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EUGENIO CABEZAS
Sábado, 10 de diciembre 2016, 01:12
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Acuaponía es la suma de la hidroponia y la acuicultura, es decir, es un sistema sostenible de producción de alimentos que combina el cultivo de peces con plantas en un mismo espacio físico. Aunque su origen histórico no está claro, hay investigadores que apuntan a la civilización azteca y sus 'chinampas' como antecedente. También en muchos países asiáticos se crían, desde hace siglos, arrozales con peces como el misgurno, anguilas de lodo, carpas o caracoles.
En todo caso, la acuaponía persigue, fundamentalmente, hacer un uso más óptimo del espacio, más productivo, pues apenas consume el 5 por ciento del agua de un cultivo tradicional. Además, permite cultivar incluso donde la tierra no es apta para hacerlo, no precisa fertilizantes químicos sintéticos, no genera vertidos contaminantes porque regenera y reutiliza sus propios residuos. En suma, es una forma de cultivo de proximidad y su producción es 100% orgánica.
Con larga tradición en países como Estados Unidos, Australia o el norte de Europa, en los últimos años ha comenzado a experimentarse también en España. En Málaga, entidades como el Aula del Mar han impartido cursos en el centro La Noria de la capital. «La acuaponía es el cultivo combinado de peces y plantas en sistemas de recirculación. Nutrientes, que son excretados directamente por los peces o generados por la descomposición microbiana de residuos orgánicos, son absorbidos por las plantas cultivadas hidropónicamente, es decir sin suelo, por lo que el alimento para los peces proporciona la mayor parte de los nutrientes necesarios para el crecimiento de las plantas», describe el investigador malagueño Juan Antonio López.
Según explica este experto, a medida que el efluente de la acuicultura fluye a través del componente hidropónico del sistema de recirculación, los metabolitos de desecho del pescado se eliminan mediante la nitrificación y la absorción directa por las plantas cultivadas, «tratando de este modo el agua, que fluye de nuevo al componente de cría de peces para su reutilización».
Para las instalaciones de acuoponía se pueden usar carpas, tilapias o percas, y en plantas, es posible cultivar fresas, tomates, lechugas, acelgas, espinacas, perejil o hierbabuena. Los sistemas acuapónicos varían en tamaño, desde pequeñas unidades interiores o exteriores hasta grandes unidades comerciales, que utilizan la misma tecnología. En Málaga la firma Bee Garden acaba de montar uno de tamaño medio en sus instalaciones de la finca La Píndola, propiedad de la sociedad Promálaga.
Eva Gómez, licenciada en Química y apicultora ecológica, y José Gil, licenciado en Biología y apicultor especializado en polinización, son los responsables de este proyecto pionero. Además de a la acuaponía, se dedican a la cría de abejas y a la producción de miel artesanal en una finca en Yunquera. «Después de mucho tiempo formándonos en diversas áreas medioambientales y tras visitar distintos museos nacionales y otros en el extranjero como el Museo de Historia Natural de Londres, en el cual destaca el recurso divulgativo 'Bee Tree', que consiste en una colmena de cristal dentro del tronco de un árbol, que nos sirvió de inspiración para nuestra colmena de observación que utilizamos para acercar a las abejas a los niños, colegios, asociaciones, empresas, entidades, familias y a todos los interesados en la conservación medioambiental», dicen.
Norte de Europa
Los sistemas de acuaponía comúnmente contienen agua dulce, pero también son factibles los sistemas de agua salada, dependiendo del tipo de animal acuático. En Australia está muy extendida la acuaponía a escala doméstica, para el autoconsumo de productos saludables. En Estados Unidos existen numerosas iniciativas empresariales de acuaponía, con gran éxito en la comercialización, ofertando productos ecológicos de calidad.
En los países del norte de Europa (Noruega, Dinamarca, Finlandia o Suecia), se está implantando recientemente este sistema de cultivo, por la creciente demanda de vegetales y pescados, producidos de forma ecológica y sostenible. En Alemania, Francia o Reino Unido también hay interés por este tipo de producción, que reduce espacio, ahorra agua y energía, y obtiene productos en menor tiempo y con mejores propiedades nutritivas.
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