¿Qué se juega Málaga en Cataluña?

Las dos últimas semanas han sido un bombardeo constante de informaciones alertando de las consecuencias de que en la consulta electoral de hoy domingo 27 triunfen las tesis soberanistas y se inicie el proceso secesionista en Cataluña. El escenario dibujado es todo menos alentador. Por ello, no es extraño que haya causado preocupación en el mundo empresarial malagueño.

Según C-intereg, un proyecto centrado en el análisis del comercio interregional español que nació en 2004 por iniciativa del Centro de Predicción Económica (CEPREDE) y el patrocinio de ocho comunidades autónomas, Andalucía vendió en 2013 a Cataluña en torno a unos 5.216 millones de euros en bienes y servicios. La cifra sitúa a la comunidad catalana en el primer lugar del ranking de clientes de Andalucía, por delante Canarias (4.783) y la Comunidad de Madrid (3.069), que ocupan el segundo y tercer puesto.

Según datos de C-intereg, Andalucía es la quinto mercado dentro del territorio nacional con una cifra de negocio de 3.362 millones de euros en 2013. Las principales destinos de los productos catalanes son Aragón (8.581 millones), Comunidad Valenciana (6.713), Castilla-La Mancha (3.776) y Comunidad de Madrid (3.390). De ahí que lo que hoy salga de las urnas tenga al sector empresarial malagueño envuelta en una nube de incertidumbre.

Inversiones paralizadas

El Colegio de Economistas de Málaga, con motivo de su último Barómetro, advertía en este sentido del riego que supone para la inversión la «volatilidad política», ya que podría suponer que inversiones extranjeras anunciadas en la provincia puedan verse frenadas.

El futuro institucional de Cataluña y la evolución futura del proceso soberanista es por tanto algo que preocupa a los empresarios malagueños. No obstante, en el día a día de sus negocios y relaciones con clientes o proveedores catalanes ni tan siquiera es algo de lo que se habla. Por consiguiente, no ven peligrar ni sus inversiones ni sus actuales relaciones de negocio con esta comunidad. Pocas empresas locales se han planteado siquiera cómo puede afectarles si ganan los partidarios del independentismo.

«La sensación no es de preocupación», asegura el presidente de la Confederación de Empresarios (CEM) de Málaga y de Andalucía, Javier González de Lara. «Hoy por hoy no existe una especial preocupación por el movimiento independentista catalán», asegura. Para González de Lara, lo que está ocurriendo con Cataluña está preocupando más al empresariado catalán que «a nosotros. Quien se aísla es quien se va a empobrecer», asegura. Asimismo, apunta la posibilidad de que algunos inversores puedan fijarse en Málaga, por sus grandes pontencialidades y magníficas comunicaciones, para realizar sus inversiones.

En cambio, el presidente de Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) de Málaga, Enrique de Hoyos, confirma que la posible división del territorio español, «aunque es algo que vemos como poco probable, ha creado cierta incertidumbre. Se trata de un riesgo que reducirá el mercado de trabajo y por tanto lo vemos como un handicap en nuestra actividad. Pensar en un Estado independiente que puede legislar en cuestiones fiscales, puede hacer que las empresas pierdan mercado», señala Hoyos. Por este motivo, asegura que hay firmas malagueñas que estaban pensando en montar un centro o abrir una sede en esta comunidad, pero que dada la situación política «han decidido paralizar la inversión hasta que se aclare el escenario».

Para Federico Beltrán, gerente de una de los grandes grupos cárnicos del país con sede en Málaga, Famadesa, que factura unos 300 millones de euros, el movimiento independentista es más la publicidad que otra cosa. «Nosotros vendemos y compramos carne en Cataluña. Para Famadesa es un mercado importante, como cualquier otro. Hay semanas que enviamos más de 200.000 kilos. Sin embargo, la secesión es algo que no preocupa en el trato diario. A lo mejor de una manera informal comentan que están deseando que termine todo este jaleo. Pero las relaciones son absolutamente normales y trabajamos sin ningún problema», señala Beltrán.

