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La «blandura» predomina en el castigo judicial a los desmanes en las cajas

Seis años después de la primera denuncia solo se han juzgado cinco casos, uno con absolución y cuatro con penas reducidas

J. A. BRAVO

Domingo, 26 de marzo 2017, 01:15

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Entre 2010 y 2012 las 42 cajas de ahorros que existían entonces terminaron reducidas a menos de una cuarta parte y hoy solo sobreviven algunas reconvertidas en bancos, otras como meras fundaciones y muchas son historia. Pero ésta no es, en bastantes casos, precisamente feliz, pues la gestión de sus otrora máximos responsables puede calificarse, cuanto menos, de funesta, camino de lo irregular y, en algunas entidades, delictiva.

Aunque ha habido excepciones al fiasco de las cajas, la gran mayoría ha terminado, al menos, siendo investigada por decenas de operaciones que bien presentaban «indicios de irregularidades», bien no respondían a «una finalidad económica lógica». A esa conclusión ha ido llegando el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que desde que se constituyó en mayo de 2013 para canalizar el rescate con fondos públicos de entidades financieras ha revisado más de un centenar de actuaciones sospechosas.

El resultado, sorprendente para pocos, es que prácticamente la mitad de ellas han terminado siendo denunciadas ante la Fiscalía Anticorrupción -el primer caso en llegar a un juzgado, sin embargo, fue en diciembre de 2010 con Caja Castilla-La Mancha (CCM)- al apreciar que pudiera haberse cometido algún tipo de delito. En total, 57 operaciones fueron llevadas por el FROB ante el Ministerio Público y éste, a su vez, ha judicializado -tras comprobar que había indicios consistentes- casi la mitad generando 24 causas penales, en 20 de las cuales está personado el Fondo como acusación.

Un lastre de 75.000 millones

En realidad, el FROB ejerce la defensa de los intereses del Estado y, por extensión del erario público, pues a lo largo de la crisis ha concedido a la banca ayudas por 54.353 millones de euros, a los que se suman otros 2.192 millones para la Sareb (el 'banco malo' que se quedó con los activos más tóxicos de las entidades, sobre todo inmobiliarios) y otros casi 2.200 millones como garantías para los bancos que se hicieron con algunas de las entidades rescatadas. El Tribunal de Cuenta va un paso más allá elevando esa factura hasta los 75.000 millones, según lo que ocurra finalmente con la venta futura de Bankia-BMN y la recuperación de los referidos esquemas de protección de activos (EPA).

Casi un 7% del dinero inyectado en las cajas (el único banco rescatado fue el de Valencia) podría ser achacable directamente a actuaciones sospechosas de ser delictivas. Así lo estiman los responsables del FROB, que elevan ese «perjuicio económico» hasta los 3.707 millones. Y es una cifra provisional porque sus técnicos no han finalizado todos los análisis de actuaciones aparentemente anómalas en esas entidades.

De esa larga veintena de operaciones judicializadas, solo cinco casos han sido solventados por los tribunales hasta hoy, todos en la Audiencia Nacional. La primera condena llegó en mayo de 2014: entre uno y dos años de cárcel -cifra que se ha repetido en otros juicios, justo en el límite que los jueces solían estimar para ordenar el ingreso en prisión de un reo sin antecedentes- para cuatro ex altos cargos de Caixa Penedès (recibió 915 millones del FROB) por administración fraudulenta. Su pecado: autoconcederse un 'pensionazo' de 31,6 millones.

Ya en febrero de 2015 llegó el segundo juicio, que se saldó a su vez con la primera absolución. El favorecido resultó Roberto López Abad, quien fuera 'factotum' de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (5.250 millones del FROB) durante una decena de años. Los jueces evitaron analizar en detalle las dietas multimillonarias de la CAM porque, pese a ser su número dos, entendieron que él «no movía los hilos» del consejo y actuó más bien como mera «correa de transmisión» suya.

Pero aquella resolución no satisfizo en modo alguno al Tribunal Supremo, que reprendió a sus colegas de la Audiencia por limitar los derechos de las acusaciones particulares. El juicio se repitió con el mismo resultado, aunque los magistrados ya habían dado el primer aviso.

El segundo fue mucho más severo. Fue en septiembre pasado y el alto tribunal reprochó a la Audiencia que condenara con solo dos años de cárcel a cuatro exgestores de Novacaixagalicia (9.050 millones del FROB) que se autoconcedieron un retiro dorado. Afirmó estar sorprendido por la «llamativa lenidad» de su fallo, esto es, su blandura, y dijo que su razonamiento era «manifiestamente mejorable y necesitado de actualización», pues olvidaba el contexto social y económico» de sus actos, «tras el inicio de la crisis».

Los jueces de la Audiencia sí tomaron nota esta vez y el 16 de enero de este año ordenaban su ingreso en prisión. Era la primera vez que quedaban entre rejas algunos de los exbanqueros que contribuyeron al aparente saqueo de las cajas.

Entre medias se han producido otras dos condenas, aunque recurridas. En febrero de 2016, dos años de cárcel al expresidente de CCM, Juan Pedró Hernández Moltó por falsear las cuentas de una caja rescatada con 5.275 millones. Un año después, penas de entre tres meses y seis años para los 65 acusados por las llamadas tarjetas 'black' de Caja Madrid y Bankia, con Miguel Blesa y Rodrigo Rato al frente. La CAM y Caixa Catalunya podría ser las siguientes.

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