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José Luis Ramos y Antonio García-Agua, con un antiguo cartel de la marca.
El salchichón García-Agua vuelve a fabricarse tras diez años de ausencia

El salchichón García-Agua vuelve a fabricarse tras diez años de ausencia

La familia propietaria de la marca se alía con el empresario José Luis Ramos para poner de nuevo en el mercado el tradicional embutido

Ignacio Lillo

Sábado, 18 de abril 2015, 00:00

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Era la estrella de los paquetes que mandaban las madres a los hijos que estaban haciendo la mili. Y algunos quizás se acuerden de una chapa promocional que se convirtió en el premio preferido para los ganadores de las canicas en el recreo. El salchichón García-Agua, un indispensable en las cocinas de los malagueños del siglo XX, vuelve a las tiendas. Desapareció hace una década, tras sucumbir por las condiciones que imponía la gran distribución de masas, y regresa ahora, al calor del creciente gusto del público por lo artesanal, de calidad y hecho en Málaga.

La nueva sociedad la forman parte de la familia García-Agua, que posee la marca; y el empresario malagueño José Luis Ramos, uno de los socios del balneario de los Baños del Carmen. A nivel técnico, el proyecto está liderado por Antonio García-Agua, ingeniero industrial y experto agroalimentario, quien explica que el negocio surgió en 1921, en Cártama Estación. «Mi abuelo mataba unos cochinos y los vendía en una tiendecita en su casa. Luego vino una señora que había trabajado en Coín en temas de embutidos y le enseñó cómo hacerlos. Así fue como empezó el salchichón malagueño por antonomasia», añade, con orgullo. En los 80, él mismo, que ya era ingeniero, se puso al frente de la factoría, en una antigua fábrica de harina de su pueblo.

El declive vino con los nuevos hábitos de consumo de masas, las grandes superficies y los descuentos. «Nuestro único secreto era la calidad de la carne, no nos dejamos llevar por el mundo comercial de los años 90 y quizás fue una de las razones de que cerrara, porque era complicado mantener el nivel». Finalmente, dejó de producir hacia el 2005, «pero la gente no se ha olvidado». «Cuando digo mi apellido todo el mundo me dice: El del salchichón. Te cuentan historias que te hacen saltar las lágrimas. La gente lo ha hecho suyo, sería una atrocidad no darle la oportunidad a los que lo han vivido y a las nuevas generaciones de tenerlo de nuevo en la mano».

El relanzamiento se produce en pleno boom de la gastronomía y de los productos malagueños, tras la estela de otras marcas que han vuelto con fuerza, como la cerveza Victoria. Además, se da la circunstancia de que Antonio es hermano de Leonor García-Agua, la diputada que promueve el programa Sabor a Málaga de la Diputación, y que ha permitido relanzar muchos productos agroalimentarios locales en el mercado. En cualquier caso, recalca que ella no participa en el proyecto (la marca pertenece a otros dos miembros de la familia) y, además, la nueva empresa no cuenta con ayudas públicas.

Para la producción han llegado a un acuerdo con una fábrica ubicada en el polígono El Viso de la capital, «pequeña pero que se adecúa a la filosofía del producto y a los requerimientos técnicos sanitarios». La primera fabricación ya está en marcha, y estará lista para la presentación pública, que tendrá lugar mañana en los Baños del Carmen. Se ha previsto una producción inicial en torno a 15.000 unidades mensuales. En su formato comercial mantendrá el antiguo envoltorio, con rayas blancas y verdes, que permanece en la memoria colectiva de los ciudadanos.

José Luis Ramos añade que en esta nueva etapa se lanzarán también otros productos, como las minihamburguesas, y una masa de salchichón con la que buscarán la complicidad de la alta gastronomía malagueña, para elaborar desde croquetas hasta tartar y revueltos. Adolfo, como chef del restaurante del balneario, ya ha planteado una serie de recetas con este producto que se ofrecerán en su carta.

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