Borrar
Räikkönen abandona su monoplaza en México.
El lento ocaso de Kimi Räikkönen
Análisis

El lento ocaso de Kimi Räikkönen

El último campeón del mundo de Ferrari está dejando actuaciones para olvidar, vapuleado por Sebastian Vettel

David Sánchez de Castro

Lunes, 2 de noviembre 2015, 17:31

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Kimi Räikkönen salió con la misma cara aséptica de siempre del Gran Premio de México. El finlandés se quedó tirado a media carrera cuando, en un exceso de confianza, consideró factible atravesar a Valtteri Bottas en una curva a izquierda. Su Ferrari acabó por los aires con la suspensión rota y él, en una scooter de camino a 'boxes'. Fue un episodio más de la peripatética secuela que está protagonizando un 'Iceman' que lejos ha dejado al piloto que asombró a medio mundo a principios de este siglo.

Räikkönen hace tiempo que no es el que fue. Aquel campeón en 2007 que supo sacar provecho de la batalla entre Lewis Hamilton y Fernando Alonso ocupa, ocho años después, la quinta posición del Mundial, con 123 puntos, mientras que su compañero es tercero, con poco más del doble, 251. Traducido en valores absolutos, para la 'Scuderia' Vettel ha sumado el 67,1% de los puntos, frente al 32,9% de Räikkönen. Es la mayor diferencia entre dos pilotos en la clasificación, y se confirma que, un año más, 'Iceman' será vapuleado por su compañero de equipo. Con Ferrari como el único equipo que ha roto el absoluto dominio de Mercedes en este 2015, la comparación con Vettel es aún más hiriente: tres victorias y nueve podios más del alemán, por dos podios por el finlandés.

Con estos datos, muchos verían lógico que Räikkönen fuera 'sacrificado' en Ferrari para dejar paso a savia nueva, pero sorprendentemente, Maurizio Arrivabene le renovó antes de que acabara el mes de agosto. Desde la 'Scuderia' han preferido apostar por la continuidad de un piloto que desde hace años aporta lo justo, tanto en lo técnico como en la pista, sólo para que Sebastian Vettel se sienta cómodo en la casa italiana. No tiene otra explicación posible, dado que Kimi, a sus 36 años, piensa cada vez más en su final fuera de la Fórmula 1.

El que fuera la gran esperanza del automovilismo nórdico nunca ha sido un piloto al uso. Taimado, callado, sin apenas relacionarse con nadie y con un eterno halo de misterio, hay que remontarse tres años para ver su última vez en lo más alto del podio. El Gran Premio de Australia de 2013 marca su último gran hito, y desde entonces no ha vuelto a beber champán mirando por encima del resto a sus rivales.

En el 'paddock' tiene pocos amigos, aunque uno de ellos le tiene al lado del 'box'. Parecía que la llegada de Vettel había hecho recuperar la sonrisa 'monalissiana' de Räikkönen, pero sigue cometiendo los mismos pecados. La falta de compromiso a la hora de desarrollar el coche le convirtieron en un piloto con el que ningún ingeniero quería compartir hojas de trabajo. La comunicación por radio suele ser, bien para quejarse de algo -«Me falta potencia», «no me funcionan los frenos», «me ha tocado x piloto»-, bien para pedir que dejen de molestarle.

Un año más en Ferrari

Cometer errores como el de Italia, cuando se quedó clavado en la salida por equivocarse de botón en la salida, o mismamente el de Sochi, cuando embistió sin ningún sentido a Valtteri Bottas, le han puesto de nuevo en la picota de las críticas, tanto de la prensa especializada como de la afición italiana, que ya apenas puede justificar el pobre rendimiento de su último campeón.

Con todo, seguirá un año más en Ferrari. Räikkönen comenzó hace tiempo un lento declive que le hará salir por la puerta de atrás, otra vez, de Maranello. En la revolución que emprendió Maurizio Arrivabene como jefe del equipo y Sergio Marchionne como presidente de la casa Ferrari no tiene hueco un piloto que, sin el aura de 'rock star' (ese puesto se lo está adueñando Lewis Hamilton a base de éxito), aporta muy poco al futuro del equipo.

Cuando acabe 2016 y Räikkönen haga la maleta, tocará hablar de quién le puede sustituir. Eso ya es harina de un costal muy distinto, ya que el coche rojo es demasiado goloso para cualquier piloto de la parrilla, defienda los colores que defienda ahora mismo. Nombres como el de Bottas, Ricciardo, Rosberg o incluso novatos como Verstappen e incluso Sainz han estado vinculados a Ferrari en esa eterna 'silly season' de fichajes en la que siempre se halla sumida la Fórmula 1. Hasta que llegue ese momento, Räikkönen seguirá pululando por las carreras y dejando, muy a su pesar, una imagen más gris de la que su innegable talento merece.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios