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Arrecian las críticas al BCE por politizarse en exceso y le piden que deje la 'troika'

El Europarlamento, mientras, redobla la presión para que dimita Dijsselbloem por sus críticas a países del Sur

R. C.

Miércoles, 29 de marzo 2017, 01:09

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Dos de las principales instituciones de la arquitectura de poder en UE atraviesan uno de los momentos más bajos en su prestigio, al menos de cara a la opinión pública. En este sentido arrecian las críticas contra el Banco Central Europeo (BCE) por politizar en exceso sus decisiones mientras que al Eurogrupo se le reclama desde distintas instancias que se repiense la continuidad del lenguaraz Jeroen Dijsselbloem como presidente.

En lo primero, la organización no gubernamental (ONG) Transparencia Internacional publicó ayer un informe donde concluye que el supervisor bancario europeo se habría extralimitado en sus funciones durante los últimos años, llegando a tomar decisiones de cariz «político» pero sin el «escrutinio adecuado». Y como ejemplo señala que «en el punto más alto de la crisis de Grecia en 2015», limitó «en varias ocasiones» el techo de liquidez de emergencia (ELA) para sus bancos pero «sin anunciarlo públicamente».

«Sus poderes discrecionales le permitieron presionar a los bancos griegos mientras negociaba las reformas con el Gobierno heleno» como parte del grupo «de acreedores institucionales» -la conocida como 'troika', que integran el BCE, la Comisión Europea (CE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)-, reprocharon desde la ONG. Sus responsables ven ahora el riesgo de que se repita la misma estrategia en las próximas conversaciones con Grecia o en la recapitalización del banco italiano Monte dei Paschi di Siena, en la que el supervisor bancario debe fijar aún varios criterios que deberá aceptar el Ejecutivo de Roma.

Desde el consejo del gobierno del BCE, no obstante, defienden su comportamiento. Según uno de sus miembros, Benoit Coueré -presente en la presentación del informe de Transparencia-, «de no haber impuesto condiciones (de liquidez a la banca griega) habríamos incumplido precisamente nuestro mandato». «Habríamos estado haciendo -continuó- algo que el Eurogrupo había decidido no hacer... Y eso habría sido políticamente incorrecto», insistió.

La citada ONG cree, en cualquier caso, que «el papel del BCE es más indispensable que nunca». El problema, puntualiza, es que «su activismo ha ido más allá del papel que le otorgaba la arquitectura institucional de la zona euro». A este respecto advirtió de que su «elevado intervencionismo» hace necesario que tenga que someterse «a un mayor control democrático».

Por ello, añade en su informe, el supervisor bancario debería pasar a tener un papel secundario en la llamada 'troika', e incluso salir de la misma, al estimar que no debería tener un papel formal en la negociación y vigilancia posterior de las condiciones para recibir un rescate. «Algo así contradice con su reducido mandato -avisa- y el hecho de ser responsable de la política monetaria del país bajo supervisión».

De otro lado, según informa Adolfo Lorente, un grupo de 73 eurodiputados liderados por el grupo popular han dirigido una carta a Jeroen Dijsselbloem para que dimita como presidente del Eurogrupo. El motivo: sus reciente críticas hacia los países del Sur, a los que acusó de gastarse «todo el dinero en alcohol y mujeres y luego pedir ayuda».

Entre los firmantes hay políticos de 15 nacionalidades distintas y de países diferentes -entre ellos el alemán Manfred Weber, jefe de filas del PP europeo-, que le advierten de que «ya no nos sentimos representados por usted tras sus declaraciones sexistas, discriminatorias y ofensivas».

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