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Alonso camina en el circuito de Interlagos.
La risa sardónica de Fernando Alonso
GP de Brasil

La risa sardónica de Fernando Alonso

La imagen del fin de semana que ha dado la vuelta al mundo es la de Alonso tomando el sol, como muestra del desastroso año que están protagonizando

David Sánchez de Castro

Lunes, 16 de noviembre 2015, 18:35

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El diccionario de la Real Academia Española define la risa sardónica, en su segunda acepción, como una risa afectada y que no nace de alegría interior. Esa es la sensación que transmitió Fernando Alonso el sábado cuando, tras quedarse tirado por enésima vez, se sentó a tomar el sol en una silla. Por mucho que Alonso intente mostrar optimismo y lanzar mensajes de que él está contento, cuando cree que nadie le escucha, muestra su verdadero rostro y deja clara cual es su verdadera opinión.

Sin ser tan crítico como en el ya famoso ¡motor de GP2! del Gran Premio de Japón, durante la carrera no dudó en lanzar una pulla hiriente hacia sus estrategas. En una de sus paradas, cuando ya iba perdiendo mucho tiempo desde hacía unas cuantas vueltas, Alonso señaló que ya era hora que le ordenaran entrar. El piloto español da una cara a la galería, de buen rollo en forma de fotos con Button en el podio o de guiños a la cámara mientras toma el sol, pero la procesión va por dentro.

Fernando Alonso cumplió en Brasil 50 grandes premios sin ganar. Cincuenta veces se ha subido a un monoplaza, ahora un McLaren y antes un Ferrari, sin que haya conseguido acabar el día en lo más alto del cajón. El problema es que, a día de hoy, en McLaren ya conceden la condición de prioridad al simple hecho de acabar la carrera. Mientras otros, como Lewis Hamilton, tuercen el morro cuando no se ven capaces de vencer, otros como Alonso se tienen que conformar con que su coche no se rompa. Terminar la carrera de hoy era nuestra primera prioridad después de haber abandonado en los últimos grandes premios, así que es positivo que ambos coches hayan llegado a la bandera de cuadros y, además, hemos recopilado buena información, especialmente de cara al año que viene y en lo que se refiere al chasis, para establecer cuál el mejor camino para seguir avanzando, dijo después de la carrera.

La temporada 2015 agoniza y por mucho que Alonso intente poner un gesto amable, no puede estar satisfecho con el rendimiento obtenido. A falta de lo que ocurra en Abu Dabi, el asturiano se irá de vacaciones con la peor puntuación desde que en 2001 se montó en aquel Frankenstein que era el Minardi. Dos campeonatos y tres subcampeonatos del mundo en su haber, y Alonso tiene que verse en 15ª posición de la general, con dos puntos más que Marcus Ericsson y por delante de los tres corredores que ha tenido Manor este año, que no han llegado a sumar. Y no sólo eso: Button le supera en puntos 16-11, aunque es verdad que este año ha disputado una carrera menos.

Pero es que, además, la ironía ha hecho que en Ferrari no se acuerden de él, ni lo necesiten. Sebastian Vettel ya tiene más puntos en su primer año vestido de rojo de los que consiguió Alonso en 2010. El alemán cuenta con 266 puntos, además de tres victorias y una pole. En regularidad, el alemán ha barrido la marca del debut de Alonso vestido de rojo, si bien él llegó a la última carrera como líder, aunque perdió el título en la ya famosa pifia estratégica, con Vitaly Petrov de partener en la comedia. Es cierto que Vettel no ha podido luchar por el campeonato como sí hizo Alonso, precisamente contra el propio piloto alemán, pero también lo es que la superioridad de los Mercedes este año ha sido tal que era inviable pensarlo.

Alonso prometió que, si se ve obligado a abandonar en Yas Marina, pensará algo gracioso para los fans. Lo de ponerse a tomar el sol fue algo improvisado, y quizá por eso causó sensación. Visto cómo le han salido los planes en los últimos tiempos, lo mejor para él sería que no planificara y que dejase el tiempo pasar. En McLaren ya llevan meses inmersos en el proyecto de 2016, que salvo sorpresa debería situarles bastantes escalones por encima del fango que pisan ahora. Porque otro año así, quizá le borre la sonrisa de un plumazo a Fernando Alonso.

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