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El FMI alerta de que el proteccionismo de Trump es un riesgo para la economía mundial

Advierte contra la expansión de una política aislacionista que podría tener «represalias» y generar una «destructiva» guerra comercial

DAVID VALERA

Martes, 17 de enero 2017, 00:51

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El nuevo enemigo para el crecimiento de la economía mundial se llama proteccionismo. Al menos así se desprende del informe del FMI publicado ayer para actualizar las previsiones globales. En el documento se advierte en reiteradas ocasiones sobre el riesgo de que se expanda el «aislamiento» comercial que defienden algunos nuevos gobernantes. Ahí es donde entra la incertidumbre por la próxima administración de Donald Trump. Y es que el presidente electo de EE UU se ha mostrado partidario de endurecer la política comercial para favorecer a las compañías nacionales y ha rechazado tratados de libre comercio como el TTIP con Europa o su homólogo TPP del Pacífico (este último ya aprobado). Un comportamiento que, según el documento, podría tener «represalias como respuesta» -se entiende que medidas similares de terceros países- y provocar como consecuencia un debilitamiento del PIB global. «Una guerra comercial tendría resultados destructivos», señaló el economista jefe del FMI, Maurice Obstfeld, en una rueda de prensa.

A pesar de este riesgo el organismo internacional se muestra más optimista respecto al comportamiento de la economía mundial. Tras un 2016 protagonizado por las pobres tasas de crecimiento, el documento augura que el panorama empezó a cambiar en la segunda parte del pasado ejercicio con índices más favorables. Por este motivo considera que la economía en el presente curso se «acelerará tanto en los países avanzados como en los emergentes». Así, prevé un incremento del PIB global del 3,4% para 2017 y del 3,6% para 2018 -tres y cinco décimas más que el año anterior-. Una mejora provocada principalmente por la «normalización» de las tensiones vividas en las economías emergentes, especialmente China, que parece haber dejado atrás las turbulencias de la mano de políticas de estímulo (inyección de miles de millones por parte de su Banco Central). También contribuirá a la mejora del PIB mundial el empuje lento pero gradual de las economías avanzadas, entre ellas la zona euro.

Sin embargo, el avance está supeditado este ejercicio, una vez más, a la incertidumbre política. El Fondo señala que los «sucesos recientes ponen de relieve la erosión del consenso en torno a los beneficios de la integración económica transfronteriza» y la «antipatía al comercio». Una desconfianza evidenciada en hechos como el triunfo del 'brexit' o la propia victoria de Trump. Y el calendario en este 2017 tiene en los comicios de Francia -con el Frente Nacional de Marine Le Pen liderando las encuestas- y Alemania -con fuerte crecimiento del ultraderechista AfD- otras dos pruebas de fuego.

Así, el organismo internacional alerta de que si los desequilibrios mundiales aumentan se podrían «intensificar» las presiones proteccionistas. «El aumento de las restricciones al comercio mundial y a la migración dañaría la productividad y los ingresos, y golpearía inmediatamente el ánimo de los mercados», señala el documento. Aunque el nombre de Donald Trump no se cita directamente en el texto, es evidente que la incógnita que representa su administración está detrás de muchos avisos del FMI. De hecho, aunque el informe saluda la intención del próximo inquilino de la Casa Blanca de realizar grandes inversiones en infraestructuras, lo que podría estimular la economía y provocar un repunte de la actividad de los socios comerciales, también señala que los efectos de contagio positivos podrían verse «atenuados por políticas comerciales proteccionistas». Un escenario que según el economista jefe Obstfeld también implicaría un «endurecimiento de las condiciones financieras mundiales más rápido de lo esperado».

Políticas expansivas

Para mejorar el ritmo de crecimiento de las economías avanzadas el organismo internacional respalda una política económica acomodaticia apoyada en «medidas no convencionales» para combatir la baja inflación. Es decir, respalda la estrategia del BCE en un momento en el que desde Alemania se presiona para que Draghi recorte el programa de compra de deuda. Sin embargo, el Fondo insiste en que estas medidas «no pueden por sí solas» estimular la demanda y vuelve a pedir a los gobiernos una política fiscal que las respalde en función del margen existente en cada país. Así, reclama un aumento de las inversiones en infraestructura, un mensaje dirigido, aunque sin citar, a Alemania, que cuenta con superávit en sus cuentas públicas.

El FMI también considera necesario fortalecer la resistencia del sistema financiero llegando a recapitalizar las instituciones y sanear los balances cuando sea necesario, garantizando marcos de resolución bancaria eficaces a nivel nacional e internacional. Precisamente, la duda sobre la solvencia de algunos bancos europeos, especialmente italianos pero también alemanes, es uno de los lastres para la zona euro. Por último, el informe resalta la importancia de luchar contra la evasión fiscal de manera coordinada.

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