Algo similar opina también Antonio Lavao, gerente de Frunet, empresa especializada en la producción y comercialización de mangos y piñas. Aunque está empresa malagueña del sector tropical se dedica sobre todo a la exportación, Cataluña es junto a Madrid, uno de sus grandes mercado a nivel nacional. De hecho, de los 32 millones de facturación anuales de la firma, en torno al 3% provienen de sus ventas en la comunidad catalana, en torno al millón de euros. «Empresarialmente no percibimos nada raro. Tenemos clientes catalanes con los que hablamos a diario y es el tema del independentismo es algo que ni tan siquiera se menciona. Pase lo que pase nos tendremos que adaptar, aunque mi opinión personal es que el tema es más mediático que real», afirma Lavao.

En el sector de la construcción, según la secretaria general de la Asociación Provincial de Promotores y Constructores, Violeta Aragón, el proceso soberanista catalán no está influyendo ni creando ningún tipo de problema a ninguna empresa malagueña con intereses empresariales en esta comunidad.

DataRush IT Services es una empresa de servicios, telecomunicaciones, telemática y sistemas, y consultoría tecnológica malagueña. Su equipo técnico está formado por ingenieros en telecomunicaciones, ingenieros informáticos y administradores de sistemas. La firma cuenta con clientes en todo el territorio nacional, incluido Cataluña. Según su director, Miguel Pedraza, la tranquilidad es total. «Es algo que no nos condiciona el día a día. Se trata de un escenario ajeno a nuestro trabajo y trato diario con nuestros usuarios y clientes catalanes», asegura.

Al sector del vino en Málaga las intenciones secesionistas de los partidarios de la independencia no es algo que, de momento, preocupe. Al menos, así lo asegura el secretario general del Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen Málaga, Sierras de Málaga y Pasas de Málaga, José Manuel Moreno, para quien Barcelona es uno de los grandes mercados a nivel interior en cuanto a vinos, sobre todo para clientes de un nivel medio alto, donde las bodegas malagueñas están bien posicionadas. Para Moreno, lo que no se puede descartar es que algo que ya se vienen observando a nivel general con este tipo de vinos, entre los que se encuentran los cavas, muy asociados a Cataluña, pueda beneficiar y favorecer a las ventas de espumosos malagueños. «De cualquier modo, nuestras bodegas no han lanzando este producto pensando en la polémica catalana, sino porque considerar que existe un nicho de mercado», apunta Moreno.

¿Y qué pasa con las empresas malagueñas que ya tiene implantación en Cataluña? La respuesta es muy similar, por no decir la misma. Un ejemplo es holaMOBI, una franquicia malagueña con más de 100 tiendas de telefonía global, de las cuales 10 están implantadas en Cataluña. Según su directora ejecutiva, María Salas, el asunto de la independencia es algo que no está afectando a su actividad.

«Hemos adaptado nuestras tiendas a la idiosincrasia de los catalanes. Nuestra cartelería está en catalán y castellano, y atendemos a los clientes en la lengua que ellos piden. En la práctica el proceso soberanista no nos influye. Está en la calle, pero no supone impedimento alguno. Somos una empresa andaluza y esperamos, si llega el caso, que no nos afecte porque estamos fomentando el empleo», señala directora y creadora de holaMOBI. La firma malagueña ha contribuido a crear más de 240 puestos de trabajo en toda su cadena. La empresa acaba de firmar además un convenio para ofertar a sus clientes en Cataluña los servicios de un nuevo operador totalmente catalán, Parlem. «Aunque sus precios son en algunos casos algo más altos que los de otros operadores, hay catalanes que prefieren pagara más, pero en cambio tener una operadora que les atienda y ofrezca todos sus servicios en catalán», explica Salas.

Aunque los empresarios malagueños insisten en que la situación la han llevado con normalidad, también reconocen que lo que hoy suceda puede ser clave de cara al futuro. No en vano Cataluña el principal mercado para Andalucía a nivel nacional.