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El tejido empresarial lo conforman principalmente autónomos y pequeñas y medianas empresas de la industria auxiliar de la construcción.
La rehabilitación se convierte en un balón de oxígeno para el sector de la construcción en Málaga

La rehabilitación se convierte en un balón de oxígeno para el sector de la construcción en Málaga

La demanda de reformas crece con la ayuda del Plan de Construcción Sostenible. El sector pide menos burocacia

J. J. Buiza

Domingo, 22 de febrero 2015, 19:21

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El denominado Plan para la Construcción Sostenible de Andalucía, destinado a ayudas para la rehabilitación de viviendas siempre y cuando impliquen un ahorro energético, ha abierto hace poco más de diez días su segunda convocatoria, pero pasaba como un relámpago para la mayoría de las empresas del sector.

En solo 12 horas se agotaron los 14 millones de euros en incentivos que la Junta destinaba para la provincia de Málaga, dejando con un palmo de narices a un buen número de pymes especializadas en reformas, aislamientos o instalación de ventanas, cuyos clientes les habían expresado su intención de acogerse a alguna de estas subvenciones.

Más allá del cabreo generalizado, este plan express ha venido a demostrar la elevada demanda de trabajos en un ramo, la de las reformas, que se ha consolidado como un balón de oxígeno para la industria de la construcción, que sigue esperando un despegue definitivo de la promoción de viviendas nuevas o de la obra pública. Pymes y autónomos acaparan el tejido empresarial en Málaga, donde no hay un censo exacto de negocios de este tipo, aunque puede reseñarse que son 258 las compañías homologadas por el Instituto Municipal de la Vivienda (IMV) para la ejecución de estas actuaciones.

«Antes, la tendencia era la de no gastar los ahorros en arreglar la propia vivienda, sino en destinarlos a comprar una nueva. Pero ahora el mercado está parado, y las reformas son ineludibles, porque las viviendas han padecido una dejadez importante durante el boom inmobiliario», reflexiona José Antonio Rivera, director de Rivervial, grupo malagueño cuya área de rehabilitación ha experimentado un crecimiento notable en estos años (estima que el volumen de negocio se ha incrementado hasta un 15% en el último ejercicio). Rivervial ha sido una de las empresas más perjudicadas por el colapso en la última convocatoria de las ayudas de la Junta, ya que se quedaron sin poder presentar una veintena de proyectos.

La instalación de ventanas, el cerramiento de terrazas, muros de fachada, cerramientos verticales, sistemas de climatización inverter o renovación de los ascensores eran algunas de las actuaciones subvencionables. Otros empresarios no tenían claro si solicitar los incentivos, porque todavía están esperando a que se les paguen los de la primera convocatoria. Es el caso de Displast, que lleva ocho meses pidiendo a la Junta que abone 48.000 euros correspondientes a nueve de los 20 proyectos que llevaron a cabo de acuerdo con el plan.

«No estamos dispuestos a echar otra vez todo nuestro patrimonio a la calle y esperar otro año a que la Junta nos pague», señalaban en esta empresa, que se dedica a la renovación de ventanas. La excesiva burocracia, el papeleo y las demoras en el abono de los incentivos son las principales quejas de estos planes por parte de los profesionales de las reformas. Este periódico preguntó a la Agencia Andaluza de la Energía, que gestiona estos programas, por cuántas ayudas quedaban por abonarse de la primera convocatoria, pero no obtuvo respuesta, aunque fuentes del sector estiman que en torno a un 30% de las obras no se han pagado todavía.

El segundo plan ha reducido a la mitad (de 28 a 14 millones) el total de subvenciones, que se mueven entre el 60% y el 80% del coste de la obra. Desde Rivervial, José AntonioRivera se muestra disconforme no solo con el sistema para realizar las tramitaciones vía internet, que provocó el colapso de la red, sino también con que se limitara a 18.000 euros el máximo del coste de las obras para tener la ayuda: «Nosotros no somos un taller de aluminio, sino que nos ocupamos de proyectos de entidad que de verdad suponen un ahorro energético, y con una inversión muy superior, y aún así nos hemos quedado fuera».

Así las cosas, los empresarios echan en falta un verdadero plan de rehabilitación que contribuya a reactivar con fuerza el empleo. El presidente de la Asociación Provincial de Constructores y Promotores de Málaga, José Prado, celebra cualquier programa de incentivos, y reseña que las pymes son las más beneficiadas por ello, pero pide más: «Un porcentaje muy importante de los edificios de Málaga tienen ya más de 50 años, y muchas comunidades no pueden afrontar las reformas que se les exige.Claro que sería necesario un gran plan, pero antes habría que resolver el problema de la financiación, y parece que la banca no está todavía por la labor de dar créditos, no digo ya para las empresas, sino para las familias».

Lo más parecido a lo que pide Prado es el llamado Plan Estatal de Fomento del Alquiler de Viviendas, la Rehabilitación Edificatoria y la Regeneración y Renovación Urbanas 2013-2016 del Ministerio de Fomento, dotado de 1.200 millones de euros solo para la rehabilitación. De los 26 millones de viviendas que hay en España, unos 15 millones tienen más de 30 años, y unos seis millones se levantaron hace más de 50. En septiembre, la entonces consejera del ramo en la Junta de Andalucía, Elena Cortés (IU), anunciaba que, en base a ese plan, se destinarían ayudas por valor medio de 3.500 euros a las comunidades de propietarios para que pudieran reformar sus inmuebles, y ponía en el primer lugar de la cola a las comunidades en las que al menos el 75% de las familias tuvieran ingresos ponderados no superiores a 2,5 veces el Iprem. Tras la salida de IU del Gobierno andaluz nada se ha vuelto a saber.

Eficiencia energética

En las empresas exigen a las administraciones exprimir al máximo el dinero que la UE destina a estas actuaciones, vinculadas al ahorro de energía y a la sostenibilidad. Según la Asociación Nacional de Empresas de Rehabilitación y Reforma (ANERR), que celebró en diciembre un foro en Málaga, este sector puede ser el «arma necesaria» que quiere Europa para conseguir «un nuevo modelo económico basado en la eficiencia energética, que evitaría en España importaciones superiores a 50.000 millones de euros, disminuiría la dependencia energética del exterior que actualmente es del 76%, crearía 150.000 puestos de trabajo y disminuiría un 50% la factura energética».

«Lo que tenemos que hacer es procurar que nuestras instituciones tengan a profesionales que vayan a buscar esos fondos», apunta el director de Rivervial. En Málaga se van dando pasos en este sentido, aunque muy poco a poco. En tres años, en la capital el IMV ha invertido 7,4 millones de euros en proyectos singulares, como la mejora de 31 bloques de La Palma-Palmilla, la recuperación de la Judería o la nueva Alianza Francesa. Esta último corrió precisamente a cargo de Rivervial, una de las empresas malagueñas que más ha destacado en este ámbito, con obras por toda Andalucía.

Cabe resaltar tambié al Grupo Ceres, con sede en Sevilla pero que en 2011 abrió su delegación en Málaga, la cual prevé cerrar el año con una facturación de 3 millones de euros (frente a los 2,5 millones de 2014). Centrada también en actuaciones de rehabilitación energética, quieren abrir otra sucursal en Marbella.

Otra firma malagueña de éxito es TodoCristal, que ha exportado a todo el mundo su innovadora patente de cerramiento de ventanas.

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