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David Ferrer.
Lunes negro en Melbourne
octavos de final

Lunes negro en Melbourne

El balear vivió agazapado una jornada en la que cayeron Ferrer, Feliciano y Guillermo García-López, y Garbiñe perdió con honor frente a Serena Williams

colpisa

Lunes, 26 de enero 2015, 10:35

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Rafa Nadal tuvo que respirar de alivio al comprobar que descansaba en una jornada que fue una verdadera escabechina para los intereses españoles en el Abierto de Australia. El número tres del mundo observó que no le iba a quedar más remedio que defender en solitario los intereses españoles en las antípodas después de que cayeran sus tres compatriotas en el cuadro masculino y Muguruza en el femenino.

Quizá el más sorprendente fue el adiós de David Ferrer, al menos atendiendo a los puestos en el ranking de la ATP. El de Jávea, que llegaba a las azules pistas australianas después de una incómoda lesión, tuvo enfrente a un gigantesco Nishikori. Cuando el japonés está en forma es uno de los rivales más temibles del circuito, especialmente si el choque marcha por la vía rápida y no se alarga en el tiempo. Fue lo que sucedió contra Ferru, al que dominó en tres sets para seguir soñando con una final como la alcanzada en el US Open (6-3, 6-3 y 6-3) y consiguiendo doblegar al noveno cabeza de serie y semifinalista en las ediciones de 2011 y 2013.

Enfrente tendrá nada menos que al actual campeón, Stanislas Wawrinka, que sufrió más de lo esperado para apear a un súper combativo Guillermo García-López. El suizo necesitó cuatro parciales, dos de ellos en el tie-break, para entrar entre los ocho mejores (7-6, 6-4, 4-6 y 7-6). El manchego tuvo muy cerca alcanzar el quinto set, pero Stan entró en un estilo de juego impredecible e incontestable. Lo tiró todo y le salió cara, con un porcentaje de acierto superior al de errores y con un revés que corrió como casi siempre, mandó a casa al hispano.

Feliciano López, por su parte, realizó un alegato contra el tenis moderno en la misma línea que las palabras pronunciadas por Toni Nadal hace poco más de un mes. El toledano, claro, se acababa de topar contra uno de esos autómatas que golpean plana cualquier pelota que se les acerque, que te dominan con el servicio y que apenas cometen errores. Hay una docena de ellos, pero entre los mejores se encuentra un Raonic que salió victorioso de una batalla de saques y ganadores de las que permanecen en la retina durante mucho tiempo. Feliciano había conseguido salvar dos bolas de partido y llevarse el encuentro al quinto set, pero nadó mucho para acabar ahogado en la orilla (6-4, 4-6, 6-3, 6-7 y 6-3).

Fue una moneda al aire la resolución de un encuentro en el que el norteamericano logró 30 saques directos y el español 21. «Echo de menos el tenis-arte. En el fútbol igual, ya no se ven jugadores como Messi que regatean a cinco tíos y meten un gol luego, y en el baloncesto Lebron James pega un salto de tres metros sobre el aro. El tenis no es un espectáculo como era antes, la gente pega más fuerte, eso es un hecho», explicó antes de excusar que sube tanto a la red porque es su forma de jugar.

El sudor de Serena

En el cuadro femenino no hubo mucha mejor suerte a pesar de que Garbiñe Muguruza tuvo contra las cuerdas a Serena Williams. En un partido que recordó a su mejor batalla de 2014, en la que eliminó a la estadounidense de Roland Garros, la española consiguió hacerse con el primer parcial. Serena recordó lo ocurrido en mayo en París y cambió de táctica. Su juego se transformó en más agresivo y consiguió voltear la contienda (2-6, 6-3 y 6-2). Las sensaciones de la jugadora de origen vasco fueron agridulces: «Obviamente vi oportunidades para ganar este partido. Pero estoy realmente feliz. Perdí con la que tenía que perder, por decirlo de alguna forma. Puedo decir que perdí con Serena y que hice un buen torneo. Mejoré mucho, vi mis mejoras desde la pretemporada en el partido, así que estoy feliz». Tras un lunes negro, Rafa Nadal tuvo que asumir de madrugada la responsabilidad de tener todo el peso de La Armada. Su rival, el sueco Thomas Berdych.

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