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Alonso camina en Mónaco.
Alonso se echa el equipo a la espalda
ANÁLISIS

Alonso se echa el equipo a la espalda

El español ya suma más que el año pasado a estas alturas y se erige como el único líder que puede tirar del carro de McLaren

dAVID sÁNCHEZ DE cASTRO

Lunes, 30 de mayo 2016, 20:43

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Fernando Alonso consiguió en Montecarlo su mejor resultado de la temporada, en una carrera de esas que el tópico manual del periodista o aficionado medio denomina 'de manos'. Con agua, entre los muros del Principado y gracias a una estrategia perfecta, el asturiano salió incólume de un circuito que era de cornada o puerta grande: un fallo aquí habría sido desastroso para las escuetas aspiraciones de McLaren.

Alonso tiene 18 puntos en su haber en la sexta carrera del año, siete más que todo 2015. A estas alturas del año pasado ni siquiera había pasado del cero en su marcador, y de hecho sólo había acabado dos de las seis citas. La pesadilla está llegando a su fin, poco a poco, y los pasos que están dando son cortos, pero firmes. Incluso un tropezón como el de Montmeló se solventa sin mayores dificultades. Las escasas novedades que se atreven a montar los ingenieros y mecánicos de Honda junto a sus compañeros de box de McLaren empiezan a dar sus frutos. Poco a poco, piano piano, Alonso ya no tiene que contar desde 100 hacia atrás en arameo para no blasfemar contra los suyos.

Los refranes suelen fallar pocas veces, y hay uno que los trabajadores autónomos no tienen más remedio que aceptar y llevar como un dogma de fe: si quieres hacer algo bien, hazlo tú mismo. Alonso es, en este caso, un autónomo a la fuerza. Ha asumido el rol de líder del proyecto que debe evitar que se desmorone por la fuerza que imprimen los problemas que van esquivando en McLaren desde hace ya años, antes incluso del regreso del hijo pródigo desde Maranello. No en vano, Alonso fue uno de los 'culpables' de que la estrategia en Mónaco saliera bien.

Se había cumplido poco más de un tercio de carrera, la pista se había secado y ya había coches con neumáticos de seco. El ingeniero de pista del asturiano le avisó por radio: «Entra a boxes». La estrategia era clara, y debía cumplirá a rajatabla. Sin embargo, el instinto le dijo otra cosa y replicó: «dejadme una vuelta más, y entro». En el muro se miraron con cara de sospecha, pero decidieron asumir el riesgo: el toro venía enfilado, Alonso había levantado la mirada y estaba a punto de jugársela con una verónica. Le salió que ni José Tomás en sus mejores faenas. Con la recolocación de la parrilla tras los cambios, Alonso había superado a tres pilotos sólo con quedarse una vuelta más en boxes. A la postre, esa fue la clave para un quinto puesto tras el que no podía evitar sonreír como si hubiera pisado el cajón de nuevo.

Meter a un coche que está, siendo optimista, para luchar por poco más que los puntos entre los cinco primeros es un logro hercúleo, máxime cuando se trata en un escenario como el de Mónaco. Las palabras de Eric Boullier, jefe del equipo McLaren con poderes totales al menos hasta que Jost Capito acabe de dar el paso desde el Mundial de Rallies, no dejan lugar a la duda: la satisfacción en McLaren es total, aunque queda trabajo por delante.

«Aunque llegamos al Principado con la esperanza de ser un poco más competitivos de lo que fuimos, nos vamos satisfechos por haber visto más muestras del sólido progreso de desarrollo que estamos realizando, lo cual es el resultado de la gran cantidad de trabajo que se está realizando tanto en Reino Unido como en Japón en estos momentos. En dos semanas competiremos en otro circuito icónico y único, el exigente Circuit Gilles Villeneuve de Montreal, y no hace falta decir que intentaremos seguir puntuando ahí», afirmó en Mónaco un Boullier confiado.

Con Alonso de caudillo del equipo, la tranquilidad parece garantizada. de momento. Canadá es un circuito que en algunas cosas es como Mónaco (esos muros que quien más quien menos probará), pero también será una buena piedra de toque para medir la mejoría de la competitividad de la unidad de potencia. Y es que por mucho que Alonso tire de los caballos, si estos no quieren andar.

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