgas en España durante los 11 primeros meses del año ascendieron a 10.686.434, lo que supone un incremento del 15,08% en comparación con el mismo periodo del ejercicio anterior. Solo en el mes de noviembre únicamente en Málaga se contabilizaron hasta seis huelgas.

Eso sí, aunque las movilizaciones han aglutinado a más personas, las convocatorias bajan. Javier González de Lara, presidente de las confederaciones empresariales de Andalucía y de Málaga (CEA y CEM), reseña en este sentido que la cifra total de huelgas producidas se redujo casi un 12% durante el pasado año. «El incremento del número de trabajadores (que han hecho huelgas) observado puede explicarse porque las huelgas más relevantes se produjeron en empresas que aglutinan a un gran número de profesionales a escala nacional, como es el caso de Renfe o de la enseñanza pública. De hecho, el sector público en su conjunto suele ser laboralmente más conflictivo que el privado», apunta González de Lara. Lo que sí parece es que la negociación colectiva se presenta dura para el nuevo año.

LAS CIFRAS

  • 306. Es el total de convenios colectivos en Málaga, que afectan a 60.216 empresas y 274.407 trabajadores.

  • 0,98%. Es el incremento salarial medio de los convenios colectivos vigentes, según Comisiones Obreras de Málaga. 1,01 % en los de sector y el 0,45 % en los de empresas

  • 1.775 horas. Es la jornada anual media según estos convenios 1.779,36 en los de sector y 1.717,71 en los de empresa.

«Estamos frente a un repunte de la conflictividad laboral, tanto en lo colectivo como en individual. Esto se debe principalmente a que ya se está llegando a un punto sin retorno fruto de la reforma laboral y sus consecuencias», opina José Martín Anaya, secretario de Acción Sindical de Comisiones Obreras en Málaga. Según datos de este sindicato, en este año habrá que negociar hasta 60 convenios, entre los de sector y los de empresa.

En Málaga existen un total de 306 convenios o unidades de negociación vivas, que suman a un total de 60.216 empresas y a 274.407 trabajadores. 27 son convenios colectivos de sector y los 279 restantes son convenios colectivos de empresa.

Con todo, durante los últimos meses se han firmado importantes acuerdos sectoriales en la provincia, incluido el del comercio, con amago de huelga incluido. Junto a este último, que engloba a unas 800 empresas y 60.000 trabajadores, la secretaria general de UGT Málaga cita entre los principales convenios negociados el de oficinas y despachos (que afecta a unas 10.000 empresas y unos 20.000 empleados), el de limpieza de edificios y locales (600 empresas y 10.000 trabajadores) o el de actividades agropecuarias (que agrupa a unas 2.500 empresas y unos 35.000 personas según UGT). Este sindicato se ha implicado además en los convenios del Ayuntamiento de Málaga (3.500 empleados), la EMT (900) o el catering de Perea Rojas (unos 500).

¿Situación límite?

«La pérdida de derechos durante estos años de crisis y el endurecimiento de las condiciones laborales para miles de trabajadores malagueños y malagueñas, unidas a las dificultades en la negociación, propiciadas además por una legislación que favorece descaradamente a la parte empresarial, han generado una situación límite», subraya María Auxiliadora Jiménez, que lamenta que la mejoría en sectores de «tanta importancia» en la provincia, como el comercio o el turismo, no se esté trasladando al mercado laboral. «Frente a ello, y ante la cerrazón que todavía muchos empresarios manifiestan, pretendiendo imponer o mantener situaciones de abuso y explotación, lamentablemente el conflicto social es la única salida», añade Jiménez.

Los teleoperadores, los servicios auxiliares del aeropuerto, los taxistas, los trabajadores de Ericsson o los de la empresa de la piscina de El Torcal han sido algunos de los que han protagonizado huelgas o han amagado con movilizaciones. Parece que, para los sindicatos, los años en los que el miedo al paro pesaba más que las reivindicaciones laborales han pasado. «Los trabajadores y trabajadoras, tras comprobar que un mal trabajo es casi lo mismo que nada, están abandonando la resignación y se ven obligados a confrontar las situaciones adversas impuestas», valora José Martín Anaya, de CC. OO.

Desde la CEM, expresan sobre todo su ánimo de dialogar. «Creo que partimos en todos los casos de una postura basada en la buena fe y en la disposición al entendimiento. Eso no quiere decir que no surjan discrepancias en un proceso negociador, de hecho es lo que motiva la necesidad de llegar a acuerdos, pero estas discrepancias son las que dan razón de ser a la existencia de órganos destinados a la búsqueda de soluciones. Lo que sí tenemos muy presente es que sólo hay un modo de acercar posturas: debatir y negociar para alcanzar acuerdos que generen paz social», comenta su presidente, Javier González de Lara.

Esa paz social se ha traducido en la provincia en la firma de 109 convenios (10 de sector y 99 de empresas) que se mantienen vigentes en Málaga, según CC. OO., que recuerda, no obstante, que hay otros 60 denunciados y pendientes de negociar por estar limitados o vencidos. «En muchos de los casos, el salario percibido (por el trabajador) en sus nóminas mensuales o parciales tiene la apariencia de legales, pero no lo son ya que no alcanzan ni el mínimo actual establecido», indica Martín Anaya, que menciona otras de las quejas habituales de muchos empleados: las jornadas reales son mucho mayores que las computadas, no se respetan los turnos de descanso y han aumentado notablemente las cargas de trabajo. «Todo ello está propiciando una desnaturalización y falta del sentido de 'mi puesto de trabajo' por lo que la frustración, sumada a los problemas para la pervivencia económica, hacen prever un aumento de la conflictividad», augura.

Para el presidente de la CEM, sin embargo, pese a las dificultades vividas en los últimos años, «no se puede decir que la conflictividad laboral haya aumentado en nuestro entorno». González de Lara da varias razones para ello: la desaparición de empresas y empleos con la crisis y, sobre todo, «el compromiso que se ha establecido en numerosos casos entre trabajadores y empresas para mantener tanto los puestos como la actividad empresarial, y que ha devenido en una labor negociadora especialmente responsable y proactiva».

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