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Menos de un 1% de los parados mayores de 45 años logra un trabajo fijo

Apenas un tercio de este colectivo percibe la prestación por desempleo y sólo un 6% consigue acceder al mercado laboral

JOSÉ M. CAMARERO

Viernes, 18 de noviembre 2016, 00:50

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madrid. Encontrar un puesto de trabajo para quien tenga más de 45 años y lleve como mínimo un año en paro resulta complicado. Si además aspira a acceder a un empleo con contrato indefinido, supone casi una quimera. Porque apenas un 0,6% de los ciudadanos que se encuentran en esta situación consiguieron un trabajo fijo en el tercer trimestre de este año, según el último informe de Asempleo, la patronal de las empresas de trabajo temporal. Ese mínimo porcentaje de parados agraciados con un alta de carácter indefinida alcanza el 5,3% si de lo que se trata es de lograr un empleo eventual. «La temporalidad hace más fácil el tránsito» en la reincorporación al mercado laboral, según indica esta organización. Pero ya sea a través una modalidad u otra, se trata de cifras que no ayudan a romper con esta lacra, porque, en su conjunto, sólo seis de cada 100 afectados en edades avanzadas accedieron a un trabajo en los meses de verano, dos puntos por debajo que el resto de parados de larga duración.

Las expectativas siguen sin mostrar síntomas de una mejora estructural. De hecho, casi siete de cada diez parados con más de 45 años lleva más de un año sin ejercer ninguna actividad profesional. «Cuanto más se extiende esta situación en el tiempo, más difícil resulta la reincorporación al mercado laboral», explica Andreu Cruañas, presidente de Asempleo. El responsable de la patronal sostiene que «las posibilidades de empleabilidad de alguien que consiga un trabajo, aunque sea de un mes, mejora 16 veces más que la de quienes nunca lo encuentran». Cruañas reconoce que «reengancharse al mercado es cada vez más difícil», porque, tal y como indica el estudio de la organización, la persistencia del desempleo «aleja a los trabajadores del mercado, ahonda en la obsolescencia de sus habilidades y enquista el problema». La tasa de desempleo estructural de este colectivo de personas -los más perjudicados, junto a los jóvenes- podría rondar, según varias estimaciones, el 18%.

Más que apoyos económicos

A la evidente falta de rentas provocada por la ausencia de un puesto de trabajo una vez superados ampliamente los 40, subyace otro problema que no es menor para una población que se encuentra en los 20 años previos a su futura jubilación. Y es que solo un 30% de estos ciudadanos que son beneficiarios de la prestación por desempleo han cotizado previamente para beneficiarse de este sustento del erario público. Por su parte, los mayores de 52 años cuentan con una cobertura de prestaciones por desempleo especial y superior al resto de ciudadanos. Ante esta situación, Cruañas explica que se trata de un «grave problema», puesto que estos ciudadanos «ven cómo se acerca su jubilación» y toman conciencia de la «necesidad» de cotizar para poder recibir una pensión pública «decente».

Además, casi un 53% de estos parados de larga duración que superan los 45 años habilitan sus cotizaciones a través de las diferentes ayudas asistenciales de las que disponen -subsidios, asistencia para mayores de 52 años, etc.-, mientras que un 17% lo hace por la renta activa de inserción y un 0,7% a través del Plan Prepara (el programa de recualificación para quienes agoten el paro). En cualquiera de los dos casos, se trata de contribuciones mínimas para el sistema.

Desde la patronal de las ETT insisten en que la solución para atajar esta realidad «quizá no requiera exclusivamente de la concesión de una prestación económica». En Asempleo explican que pueden ser necesarias «intervenciones decididas de políticas activas» que clasifiquen estos desempleados según sus habilidades, refuercen sus puntos débiles en función de las demandas empresariales y «orienten eficazmente» la búsqueda de trabajo. Cruañas no es partidario de acabar con el programa Prepara, que deberá ser ampliado por el Gobierno a partir de diciembre, cuando vence el actual; pero sí es proclive a «vincularlo más intensivamente a políticas activas» que insten a buscar trabajo.

Las diferencias son aún más relevantes si se compara la situación de este grupo de ciudadanos afectados por la crisis entre unas comunidades y otras a la hora de hallar un puesto de trabajo. Esta posibilidad se encuentra, de media, en el 4,8%. Se trata de un porcentaje que se duplica ampliamente en el caso del resto de los trabajadores. Sin embargo, mientras que en Islas Baleares ese ratio supera el 9%, en Castilla y León es del 8,2%, en Cantabria casi roza el 8%, en País Vasco supera el 7% y en Navarra se fija en ese 7%; en Murcia apenas alcanza el 3%, al igual que La Rioja, seguidas por Andalucía (3,2%), Asturias (3,2%) o Extremadura (3,7%). También se encuentra por debajo de la media Aragón (3,5%); en torno ella se sitúan la Comunidad de Madrid (4,7%), Galicia (4,7%) y Comunidad Valenciana (4,7%); y por encima de la misma, Cataluña (5,9%) y también Canarias (6,8%). El informe sostiene que la mejor combinación entre tasa de paro baja y mayores probabilidades de encontrar un puesto de trabajo para este colectivo reside en Baleares, Cantabria y País Vasco. «El ratio de desempleo representa la mitad de la media nacional y la posibilidad de acceder a un puesto, el doble», apunta.

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