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La revolución de las pequeñas cosas

En los equipos oficiales no siempre se hacen las cosas como el piloto espera a su llegada

Eva Frías / Rafa Marrodán / Photocall3000

Domingo, 13 de agosto 2017, 23:12

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Estar fichado en un equipo oficial no siempre es una garantía de éxito. En los equipos oficiales no siempre se hacen las cosas como el piloto espera a su llegada. Todos esperan encontrarse bajo un paragua de una fábrica donde teóricamente disponen de todo el material que quieren y necesitan. Supongamos que Maverick Viñales llegó a Yamaha para seguir pilotando la moto que dejó Jorge Lorenzo. Se encontró con que la moto que él le hacía ir seguro era la moto de principio de temporada, la del test de Valencia, tal cual, sin cambiar nada, tal y como dijo en Qatar el mismo piloto. Se encontró también con un equipo consolidado, habituado a ganar. Y así empezo. Mandando e impresionando a todo el mundo. Pero llegaron los problemas y no precisamente de su lado. Valentino comenzó a sentirse incómodo con esa moto y llegaron los cambios a la marca nipona y con ellos la pérdida de confianza y el rendimiento del catalán se resintió.

Dudas que se han visto más que reflejadas este fin de semana, tras varios cambios de opinión. Primero, Meregalli comenzó diciendo que no contemplaban la opción de utilizar el nuevo carenado, que sí empezo a trabajar con él Valentino Rossi y tras ver los resultados del italiano en pocos giros, su desesperación es tal que a última decidió salir con ese carenado. No es de extrañar que en público y en privado, tanto Rossi como ahora ya abiertamente, Maverick Viñales, estén empezando a poner sus ojos en el rendimiento de los del garaje de al lado. Los del ‘Tech3’ les están dando toda una lección de bien hacer. Además ha llegado a comentar que el equipo de Poncharal, sin problemas de aerodinámicas, sin problemas de neumáticos, sin problemas con la entrega de toda la potencia a través de la centralita digital… estén últimamente por delante de sus vecinos azules.

Todo empezó con una simple sorpresa después de liderar seis vueltas Johann Zarco en la primera carrera en Catar. Pero a estas alturas es evidente que no fue casualidad. La pataleta de Valentino Rossi y las huellas de la rueda de Zarco en su mono, no eran más que la constatación evidente de que las cosas se están haciendo muy bien en el equipo francés. Y hoy, sin ir más lejos, Zarco ha terminado por delante de los dos oficiales. Es de suponer, que los pilotos querrán saber el por qué del buen rendimiento de las Yamaha no oficiales y el equipo querrá estar a la altura de las circunstancias para que no suceda lo de hoy. Podría estar sucediendo que la propia Yamaha esté a gusto con esta situación y tenga en pista a cuatro pilotos competitivos. Cosas parecidas podrían estar sucediendo por ejemplo, en Ducati, en la que la debilidad que este año está demostrando Jorge Lorenzo, podría quedar compensada con el buen trabajo de Danilo Petrucci y su moto experimental.

Pramac no tiene más opción que aceptar subir a sus pilotos en ese tipo de moto. Tiene que arriesgar. Le puede salir bien y le puede salir mal. Este año su moto ha fallado más de la cuenta, hasta en cuatro ocasiones. Pero si le sale bien, la marca tendría un piloto en posiciones de disputar podios, además de Andrea Dovizioso. Es decir, que como se ha visto hoy, de los grandes, la fábrica que menos motos vende y menos capacidad tiene para invertir, también está demostrando que esas pequeñas cosas bien hechas pueden llevar al triunfo. Navegando siempre al límite de lo legal, vease su famoso y recién estrenado nuevo carenado, impulsado por esa cabeza maravillosa que es la de Luigi Dall’Igna, cuya genialidad está fuera de toda duda. Recordamos la visita que realizamos a las instalaciones de la Nasa en Houston.

Todos estábamos preguntando por aerodinámicas, potencias, motores… Mientras Dall’Igna preguntaba como funcionaba el mono interno de los austronautas, que mantiene sus niveles corporales de humedad controlando todas sus funciones vitales. En aquél momento pensamos en que algo le rondaba por la cabeza para estimar esa información. Al final todo se resume en que el poderío económico es muy importante pero es la suma de pequeños detalles, los que pueden hacerte perder o ganar una carrera o incluso un mundial, aunque estén bajo control. Hoy por hoy, excepto los que cuentan con grandísimos pilotos en sus filas y no son muchos, lo tienen muy difícil, como ya se demostró el año pasado con nueve ganadores diferentes en 18 carreras y también se está demostrando este año con cinco aspirantes al título.

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