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El fiscal Alejandro Luzón, en la Audiencia Nacional antes del juicio por las tarjetas 'black'. :: ignaCIO GIL
El fiscal ve a los usuarios de las 'black' «muy próximos al pillaje y la rapiña»

El fiscal ve a los usuarios de las 'black' «muy próximos al pillaje y la rapiña»

Les tacha de actuar como «depredadores» y «cobrar como profesionales» pese a no serlo, aunque rebaja parte de las penas por devolver el dinero

J. A. BRAVO

Martes, 6 de diciembre 2016, 00:55

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«Su actitud estuvo muy próxima al pillaje y la rapiña». Con esta severidad descalificó ayer el fiscal Alejandro Luzón a los 65 ex altos cargos de Caja Madrid y Bankia acusados de despilfarrar al menos 15,5 millones de euros entre 1999 y 2012 con las llamadas tarjetas 'black', una conducta que les puede llevar a ser condenados a penas de varios años de cárcel por un delito continuado de apropiación indebida y otro de administración desleal.

Esa frase fue la parte del informe final del representante del Ministerio Público que más alteró a los acusados, hasta el punto de que tuvo que leerla dos veces entre sus protestas para que se escuchara bien. Algo similar pasó cuando tachó su comportamiento con esas tarjetas de «primitivo, casi depredador».

Para Luzón, con las 'black' se hizo un sistema paralelo de remuneraciones porque las que había «les parecían escasas». Y como «la ley no permitía otras retribuciones (más allá de dietas y compensaciones por gastos profesionales) -continuó ante el tribunal de la Audiencia Nacional que juzga este caso- y las cajas no eran sociedades mercantiles ni tenían ánimo de lucro», decidieron actuar sin dicho amparo legal.

Por eso -apuntó- la entidad no les dio la forma de una retribución normal, al tiempo que evitaba «interna y externamente» que se conocieran. Transcurridas ya 16 sesiones del juicio (incluida la de ayer) y tras dos años de instrucción, para él solo existen dos posibilidades respecto a las polémicas tarjetas. «Si son un complemento retributivo era ilegal -dijo-, pues no tenía el amparo del consejo de administración porque lo hacían de forma subrepticia. Y si eran gastos de representación, su utilización habría sido contraria a lo autorizado por la caja».

A ese respecto el fiscal mencionó varios elementos que apoyarían su tesis. Primero, el correo electrónico que Enrique de la Torre, exsecretario general de Caja Madrid y acusado, remitió a varios consejeros refiriéndose a dichas tarjetas como «black a efectos fiscales», que el entonces presidente, Miguel Blesa, «abrió y no hizo correcciones». Tiempo después, este último recibió otro mensaje interno, esta vez del que fuera su 'mano derecha' y director financiero, Ildefonso Sánchez Barcoj, donde hablando sobre retribuciones le comentaba que es mejor que «disfrutemos por si algún día llegan las vacas flacas».

A ojos de Luzón, una de las claves es que los consejos de administración de las cajas de ahorros estaban «copados por organismos representativos de la sociedad». Era un órgano -prosiguió ya en referencia al de Caja Madrid- «muy politizado y poco profesional, pero sus miembros querían cobrar como profesionales». Recordó, sin embargo, que según dos testigos (el exdirectivo Francisco Verdú e Iñaki Azaola, hoy responsable de la auditoria corporativa en Bankia), con experiencia en otras entidades como BBVA y el Banco Guipuzcoano, en ellas «nunca» se usaron tarjetas como las 'black'.

Algo «inconcebible»

Y también resulta «sencillamente inconcebible» para el fiscal «que todos los directivos omitieran» esos ingresos en sus declaraciones del IRPF. «Lo es en todo contribuyente responsable -enfatizó-, pero mucho más en los acusados, que son catedráticos de Economía, economistas, inspectores de Hacienda...». El problema, dijo, es que «eran muy conscientes de que no podían declarar esas tarjetas porque pondrían de manifiesto una retribución ilegal, opaca o en b, como se la llame».

Aun así, rebajó al final su petición de penas un grado para casi un tercio de los acusados (18 del total de 65), al aplicarles la atenuante de reparación del daño por devolver lo gastado con las 'black', aunque ya una vez comenzado el juicio -en total solo se han reintegrado 1,7 millones, lejos de los 12,5 millones que se reclaman tras descontar las sumas prescritas-. Entre ellos figuran el citado Sánchez Barcoj, junto a los exconsejeros José Manuel Fernández Norniella, Arturo Fernández y Francisco Javier López Madrid.

Mantuvo, sin embargo, su petición de penas máximas para los dos últimos presidentes de Caja Madrid, Miguel Blesa (seis años de cárcel) y Rodrigo Rato (cuatro años y medio). Al primero por «pervertir el sistema anterior y convertirlo en opaco», y al segundo por «darle continuidad dos años con la entidad en evidente crisis» y no acabar con esta práctica cuando se fundó Bankia.

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