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La paradoja española del coche eléctrico

La paradoja española del coche eléctrico

España produce más modelos que ningún país, pero está a la cola en ventas

jorge murcia

Jueves, 28 de agosto 2014, 01:29

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España es uno de los principales polos europeos de fabricación de vehículos eléctricos. En ningún sitio se producen tantos modelos como aquí (cinco). Pero hay pocos países al menos, en el mundo desarrollado en los que el volumen de ventas sea tan escaso. El año pasado se matricularon en España 811 turismos eléctricos, cifra que se eleva hasta los 1.460 si se contabilizan además los vehículos comerciales, el industrial, los autobuses o cuadriciclos. años luz de países que han puesto en marcha una estrategia integral de desarrollo de este producto: Estados Unidos matriculó 45.144 coches eléctricos, Japón 16.816 y, ya en nuestro entorno, Francia 13.173.

El todavía alto precio de los coches, unido a la profunda huella que la crisis ha dejado en España, la discontinuidad de las ayudas públicas, y la tan escasa como desigual implantación de los puntos de recarga eléctrica explican en buena parte si no en toda la lenta evolución del mercado nacional respecto al de otros países. Expertos de todo tipo desarrolladores de producto, fabricantes, e investigadores dibujan estos días en Santander la radiografía actual del sector y las perspectivas a las que se enfrenta. El Simposio Internacional sobre el Vehículo Eléctrico que acoge la Universidad Internacional Menéndez Pelayo ha sido el escenario elegido por la patronal de fabricantes Anfac para presentar un plan para el desarrollo comercial e industrial del vehículo eléctrico en España.

El vicepresidente ejecutivo de la asociación, Mario Armero, destacó que, aunque «España es una potencia en la fabricación de vehículos eléctricos (más de 16.000 unidades de cinco modelos distintos), tiene todavía una cuota muy baja en las ventas. Como pieza importante de la reindustrialización, España debe potenciar la presencia de estos vehículos en nuestro mercado y también en la fabricación». Armero cree consolidado un punto de partida para el impulso de este producto: en 2009 existía en España una oferta de sólo cinco modelos 1 turismo y 4 comerciales cuando ahora se puede elegir entre 22 y 15 respectivamente.

Sin embargo, hay aún demasiados obstáculos que desincentivan al potencial consumidor. Uno es el elevado precio. Por ejemplo, un Renault Zoe equivalente eléctrico al Clio puede costar casi el doble, si bien es cierto que las diferentes ayudas públicas disponibles (tanto estatales como autonómicas) pueden reducir sustancialmente el precio. «Pero para eso hace falta una continuidad en las ayudas, y además que se les dé una mayor visibilidad», sostiene Luis Valerio, director del proyecto de vehículo eléctrico de Renault España.

A este respecto, y aunque reconoce que el Plan Movele una especie de PIVE a la compra de vehículos eléctricos «ha impulsado el despegue del mercado español» en los últimos años, Anfac critica «la discontinuidad en las ayudas de un año para otro», y el «corto periodo de vigencia (de mayo a octubre) del plan durante 2013, lo que se tradujo en un descenso en las ventas de todo tipo de vehículos eléctricos respecto a 2012. «Y este año estamos todavía peor, porque las subvenciones han entrado en vigor en junio. Todo esto hace que el conocimiento público de estas ayudas deje mucho que desear», apostilla Valerio. Tal es así, que solo el 15% de las ventas de este tipo de vehículos corren a cargo de particulares. El 85% restante es para empresas y administraciones. Sin embargo, Valerio critica «el poco ejemplo» que las administraciones dan al resto de la ciudadanía. «Si las flotas públicas tuvieran una mayor presencia de coches eléctricos ayudaría mucho a la visibilidad del producto», asegura.

Coordinación institucional

Anfac incide en la necesidad de que las diferentes administraciones coordinen sus políticas de movilidad urbana, como por ejemplo la generalización de la exención del pago de los servicios de estacionamiento urbanos para los vehículos de cero emisiones y la eliminación de los límites del tiempo de aparcamiento. En el ámbito de la fiscalidad, Anfac pide la supresión de Impuesto de Circulación, o que las empresas no tengan que tributar por renta en especie para este tipo de vehículos.

La (escasa) infraestructura de recarga es otro de los puntos críticos en la implantación del coche eléctrico. Los fabricantes piden una reglamentación técnica «definida» a este respecto, que se articulen ayudas a la instalación de puntos de recarga en los domicilios de los compradores (pack Vehículo-Eléctrico+Punto de recarga en casa), y que su presencia sea obligatoria tanto en las nuevas edificaciones como en las ya existentes.

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