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El primer local de Helartia se abrió en marzo en el distrito de Carretera de Cádiz.
La malagueña Helartia quiere expandir sus sabores caseros por España

La malagueña Helartia quiere expandir sus sabores caseros por España

La firma de helados, creada por los dueños de Arelance, abrirá 50 centros en tres años

Eugenio Cabezas

Viernes, 26 de diciembre 2014, 01:02

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De la consultoría tecnológica, el outsourcing y el diseño de software a la fabricación de helados. Éste es el peculiar giro que han dado los empresarios malagueños Pablo Díaz y Miguel Manzanares a su vida profesional. Tras una trayectoria de éxito de once años al frente de Arelance, una consultora tecnológica en la que prevén cerrar el año con una facturación de diez millones de euros un 15% más que en 2013, desde principios de este ejercicio están inmersos también en Helartia, un nuevo concepto de heladerías que quieren expandir por España.

«Conocíamos a un maestro obrador heladero y después de varias conversaciones pensamos que podía ser una buena fórmula de negocio para invertir», señala Díaz, licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Málaga, de 38 años. El pasado marzo, tras un ambicioso plan de negocio y una inversión de 700.000 euros para poner en marcha la nave central en el polígono industrial Alameda de la capital malagueña donde está el obrador, abrieron su primera heladería en la calle Realenga de San Luis, número 12, junto al Parque del Oeste del distrito de Carretera de Cádiz.

«El verano ha ido muy bien, mucho mejor de lo que nos esperábamos», cuenta Pablo Díaz, que está convencido de que con la fórmula de sus helados, «100% caseros y elaborados con productos totalmente naturales y frescos», pueden tener éxito en su plan de expansión en franquicias. Los objetivos que se han marcado son ambiciosos: quieren abrir 50 locales en los próximos tres años. La inversión necesaria para poner en funcionamiento una franquicia de la marca ronda los 45.000 euros, para poblaciones con más de 50.000 habitantes y en locales con un mínimo de 40 metros cuadrados de superficie.

Como avanzadilla, Díaz y Manzanares, informático de formación y de 49 años, tienen previsto abrir un segundo local en la capital malagueña para la primavera de 2015, y están estudiando una tercera apertura en otra localidad de la provincia. «No sabemos todavía si de la costa o del interior», apunta. «Hemos sondeado el mercado en municipios como Ronda o Antequera, y hemos visto que allí apenas hay heladerías, y mucho menos caseras», asegura.

Cierre por temporada

Por el momento, el único establecimiento que tienen permanece cerrado desde finales de diciembre y hasta comienzos del próximo mes de marzo. «No es por nada, pero es que aquí en Málaga es llegar un poco el frío y la gente deja de consumir helados, nada parecido a lo que ocurre en el norte de Europa, donde los alemanes o los nórdicos acostumbran a tomar helados todo el año», sostiene Díaz.

Así, ante la evidencia de que sus productos estaban perdiendo calidad debido a la caída de la demanda, «hemos preferido cerrar, aunque seguimos elaborando y ensayando con nuevos sabores en nuestro obrador, de más de 350 metros cuadrados y dotado de las últimas tecnologías para preparar helados caseros pero en grandes cantidades», sostiene el fundador de Arelance y responsable de Helartia.

Todos sus productos se elaboran en base a recetas tradicionales, de manera casera y artesanal a través de unos exhaustivos procesos de calidad, para controlar la trazabilidad, al mismo tiempo que garantiza el mantenimiento de la cadena de frío desde la elaboración hasta la entrega al cliente. «Nuestra idea es abrir primero locales en Andalucía, por cuestiones de logística, aunque estamos en disposición de atender propuestas empresariales de toda España», asegura.

Gracias a una filosofía de constante evolución, la firma ha logrado reunir una oferta de más de sesenta variedades, entre las que destacan sabores clásicos como el de turrón, chocolate, carapino, tutti-frutti y otros más novedosos como la milhoja, kinder, tarta de queso y hasta el chumbo. «Helados se pueden hacer de casi cualquier cosa, aunque lo importante es la materia y prima y la elaboración artesanal», concluye.

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