Borrar
Un empleado de Mercadona hace entrega de los alimentos en Cottolengo.
La cesta solidaria de Mercadona

La cesta solidaria de Mercadona

La cadena de supermercados suma a su estrategia social Cottolengo, donde entrega casi a diario productos frescos

Ana Pérez-Bryan

Martes, 30 de mayo 2017, 00:24

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Los que conocen bien cómo funciona la Casa del Sagrado Corazón de Málaga (Cottolengo) saben de sobra que allí hay una máxima que el resto no entenderá pero que se cumple a rajatabla de puertas adentro: «La mano de la providencia siempre llega, y lo hace de mil maneras». Lo dice convencida y por experiencia propia Susana Lozano, subdirectora de esta casa, que desde hace medio siglo atiende a personas que necesitan una mano justo en el momento ése en que la vida se tuerce. Allí, mirando al mar en el corazón de El Bulto, familias enteras y personas solas tratan de recomponer los pedazos de la mano de una legión de voluntarios y empleados entregados que hacen que todo funcione como un reloj en ese hogar heterogéneo.

Ahí está una de las claves de Cottolengo: en esta casa se da todo (y más) de lo que se recibe. En esta cadena solidaria hay muchos protagonistas, y uno de los más recientes en incorporarse ha sido Mercadona.

La cadena de supermercados decidió sumar el pasado mes de marzo a este hogar a su estrategia de acción solidaria, y desde entonces colabora casi a diario en que sus cocinas estén lo suficientemente surtidas de productos frescos y de primera necesidad. «Para nosotros es una satisfacción poder colaborar con el trabajo que hacen», dice uno de los responsables de la firma y de esta iniciativa solidaria que ha supuesto un importante alivio en las cocinas de Cottolengo.

La cesta de la compra que llega hasta sus fogones está integrada por una amplia variedad de productos que han estado expuestos en el lineal de los supermercados pero que por unas u otras razones no terminan de venderse. Es el caso de los productos frescos como ensaladas, verduras o vegetales que tienen próxima la fecha de caducidad pero que siguen en perfecto estado; o envases de otro tipo de alimentos de primera necesidad que han sido abiertos por clientes y que posteriormente quedan descartados para ser vendidos: por ejemplo galletas que siguen intactas en sus paquetes pero cuyas cajas exteriores han sido abiertas; o packs de latas de atún de seis unidades que quedan en cinco y que ya no pueden venderse.

«Son cosas que están perfectas y que pueden tener un uso extraordinario con este tipo de iniciativas», añaden desde la cadena de supermercados, que para el caso concreto de Cottolengo hace acopio de reservas en su centro más cercano, el de Vialia, y desde allí una furgoneta de reparto se encarga de que en las cocinas de este hogar reciban los víveres casi todos los días, de lunes a sábado, en horario de mañana.

Siempre frescos

«Muchos de los menús los hacemos en función de los alimentos que recibimos esa mañana», celebra la subdirectora del centro, quien añade que desde el pasado mes de marzo no falta en los platos de sus residentes «ni una buena ensalada ni una guarnición de verduras que acompañe al plato que preparamos». La comida -siempre casera- corre a cargo de los voluntarios del centro, que desde hace años se organizan por turnos para dejar listas las comidas y las cenas. Porque allí nunca falta un plato de comida caliente.

Otros centros

Tampoco falta en otros centros de la provincia con los que Mercadona colabora desde hace años en incitativas solidarias similares a la que funciona desde hace un par de meses en Cottolengo. Es el caso del Comedor de Santo Domingo en la capital o de los comedores de Emaus (Obra de Amor) en Estepona y Antequera. Del mismo modo, la cadena de supermercados es un colaborador indispensable en el Banco de Alimentos (Bancosol); de hecho la firma se ha convertido en uno de sus voluntarios más entusiastas cuando se acerca la fecha de la Gran Recogida, convertida ya -cuando llega noviembre y se acerca la Navidad- en una cita imprescindible del calendario solidario malagueño.

En este último caso, a Bancosol llegan desde Mercadona pedidos más específicos «y casi a demanda» -afirman desde la cadena-, caso de los productos infantiles de primera necesidad, aceite y conservas vegetales y de pescado. A esta labor, Mercadona suma también su colaboración con las operaciones kilo que organiza Bancosol el resto del año y que terminan por dibujar los ejes de esta amplia estrategia solidaria que, por qué no, confirman esa máxima de que la providencia funciona.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios