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Miguel Ángel Carmona, con el Puerto Deportivo de Fuengirola al fondo. :: m. gámez
«La Navidad supone el 30% de los ingresos en la pesca malagueña»
PESCA

«La Navidad supone el 30% de los ingresos en la pesca malagueña»

Miguel Ángel Carmona Presidente de la Federación de Cofradías de Pesca de Málaga

MIGUEL GÁMEZ

Sábado, 10 de diciembre 2016, 01:11

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La época de Navidad es la segunda más relevante del año para el sector pesquero malagueño tras el verano y por delante de la Semana Santa. No obstante, Miguel Ángel Carmona Jiménez, que cumple su quinto año como presidente de la Federación de Cofradías de Pesca de Málaga, además de ser el Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores de Fuengirola, busca fórmulas para luchar contra la estacionalidad en momentos de subsistencia, debido a las restricciones de la UE. Hasta la fecha se han capturado en las cuatro lonjas principales (Caleta de Vélez, Estepona, Fuengirola y Marbella) más de tres millones de kilos de sardinas, 442.000 de pulpo, casi 400.000 de jureles, 212.000 de boquerones, 123.000 de conchas finas, 120.000 de salmonetes y 66.000 de pintarrojas.

-¿Cómo definiría la situación del sector pesquero malagueño en la actualidad?

-Es paradójico decirlo, pero en los últimos años hemos gozado de buena salud, aunque hemos tenido muchos problemas con la normativa europea y los nuevos planes de pesca, sobre todo en el Mediterráneo, ya que son bastante restrictivos y están poniendo a prueba la viabilidad de las empresas. Nos han subido la talla legal de comercialización de ciertos pescados y no sabemos aún por qué. Por ejemplo, la talla de 12 centímetros del jurel cumplía con los requisitos y nos lo han subido a 15 centímetros. El mercado demanda el de 12, con lo cual si antes el kilo era de 5, 6 o 7 euros ahora ha pasado a 1 euro o 30 céntimos. No entendemos ese cambio de normativa. También hay restricciones de horarios, con la malla... Pero también hay ayudas en materia de seguridad, otros tipos de comercialización, etc.

-Al margen de esas restricciones de la UE, ¿cuáles son las principales dificultades?

-Al ser un sector primario, como ocurre también con la agricultura, la primera problemática que tenemos es la comercialización. Hay mucha competencia de productos de otros países, sobre todo de los que no son europeos. Málaga cuenta con una gran infraestructura de transportes puntera en España, y en dos días puedes tener aquí pescadilla americana, almejas italianas y productos de todo el mundo.

-¿Cómo se puede contrarrestar esa circunstancia?

-Nuestras únicas armas son la frescura y la calidad. Nuestros barcos salen a las seis de la mañana y el producto puede estar en el mercado ese día a las ocho de la tarde. La Mancomunidad de Municipios nos ha hecho reconocimientos a través de la marca 'Sabor a Málaga' a las lonjas de Estepona y Fuengirola y lo hará también a Caleta y Marbella. Así combatiremos contra esos productos de fuera. La de Málaga no está integrada en la Federación de Cofradías, se rige por otros productores, pero remamos en la misma dirección.

El marisco 'estrella'

-La producción es mayor en verano. ¿Y el resto del año? Además del convenio con 'Sabor a Málaga', ¿se buscan otras fórmulas para luchar contra la estacionalidad?

-Dependemos mucho del turismo. En noviembre hay chiringuitos que cierran porque no les compensa trabajar y repercute en los precios. Las capturas, más o menos, se mantienen. Si hay mucha oferta, los precios bajan y si hay demanda, los precios suben. Verano, Navidad y Semana Santa son muy importantes. En Navidad, las gambas y las cigalas suben de precio un 30 o un 40 %. El verano supone el 60 % de los ingresos del año, y la Navidad es el 30 %. Además del acuerdo con 'Sabor a Málaga', hemos hecho la campaña de la concha fina, marisco 'estrella' de Málaga, con el Grupo de Desarrollo Pesquero, que ha sido un éxito y se ha dado a conocer en muchos ámbitos. Así competimos con las conchas finas que vienen de otras partes de España.

-¿Tiene la pesca en Málaga suficiente apoyo de políticos, instituciones y organismos?

-Al sector pesquero, en general, siempre se le acusa de ser destructivo. Tenemos colgado el sambenito de la palabra maldita 'sobrepesca', sobre todo por las ONG y asociaciones de ecologistas. Nos acusan de querer destruir el mar, cuando es lo contrario, ya que vivimos de eso. Las administraciones hacen su trabajo. A nivel español y andaluz tienen muchas veces las manos atadas, porque deben cumplir las leyes de la Comisión Europea de Pesca. Vamos a hacer campañas de divulgación de la pesca en colegios, institutos y asociaciones. Somos un sector desconocido. Hay gente que me pregunta: ¿En Málaga hay gambas y cigalas?, ¿estas chirlas son de aquí? También haremos campañas de recogida de residuos del mar. Nos engancharemos a proyectos como el que hay en Motril, que se llama Ecopuerto.

-¿El pescaíto frito de Málaga debería promocionarse más aún a nivel mundial?

-En Málaga tenemos dos estrellas culinarias, el pescaíto frito y las sardinas, además de la concha fina, que también se consume mucho. Eso se promociona en Fitur, como hace el alcalde de Torremolinos. Todo eso ayuda a potenciar el sector y los productos que son meramente de Málaga. Estamos abiertos a lo que nos propongan las administraciones.

-¿Son suficientes las 252 embarcaciones de Málaga?

-El sector se reguló con la subida del combustible. Hay puertos como Caleta de Vélez, que es nuestro buque insignia del Mediterráneo andaluz, pero en sectores como el arrastre, el 50% de los barcos han ido al desguace. Son pérdidas de puestos de trabajo. Muchos marineros de esos barcos se han incorporado a otros sectores, barcos o han comprado el suyo propio. Lo que no podemos es vender el pescado al mismo precio que hace 20 años (un kilo de boquerón a 0,70 céntimos), cuando los gastos se han quintuplicado. Ahora subsistimos. El gasoil, la seguridad social y otros gastos del barco están a precios asequibles y los precios del pescado también.

-¿Cuál es la visión de futuro a medio y largo plazo?

-Tenemos mucha ilusión. Muchos de los que estamos en la pesca lo hacemos por vocación. Soy pescador de tercera generación. No quisiera cambiar de profesión, como casi ninguno. Si todos hacemos los deberes, incluyendo a las administraciones, la visión de futuro será buena a corto plazo. Y a largo plazo será mejor aún.

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