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Las ayudas a los desempleados, un rompecabezas pendiente de resolver

Las ayudas a los desempleados, un rompecabezas pendiente de resolver

El Gobierno pretende unificar todos los subsidios para parados de larga duración mientras el plan Prepara sigue en el aire a la espera del sí vasco

LUCÍA PALACIOS

MADRID.

Domingo, 3 de septiembre 2017, 00:31

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Por desgracia, son muchos, todavía casi 4 millones de personas, las que quieren trabajar y no pueden. Y no es fácil salir de esta situación, como se pone en evidencia en el hecho de que más de la mitad de los desempleados (concretamente 2,1 millones) se han convertido en parados de larga duración, es decir, que han intentado durante más de un año buscar un empleo sin éxito. Y aún hay más: 1,6 millones lleva en esta difícil situación más de dos años. Éste es el talón de Aquiles del mercado laboral español, un problema que se ha enquistado con el paso del tiempo y de forma mucho más acuciante para los mayores de 45 años, los que más dificultades encuentran para acceder a un puesto de trabajo.

Aquellos que han tenido derecho a la totalidad de la prestación por desempleo han cobrado durante un máximo de dos años esta ayuda, que oscila entre un mínimo de 500 euros y un máximo de poco más de 1.400 euros al mes (cuanto más hayas cotizado, más cobrarás). Pero... ¿Qué pasa a día de hoy con esos 1,6 millones de personas que acumulan más de dos años en el paro?

Aquí es donde entran en juego una serie de subsidios específicos para los desempleados de larga duración y que se han convertido en un galimatías difícil de entender. Concretamente son tres: la Renta Activa de Inserción (RAI) -solo para mayores de 45 y con una duración de 11 meses, aunque puede solicitarse hasta tres-, el plan Prepara y el Programa de Activación para el Empleo (PAE), ambos para cualquier edad y por seis meses improrrogables. Todos son muy similares, de hecho la dotación económica del RAI y el PAE asciende a 430 euros al mes y el Prepara oscila entre 403 o 457 euros en función de las responsabilidades familiares. Lo que varía fundamentalmente son los requisitos para acceder a uno u otro, aunque es posible incluso haber cobrado los tres.

La pregunta que uno se hace es: ¿por qué entonces hay tres ayudas diferentes para la misma problemática? Desde el propio Ministerio de Empleo admiten que los tres planes son «tres parches», que han cubierto una función, la de «rescatar a la gente que estaba sin ayudas», pero no el objetivo final de reactivar a estas personas, ayudarles a formarse y volver a integrarse en el mercado laboral. Por eso se trata de cambiarlos por una solución en su conjunto y más ambiciosa. Éste es el deseo del Gobierno: unificar las ayudas en una sola y para ello mañana mismo se reúnen en una mesa de diálogo social con los sindicatos y la patronal. Y parece que en esto hay un consenso general entre todas las partes, aunque luego cada uno llega con sus peticiones específicas.

Mejorar la cobertura

El profesor de la Universidad Autónoma de Madrid Marcel Jansen se congratula de esta idea de fusionar los distintos programas, puesto que a su juicio, «el Gobierno lo que ha hecho hasta ahora es ir poniendo parches, improvisando, y faltan todavía por parte de los poderes públicos esfuerzos básicos para poner en marcha una estructura que realmente ataje este problema». Este experto aboga por que no se limiten a ser ayudas económicas y se ofrezca a los parados una atención individualizada y personalizada para que se les den soluciones efectivas.

Para UGT, «el objetivo primero es que mejore la cobertura por desempleo [que ha caído desde el 80% en 2010 hasta el 54,4% actual], para que se proteja a todo aquel que lo necesite y se homologue con los niveles europeos», explica Mari Carmen Barrera, secretaria de Políticas Sociales de la organización.

Y si ya la necesidad de reformular estos subsidios se manifestó a finales del año pasado, ahora se ha acelerado con la deriva que ha tomado el Plan Prepara. Desde su implantación en 2011, 952.000 desempleados se han beneficiado de esta ayuda que desde entonces se ha renovado en doce ocasiones cada seis meses, pues estaba estipulado que así se hiciera mientras la tasa de paro sobrepasara el 18%. Pero el pasado 15 de agosto este subsidio se extinguió y de momento no se ha prorrogado. Dos son los motivos: que el paro por fin ha bajado del 18% (se sitúa en este segundo trimestre en el 17,2%) y que una sentencia del Tribunal Constitucional de finales de julio dio la razón al Gobierno vasco y dictaminó que se trata de una prestación autonómica y no estatal.

Así, la pelota está en el tejado de las comunidades, pues la forma que hay para poder prorrogar con rapidez y de forma retroactiva esta ayuda es que la autonomías den su unánime consentimiento para que el Servicio Público de Empleo (SEPE) lo siga gestionando unos meses más. Ésta será, por tanto, la última prórroga antes de su final anunciado, siempre y cuando el Gobierno vasco, el que más oposición presenta, acceda a ello, quizá a cambio de alguna otra cesión. Por el momento, aunque los beneficiarios siguen cobrando este dinero, no es posible solicitarlo para aquellos que puedan y quieran hacerlo.

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