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EUGENIO CABEZAS
Jueves, 11 de agosto 2016, 00:10
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Como las patatas, el maíz o los tomates, los chumbos los trajo de América Cristóbal Colón, a finales del siglo XV, por lo que ya son una parte más del paisaje malagueño y mediterráneo. Sin embargo, en los últimos años, las chumberas de la provincia están siendo atacadas por una plaga, que aunque conocida desde hace décadas, se está ensañando con una planta que, a diferencia de otras zonas del país, en Málaga apenas tiene usos comerciales, más allá de los típicos puestos veraniegos en los que sus frutos se venden en fresco.
Nombres. 'Dactylopius Opuntiae' y 'Dactylopius Coccus', popularmente conocida como 'cochinilla del carmín'.
Características. Es un parásito que debilita las plantas de las chumberas, al alimentarse de su savia, hasta que termina secándolas.
Método. Pueden limpiarse las palas con agua y jabón.
En concreto, se trata de los insectos 'Dactylopius Opuntiae' y 'Dactylopius Coccus', conocidos popularmente como 'cochinilla del carmín'. Las pencas aparecen cubiertas de una tela blanca. Son los síntomas de la infección, que acaba matando a las plantas y con ellas la posibilidad de que muchas personas puedan ganarse un dinero aprovechando sus frutos, muy exquisitos durante esta época estival del año. Pero también puede ocasionar otros problemas, ya que el fruto tiene diversos aprovechamientos en España.
Así, en Vélez-Málaga la firma La Huerta de Carolina fabrica zumo. En Ojén, Finca la Giralda elabora un aguardiente de chumbos, como hacen otras destilerías de las Serranías de Ronda y Grazalema. En Écija y Murcia, sendas empresas los envasan en frescos y envían a domicilio. En la región murciana y Almería se hacen mermeladas y también tiene usos cosméticos, como cremas antiarrugas. Incluso tienen un valor ornamental: sobre una pala, paleta o penca de chumbera los biznagueros malagueños colocan los tallos de las inflorescencias con su ramillete de jazmines, una estampa típica del verano malagueño.
La cochinilla está poniendo en jaque a las administraciones y agricultores. La plaga se localizó en 2007 en Murcia. Rápidamente se extendió por la región, a pesar de los más de dos millones de euros que gastaron las autoridades en tratamientos fitosanitarios. De allí pasó a Almería, donde desde 2013 es visible el ataque de la cochinilla en las chumberas del parque del Cabo de Gata.
En Málaga la organización COAG ha pedido a la Junta que tome medidas para frenar esta plaga. Sin embargo, la Delegación de Medio Ambiente considera que se trata de una especie «invasora». En cualquier caso, los tratamientos fitosanitarios no resultan del todo efectivos y se recomienda limpiar las palas de las chumberas con agua y jabón de potasio.
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