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El secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría.
La OCDE eleva las previsiones de crecimiento de España al 2,9% en 2015 y al 2,8% en 2016

La OCDE eleva las previsiones de crecimiento de España al 2,9% en 2015 y al 2,8% en 2016

Mejora en más de un punto su estimación de incremento del PIB para este año, más del doble que la media de la zona euro

David Valera

Miércoles, 3 de junio 2015, 10:41

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La OCDE mejora de forma considerable las previsiones de crecimiento de España al 2,9% del PIB para 2015 y al 2,8% para 2016. Unas cifras que suponen elevar en más de un punto sus estimaciones de hace siete meses, cuando fijó un incremento del 1,7% para este año y 1,9% para el próximo. Con esta revisión, España crecerá este ejercicio más del doble que la zona euro (1,4%) y será el tercer país comunitario con mayor impulso únicamente superado por Irlanda y Eslovaquia.

Gurría: «España demuestra que las reformas funcionan»

  • El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, se refirió hoy al caso de España para mostrar que "las reformas funcionan", y estimó que este año se crearán en el país de 600.000 a 700.000 empleos. Gurría, que presentaba el informe semestral de Perspectivas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), explicó que en el pasado normalmente España necesitaba crecer a un ritmo del 2,5-3% para crear empleo, pero gracias a las reformas el pasado año con un 1,4% de crecimiento generó 500.000 puestos de trabajo. "Por eso la cuestión de las reformas es tan crítica", añadió antes de volver a comentar la evolución general de la economía global, decepcionante porque no consigue volver a la cadencia de progreso que se daba antes de la crisis.

Además, las nuevas proyecciones, que se enmarcan en su informe 'Perspectivas económicas globales' publicado hoy, suponen todo un aval para las previsiones del Gobierno, que fijó un crecimiento del 2,9% para 2015 y 2016. También van en la misma línea que las estipuladas por Bruselas (2,8% en 2015 y 2,6% en 2016) y otras organizaciones y entidades de estudio. Sin embargo, la OCDE es bastante más optimista que el FMI, cuyas previsiones son más moderadas (2,5% en 2015 y 2% en 2016).

De esta forma, España crecerá más que las grandes potencias europeas como Alemania (1,6% y 2,3% en 2015 y 2016, respectivamente), Francia (1,1% y 1,7%) o Italia (0,6% y 1,5%). En cualquier caso, todas ellas también mejoran sus datos. De hecho, la OCDE señala en su informe que el ritmo de crecimiento de España se debe en gran medida al "fortalecimiento de sus socios comerciales", pero también reconoce la importancia de otros factores externos como "la depreciación del euro" y "los bajos precios del petróleo".

Sin embargo, todos los parabienes que España logra por su crecimiento económico se tornan en valoraciones negativas ante la elevadísima tasa de paro, la segunda más alta de toda la UE. En concreto, la OCDE prevé que el desempleo se sitúe en el 22,3% en 2015 y en el 20,3% en 2016, frente al 11,1% de media en la zona euro este año y del 10,5% para el próximo ejercicio. Sólo Grecia tiene cifras más altas que España.

En este sentido, la OCDE recuerda que la tasa de desempleo juvenil es del 52% y considera que la reducción del desempleo "debe ser una prioridad". Para ello apuesta por "fortalecer" la formación profesional para ayudar a los desempleados de larga duración a incorporarse al mercado laboral. "Esa es la principal palanca ara la reducción de la desigualdad", recoge el informe.

Deberes

Asimismo, el organismo que dirige Ángel Gurría pide al Gobierno "seguir garantizando la reducción del déficit con el fin de poner la deuda pública en una senda decreciente". Y es que la OCDE prevé que España incumpla los objetivos de déficit para ambos ejercicios. En concreto, estima un 4,4% para 2015, dos décimas más que lo pactado con Bruselas, y un 3% para 2016 frente al 2,8% fijado.

Además, entre los deberes que la OCDE pone al Ejecutivo está mejorar el "ambiente de negocios" mediante la plena aplicación de la ley de unidad de mercado, ampliar la base del Impuesto de Sociedades -es decir, reducir deducciones- y rebajar la tasa y la liberalización de los servicios profesionales.

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