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Roberto Merhi.
Merhi, al banquillo
gp singapur

Merhi, al banquillo

El castellonense se queda sin correr en cinco de las siete carreras que quedan en el Mundial y su puesto lo ocupará el estadounidense Alexander Rossi

david sánchez de castro

Miércoles, 16 de septiembre 2015, 19:16

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Roberto Merhi se ha visto degradado. La espada de Damocles que pendía sobre su cabeza durante toda la temporada ha caído con crueldad a sólo dos días de montarse en el monoplaza con el que iba a debutar en el vistoso y espectacular circuito de Singapur. La escudería Manor, un equipo que sobrevive prácticamente al día, ha encontrado un piloto que aporta dinero, algo que el español no hacía. Desde su punto de vista ese maletín ha supuesto una lluvia de maná para pagar las facturas. El culpable de que Merhi no esté este fin de semana en Singapur será Alexander Rossi, estadounidense de nacimiento y candidato a conquistar la GP2.

De hecho, este es el único motivo por el que Merhi no ha visto cortada de pleno su etapa como piloto titular en Fórmula 1. Rossi ocupa la segunda posición de la general en la GP2 con 153 puntos, por detrás de Stoffel Vandoorne, la última perla de la cantera de McLaren y que también suena para dar el salto al gran circo, en este caso como compañero de Fernando Alonso a no mucho tardar. Dado que, matemáticamente, Alexander Rossi aún puede proclamarse campeón (lo tiene difícil, ya que Vandoorne tiene 261 puntos), el estadounidense competirá en las dos citas de la GP2 que coinciden con la Fórmula 1, en Rusia y Abu Dabi. Esas serán las dos únicas ocasiones en las que Merhi volverá a subirse a un Fórmula 1 como piloto oficial. Mientras tanto, a chupar suplencia.

Pese a la incredulidad inicial, la noticia adelantada por Marca a primera hora de la mañana iba cogiendo forma. Incluso pilló de sorpresa a la propia FIA, que había agendado al piloto castellonense como uno de los corredores que iban a hablar en la rueda de prensa oficial del jueves, y cuyo nombre ya aparecía en el box junto a su dorsal 98.

Desde Singapur, Merhi no podía decir nada, y de hecho cuestionado al respecto él insistía en el mismo mensaje: «A mí nadie me ha dicho nada, este fin de semana voy a correr». Sin embargo, a las cinco de la tarde en España (once de la noche en Singapur), la escudería inglesa enviaba el comunicado en el que confirmaba que Alexander Rossi ascendía de piloto probador a oficial en cinco de las siete carreras que quedan, comenzando este mismo fin de semana en el trazado nocturno.

Sin devaluar las capacidades del estadounidense como piloto, esta noticia es una auténtica faena para Roberto Merhi. Al propio hecho de que le hayan dejado fuera del gran circo por motivos puramente económicos -Rossi aporta un dinero que Teto Merhi no tiene-, hace apenas un mes renunciaba de manera oficial al resto de la temporada de las World Series by Renault para centrarse en la Fórmula 1. Ahora, tendrá que ver las carreras desde el box, pese a que sus actuaciones, si bien no han destacado muy por encima de las de Will Stevens, no han dejado mal sabor de boca en Manor.

John Booth, jefe del equipo Manor y uno de los grandes valedores de Merhi, admitía en el comunicado que «aunque Roberto está obviamente decepcionado, entiende que esta decisión es beneficiosa para los intereses a largo plazo del equipo». «Le agradecemos su profesionalidad», añade, y puntualiza que siguen pensando en él de cara al año que viene: «No hemos tomado ninguna decisión acerca de nuestra alineación de pilotos para 2016 y seguiremos evaluando las opciones durante lo que queda de temporada».

Para Alexander Rossi es la culminación de un camino que se vio cortado dos veces. Piloto de pruebas de la extinta Caterham y de Marussia, la resurrección de esta última le abrió las puertas de la Fórmula 1 de nuevo. Su posición preponderante en la GP2 le tenía como uno de los favoritos en todas las quinielas, pero la decidida apuesta de los responsables de Manor (exMarussia) por Merhi, le dejaron con el ingrato papel de reserva, y ni eso: Fabio Leimer (previo pago) le mandó al fondo del escalafón. La llegada de sus compatriotas de Haas F1 a la parrilla de 2016 le abría otra ventana, pero los responsables del nuevo equipo han prometido no mirar la nacionalidad de su pareja de corredores. Así que tuvo que pelear por escalar en Manor como fuera.

La noticia no debe suponer una gran sorpresa para Roberto Merhi. Desde principio de temporada le avisaron de que, o ponía dinero, o en cualquier momento un piloto de pago podía levantarle su asiento. Will Stevens tenía garantizado el suyo, de hecho, mediante el mismo sello económico. La realidad en el automovilismo actual es tan cruel como directa, sobre todo en equipos de mitad de tabla hacia abajo: tanto aportas, tantas carreras puedes quedarte en la Fórmula 1. Merhi sabía las reglas del juego antes de lanzar los dados, y el tablero es igual para todos entre la clase baja de la Fórmula 1: No money, no party.

Ahora sólo le quedan dos cartas para brillar y ganarse su continuidad: Sochi y Abu Dabi. De sus actuaciones ahí dependerá que se le vuelva a ver en la Fórmula 1 como piloto oficial, como piloto reserva, o como simple comentarista de televisión. Salvo que le toque la lotería, un mecenas le acoja o encuentre la manera de transformar el sudor de su trabajo en billetes de euros contantes y sonantes.

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