Borrar
Steven Mnuchin y Liu He, tras llegar a un acuerdo. :: afp
EE UU y China firman la paz arancelaria

EE UU y China firman la paz arancelaria

Deciden suspender la guerra comercial después de que Pekín aceptara aumentar las importaciones norteamericanas

ZIGOR ALDAMA

SHANGHÁI.

Lunes, 21 de mayo 2018, 00:34

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La guerra comercial que protagonizan China y EE UU estaba a punto de desbocarse. Las dos mayores potencias mundiales habían anunciado la imposición de aranceles por un valor total cercano a los 100.000 millones de dólares y no parecía que ninguno de los dos gobiernos fuese a ceder. Pekín justificaba sus impuestos con el principio de reciprocidad y Donald Trump, que fue quien lanzó la primera piedra, mantenía que la gran escora de la balanza comercial hacia China no era justa.

Afortunadamente, ayer, antes de que la sangre llegase al río, las dos delegaciones de alto nivel reunidas en Washington desde el viernes pasado alcanzaron un acuerdo para suspender todas las tasas que habían anunciado. Los dirigentes comunistas fueron los que dieron un paso atrás al aceptar reducir el superávit comercial del que disfrutan en su relación con EE UU. Pero el comunicado conjunto que publicaron no concreta una cifra a ese respecto, y tampoco menciona los 200.000 millones de dólares en los que Trump quiere reducir su déficit comercial con China.

«Para satisfacer las crecientes necesidades de consumo de la ciudadanía china, así como la de un desarrollo económico de alta calidad, China incrementará sustancialmente sus compras de bienes y servicios estadounidenses», se limitó a informar la nota conjunta, en la que se subrayó que el acuerdo tendrá efectos positivos en el crecimiento económico y en la creación de empleo en EE UU. «Hay compromisos muy importantes en el sector de la agricultura, donde esperamos ver un aumento de entre el 35% y el 40% en las compras chinas de productos agroalimentarios», añadió el secretario del Tesoro norteamericano, Steven Mnuchin, quien lideró la delegación estadounidense. «En el área energética, duplicaremos las compras de energía -por parte de China- por lo que creo que podríamos ver 50.000 o 60.000 millones de dólares al año de compras energéticas durante los próximos tres a cinco años. Estratégicamente, eso es muy importante para nosotros», recalcó Mnuchin. La Casa Blanca también se congratuló del resultado de la segunda ronda de las negociaciones, que comenzaron a principios de mayo en Pekín, y anunció que proseguirán. «Estados Unidos enviará un equipo a China para trabajar en los detalles del acuerdo y continuarán las conversaciones de alto nivel para resolver las disputas económicas y comerciales de forma proactiva», avanzó.

En China, sin embargo, el acuerdo no se ha interpretado como una derrota. A pesar de que ha sido su delegación la que finalmente ha cedido, la prensa oficial del gigante asiático consideró ayer que la nueva coyuntura beneficia a ambas partes. «Por un lado, servirá para que América reduzca su déficit comercial mediante el aumento de las exportaciones a China y, por otro lado, China podrá diversificar y mejorar la calidad de sus importaciones», publicó la agencia de noticias Xinhua.

Más estabilidad

Por su parte, el viceprimer ministro chino, Liu He, enviado del presidente Xi Jinping para las negociaciones, hizo hincapié en que el acuerdo también recoge el fortalecimiento de la cooperación en materias clave como la inversión o la propiedad intelectual. «Por esta razón, no solo es beneficiosa para ambas naciones. También lo es para la estabilidad y la prosperidad de la economía y el comercio globales», aseguró Liu en una entrevista con la cadena de televisión Phoenix, en la que también avanzó que habrá un aumento de las importaciones de China del resto del mundo. No obstante, hay quienes ven el acuerdo con escepticismo. Shi Yinghong, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Renmin, declaró al diario 'South China Morning Post' que un súbito aumento de las importaciones de productos americanos puede provocar un desequilibrio en la estructura comercial de China y dañar las relaciones con otros socios comerciales.

De hecho, parecía que la Unión Europea podía salir beneficiada de una guerra comercial entre China y EE UU, pero ahora la situación podría dar un vuelco si Pekín decide sustituir productos que antes adquiría en Europa por otros americanos. «Esto no ha acabado. La tregua no durará más de seis meses. Trump comenzará una segunda ronda de confrontación y debemos prepararnos para ella», vaticinó Shi. De hecho, el presidente estadounidense no escatimó dureza a la hora de referirse a China el jueves pasado. «China nos ha desplumado. Hemos protagonizado la mayor fuga de riqueza de la historia. China se ha reconstruido con el dinero que ha tomado de Estados Unidos. Y se ha hecho muy mimada», dijo. El propio Mnuchin afirmó ayer mismo que la suspensión de los aranceles puede convertirse ahora en una medida temporal. «Siempre podemos volver a introducirlos si China no cumple con su parte del trato», sentenció.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios