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El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna.
Serna corrige a Pastor y retrasa la liberalización del ferrocarril hasta 2020

Serna corrige a Pastor y retrasa la liberalización del ferrocarril hasta 2020

Fomento, de otro lado, confirma a Talgo como ganadora del concurso para renovar la flota AVE de Renfe, con un ahorro de 1.147 millones (43%)

José Antonio Bravo

Lunes, 28 de noviembre 2016, 20:20

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Los nuevos tiempos en el Ministerio de Fomento ya se empiezan a notar. Iñigo de la Serna, con apenas un mes como titular de la cartera, ya ha puesto en cuarentena uno de los principales proyectos de su antecesora, Ana Pastor: la liberalización del transporte de viajeros en el corredor ferroviario de Levante. A juicio del primero, anticipar una medida que el resto de la UE no prevé hasta 2020 y, además, limitarlo solo a parte de los recorridos, «podría generar distorsiones» para la competencia efectiva, esto es, una apertura del mercado a varias velocidades.

De la Serna, aunque matizó que la decisión final todavía no está tomada, sí dejó entrever este lunes que no está por la labor de crearse problemas de antemano en un proyecto que al fin y a la postre deberá armonizarse con el resto de socios europeos. Y es que la intención de la Comisión es que cualquier compañía de la Unión tenga la posibilidad de transportar viajeros por tren en todos sus países.

Por eso el ministro ve «preferible preparar bien la red y abordar todo el proceso de liberalización de una sola vez en esa fecha». Una vez realizadas las primeras consultas, ha detectado «más inconvenientes que ventajas» en sacar «de forma independiente» la licencia para operar en un solo corredor. Para ello haría falta un título habilitante al que aspiran desde filiales de constructoras (Ferrovial y ACS) hasta compañías de transporte (Alsa, Interbus y Avanza), además de la Generalitat catalana (FGC Rail) y el grupo Planeta (Veloi), que ya cuentan con la autorización ministerial para transportar viajeros por tren y el certificado de seguridad.

Estas empresas se quejaron meses atrás de una posible discriminación para operar frente a Renfe solo una iba a poder hacerlo de primeras, además de los problemas de rentabilidad que supondría prestar sus servicios en una sola línea. El Gobierno rebajó por ello los cánones que cobra el administrador de la red ferroviaria (ADIF), pero Competencia (CNMC) denuncia que tal rebaja no se ha producido e incluso dicha sociedad pretende elevar otros peajes.

De la Serna parece ser consciente de esta problemática y de las «limitaciones» que tendría el nuevo operador, pero como tampoco ahora está en disposición de dar una «libertad absoluta» en toda la red ferroviaria, prefiere «esperar» para afrontar ese proceso con mayor calma y «máximas garantías». Su idea es abrir, cuando toque, todos los corredores a la vez para «generar sinergias» que ayuden a rentabilizar su explotación y, con ello, el usuario lo perciba luego con rebajas mayores de precios.

15 nuevos trenes AVE

Así las cosas, Renfe mantendrá su actual monopolio público al menos hasta principios de la próxima década. Ello le permitirá empezar a amortizar antes su nueva flota de trenes AVE, que podría llegar a aumentar en hasta 30 unidades en un plazo de 20 años. De momento, el contrato para la fabricación y entrega de las primeras 15 unidades se firmó este lunes.

El ganador del concurso, como se esperaba tras corregirse un error inicial en la oferta económica del grupo CAF, ha sido la compañía Talgo. Presenta un presupuesto de 786 millones de euros para esos 15 trenes, incluido su mantenimiento por 30 años, lo que supone una rebaja del 28% respecto a lo previsto por Renfe en el pliego de condiciones.

Si finalmente la operadora decide ejecutar la opción de ampliar su pedido a 30 trenes y, además, extender su mantenimiento a 40 años, el coste se elevaría a 1.495 millones, una cifra que aún así sería un 43% menor (1.147 millones) que los 2.642 millones estimados para todo el concurso. De la Serna defendió que se ha elegido «el mejor tren para Renfe, el más moderno y el más barato». La compañía pública financiará su coste mediante recursos propios, procedentes de su actividad (fundamentalmente las líneas AVE, las más rentables) y también vía endeudamiento; su pasivo actual es de 5.000 millones tras haberlo reducido un 40% en los últimos años.

El Avril de Talgo, por cada uno de los cuales Renfe pagará 22,5 millones y cuyas 10 primeras unidades estarán listas en poco más de tres años (38 meses), tendrá una velocidad máxima de 330 kilómetros por hora (en pruebas ha llegado a los 363) y dispondrá de 521 asientos (el máximo para este tren especialmente ancho es de 600). Además, se crearán 1.000 empleos en los próximos cinco años.

Sin embargo, el grupo francés Alstom duda de su confort real y también de los precios ofertados, por lo que estudia impugnar el concurso tras requerir información a Renfe. Si tal recurso se llega a producir (hay un plazo de 15 días para presentar alegaciones), el ministro -quien dijo que son normales este tipo de discrepancias- admitió que la adjudicación del proyecto podría tener una cierta suspensión -aunque no concretó plazos- hasta que se resuelva.

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