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El precio de la energía también pasa factura al déficit comercial, que se dispara un 30%

A pesar del nuevo récord de exportaciones, la dependencia energética sitúa el saldo negativo de enero en 3.100 millones, la mayor cifra desde 2013

JOSÉ M. CAMARERO

Miércoles, 22 de marzo 2017, 01:48

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El repunte de los costes energéticos experimentado en las primeras semanas del año no sólo ha afectado al bolsillo de los hogares, sino también al coste que asumen las empresas y al conjunto de la economía. Ese incremento de precios provocado por el auge de materias primas como el petróleo y el gas ha disparado el déficit comercial de España en enero. Esta balanza se situó en negativo, con un saldo de 3.134 millones, lo que supone un aumento del 31,3% con respecto al mismo mes del año anterior, según el Ministerio de Economía.

El dato constituye una excepción a la evolución que mantenía el saldo comercial español, cada vez más pequeño gracias al empuje que han registrado las exportaciones durante toda la crisis. De hecho, en enero, las ventas de bienes y servicios de las empresas al extranjero volvieron a marcar un máximo histórico, al situarse en los 21.440 millones, un 17,4% más que en 2015. La secretaria de Estado de Comercio, María Luisa Poncela, indicó ayer que España está creciendo «más» que los países del entorno y que las cifras de exportaciones de bienes están siendo «históricas».

Este comportamiento, que sigue la senda de los últimos años marcado por la mejora de la competitividad de las compañías, no ha servido para contrarrestar el incremento que también han registrado las importaciones: la economía tuvo que adquirir 24.574 millones en enero, un 19% más que un año antes.

El repunte de las compras que España hizo a otros países se debe sobre todo a la necesidad de adquirir bienes energéticos. De hecho, las importaciones de este tipo de productos aumentaron un 75% en términos interanuales en enero, hasta acabar representando casi un 16% de todas las compras que realizó la economía. Este dato refleja la dependencia energética que tiene España de otros países, cuya factura se ve impactada en etapas como la de este inicio de año, marcada por los elevados precios energéticos en todo el mundo, pero que supone un alivio cuando estos costes descienden, como ocurrió en 2016.

Si no se tiene en cuenta la salida y entrada de energía, el déficit comercial habría sido de apenas 855 millones, lo que representa una caída del 10% con respecto a enero de 2016. Sin embargo, si sólo se toman los datos de exportaciones e importaciones de este sector, el déficit habría aumentado casi un 58%, hasta los 2.279 millones.

Pero para una economía como la española, dependiente de las compras de crudo o de otras materias primas claves para el funcionamiento del país, es imposible abstraerse de esa realidad. En enero, el precio medio del barril de Brent se situó en los 52 dólares, lo que supuso doblar al que se pagaba el mismo mes de 2015.

Esta distorsión que ha provocado la cesta de bienes y servicios energéticos ha llevado al saldo comercial a registrar su peor mes de enero de los cuatro últimos años. Fue en 2013 cuando este registro seguía mejorando, después de que en 2008 llegase a acumular un desfase superior a los 9.600 millones, cuando apenas conseguía colocar en el exterior 15.000 millones en enero, frente a unas importaciones que, por entonces, superaban los 25.000.

En términos anuales, el año pasado cerró como el que mejores datos de balanza comercial arrojó de toda la crisis, con un déficit de 18.753 millones. En ocho años, la economía ha conseguido recortar el impacto negativo de ese saldo en un 80%, gracias a la evolución de las exportaciones, que mejoraron un 34%.

Europa, foco de atracción

Al comenzar este ejercicio, las ventas al exterior han mejorado en todos los sectores. En especial, lo han hecho las exportaciones de bienes de equipo, cuyo repunte ha superado el 14%. En el caso de la industria de la alimentación, las bebidas y el tabaco, han mejorado casi un 18%. Y las del sector del automóvil se han incrementado un 7,6%. Entre las tres actividades suman más dela mitad del comercio exterior.

Además, la mayor parte de las ventas ha ido dirigidas a otros países de la Unión Europea, donde han llegado casi siete de cada diez exportaciones, un 15,3% más que un año antes. Entre los principales socios comunitarios destaca el repunte de las ventas a Italia (un 28,7% más), Francia (16,6%) y Alemania (13,7%). En el resto de áreas geográficas ajenas a la UE, mejoraron las exportaciones e, sobre todo en países como Canadá (un 24,8% más), Estados Unidos (19,5%), Argentina (25,6%), Brasil (15,8%) o China (50,1%).

Todas las comunidades registraron crecimientos en sus exportaciones, excepto Castilla y León en la que se mantuvieron estables. Las regiones con mayores aumentos fueron Asturias (62%), Baleares (54,7%) y Murcia (46,4%).

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