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e. freire
Domingo, 11 de septiembre 2016, 00:10
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En un futuro no muy lejano, cuando la batería del coche eléctrico se agote no habrá que buscar un enchufe. «Podrás circular por la autovía y recargarla a través de un campo magnético de forma inalámbrica, sin necesidad de conectar físicamente ni parar el vehículo». Los componentes magnéticos para esta solución los está desarrollando la empresa Premo en su centro del PTA de Málaga, como explica su consejero delegado, Ezequiel Navarro. Para poner a punto esta tecnología cuenta con un equipo de 50 investigadores y el respaldo de entidades como el Ministerio de Innovación, el CSIC, el CDTI y fondos europeos gestionados por la agencia IDEA.
Este es solo uno de los campos que explora Premo, cuya actividad es el desarrollo y fabricación de componentes inductivos, una tecnología que se apoya en la aplicación del electromagnetismo a la electrónica, y que está en la base de muchos dispositivos que hace pocos años se encuadraban en la ciencia ficción.
«Nosotros inventamos las antenas isotrópicas de baja frecuencia que llevan los sistemas de acceso pasivo a vehículos o acceso sin llaves. Hoy tenemos el 52% de la cuota mundial y trabajamos para las principales compañías automovilísticas», explica Ezequiel Navarro. El coche reconoce las llaves en un radio de dos metros y se abre solo, pero no se desbloquea electrónicamente hasta que el conductor está dentro.
El automóvil aporta el 60% del negocio de Premo, pero en su cartera hay gigantes como Amazon, Nokia o Qualcomm. Este ejercicio alcanzará 37 millones de euros en ventas, el doble que hace tres años.
Los nuevos materiales basados en la nanotecnología, la impresión 3D o el internet de las cosas están también en su radio de acción. Los dispositivos electrónicos que se llevan en la ropa, los zapatos o el reloj para detectar, por ejemplo, el nivel de insulina de un diabético, la presión arterial o la forma de un deportista funcionan con las microantenas que Premo desarrolla con un socio coreano.
La empresa se fundó hace 54 años en Barcelona y en 2007 trasladó su sede a Málaga tras una operación impulsada por su equipo directivo, del que formaba parte el ingeniero Ezequiel Navarro, malagueño de Antequera. En la misma, unos fondos ingleses, representados por Minerva Capital, tomaron el 52% del capital, el fondo suizo Akina Partner otro 34% y un 10% quedó en manos de los directivos.
Premo abrió en el mes de julio pasado su tercera fábrica en Vietnam, que se suma a las de China y Tánger. Junto a ello tiene centros de I+D en Málaga, Grenoble y Seúl. Pronto llegará al millar de trabajadores.
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