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Las agencia tributarias de casi todos los países europeos llevan tiempo con el foco puesto en los gigantes
El 'doble irlandés' y el 'sándwich holandés', las vías de las tecnológicas para eludir impuestos

El 'doble irlandés' y el 'sándwich holandés', las vías de las tecnológicas para eludir impuestos

Google y otras multinacionales del sector utilizan lagunas legales para reducir su factura fiscal en España y otros países de la UE

D. VALERA

Sábado, 2 de julio 2016, 00:57

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Las expresiones 'doble irlandés' o 'sándwich holandés' no hacen referencia a ninguna bebida o alimento típico de esos países, sino a procedimientos de ingeniería fiscal utilizados por las multinacionales afincadas en esos estados miembros de la UE para rebajar el pago de impuestos. Las agencia tributarias de casi todos los países europeos llevan tiempo con el foco puesto en los gigantes tecnológicos como Google, Apple o Microsoft ante las sospechas de que pagan menos impuestos de los que les corresponde por sus ingresos. Los registros realizados el jueves en las sedes de Google en Madrid van en esa dirección. Y es que estas multinacionales aprovechan las lagunas legales que existen en la legislación europea para reducir su factura impositiva de manera que la mayoría de los ingresos generados aquí salen en dirección a terceros países sin tributar. Pero, ¿cómo lo hacen exactamente?

El 'doble irlandés'. Esta práctica consiste en que una multinacional crea una sociedad que posee los derechos de patentes en un paraíso fiscal como las Islas Bermudas. Después, crea otra empresa y establece su sede en Irlanda, donde el Impuesto de Sociedades es el más bajo de la UE con un 12,5%, aunque acaba de rebajarlo al 6,25% para las compañías tecnológicas (en realidad para aquellos beneficios derivados de la propiedad intelectual como las patentes). De esta forma, la matriz irlandesa sería la encargada de comercializar ese producto (por ejemplo un software) en el resto del mundo a cambio de pagar una importante cantidad a la empresa ubicada en el paraíso fiscal (donde no tributará). Así, la filial de esta compañía en España no recibirá ingresos por esos servicios, ya que deberán facturarse en Irlanda. En otros casos, la filial española tendrá que pagar una comisión a la matriz por servicios de marketing o de I+D, lo que reduce considerablemente los beneficios en España o incluso la sociedad registra resultados negativos y evita tributar por Sociedades.

El 'sándwich holandés'. Holanda también tiene un sistema fiscal muy ventajoso para las multinacionales. En concreto, están exentas de tributación todas las ganancias por plusvalías de ventas de acciones, los dividendos o los 'royalties' (pagos por derecho de autor de un producto). Una vez más, todas las filiales sufren un vaciamiento en favor de esta empresa matriz por el uso de las patentes.

Para rizar el rizo, se puede combinar este sistema con el irlandés. De esta manera, los beneficios que obtenga la sociedad irlandesa pueden derivarse a Holanda aprovechando que el pago de 'royalties' en Irlanda está libre de impuestos si se abonan a otra empresa europea (la que los comercializa). Después esa compañía pagará a la sociedad en un paraíso fiscal como propietaria última de los derechos.

'Tax Rulings'. Esta práctica consiste en que una multinacional y un Estado alcanzan un acuerdo específico de tributación al margen de la legislación estándar. Normalmente supone una rebaja impositiva. Es lo que ocurrió en el caso 'Luxleaks' en el que el Gobierno luxemburgués del ahora presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, llegó a pactos secretos con más de 340 grandes empresas entre 2002 y 2010 para que tributaran apenas un 1%.

Información país por país. La ingeniería fiscal es un grave problema para las arcas públicas. Por ese motivo, los gobiernos han decidido actuar y dar los primeros pasos que dificulten estas prácticas. Así, desde la OCDE se ha puesto en marcha el denominado programa BEPS de lucha contra la erosión de bases imponibles. Una de las medidas que recoge es la obligación de que las multinacionales presenten un informe «país por país» con la información desagregada de los impuestos que pagan en todos los estados donde realizan actividades. El objetivo es conocer si la tributación se ajusta a los ingresos generados en cada país.

De momento 31 gobiernos, incluido España, han ratificado este acuerdo para intercambiar esta información de manera automática a partir de 2017. En cualquier caso, esta medida no convence a los expertos. «Los datos que proporcionen las empresas no serán públicos, sino de la Agencia Tributaria. Esto limita la presión social», explica el secretario general de los Técnicos de Hacienda, José María Mollinedo. En su opinión, una de las claves sería armonizar el Impuesto de Sociedades y fijar una base imponible común.

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