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Rosberg celebra su triunfo en Austria.
Rosberg, el rey de la montaña
FÓRMULA 1 | GP DE AUSTRIA

Rosberg, el rey de la montaña

El líder del Mundial comanda el sexto doblete de Mercedes, por delante del debutante en el podio Bottas, y con Alonso quinto tras una gran carrera

DAVID SÁNCHEZ DE CASTRO

Domingo, 22 de junio 2014, 12:17

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Nico Rosberg demostró en el Gran Premio de Austria que no le hace falta salir desde lo más alto para confirmar que es el hombre a batir. El alemán sumó su tercera victoria de la temporada, sexta en la Fórmula 1, con lo que supera por fin a su padre Keké. El segundo puesto fue para Lewis Hamilton, que realizó una de sus mejores salidas, quizá la mejor de su carrera deportiva, e hizo olvidar sus problemas en la clasificación del sábado. Una clasificación que dominó Williams y que en carrera se diluyó de manera sangrante. Pese al tercer puesto de Valtteri Bottas -el primero para él en Fórmula 1-, la estrategia del equipo de Grove fue para olvidar: erraron a la hora de cubrir las paradas de los hombres de Mercedes y dejaron prácticamente sin oposición el doblete de la escuadra germana.

El 'poleman' de la carrera, Felipe Massa, se quedó fuera del podio, con un cuarto puesto que sabe a poco, visto el resultado que podía haber conseguido, pero que puede saber a oro si se considera que a punto estuvo de perderlo frente a Fernando Alonso. El piloto español cuajó una carrera prácticamente ideal, visto el rendimiento que puede mostrar en esta temporada, y se quedó a poco más de un segundo de su excompañero. Massa acabó mirando por el retrovisor mientras una sombra roja le perseguía, incesantemente, a por un cuarto puesto que sin embargo sigue siendo un resultado que no sabe a mucho. Para sí se queda que, a la octava carrera, Alonso pudo por fin ser líder durante unos pocos kilómetros y que mantiene el pleno de victorias sobre su compañero, Kimi Räikkönen, que fue décimo.

El gran derrotado de la carrera fue Sebastian Vettel. Al alemán le está saliendo todo mal esta temporada, y sumó su tercer abandono de la temporada, los mismos que padeció en 2012 y 2013 juntos. Nada más salir se quedó sin marchas en su caja de cambios, mientras le pasaban todos los coches de la parrilla. Sus gritos por radio se resolvieron con un reinicio del monoplaza, pero ya había perdido todo. Después, un error propio cuando estaba luchando con Esteban Gutiérrez le provocó la rotura de su alerón delantero, por lo que tuvo que entrar a boxes a cambiarlo. Cuando volvió a pista, desde el muro, le pidieron que entrara en boxes para retirarse, ya que no merecía la pena forzar un motor para ni siquiera luchar por los puntos.

A Mercedes se le puso el doblete de cara en las primeras paradas en boxes. Después de una espectacular salida de Lewis Hamilton, que le llevó del noveno al cuarto puesto en menos de una vuelta, y ya con Rosberg al frente, a Williams le pudo la presión. El muro de Mercedes volvió a funcionar con una precisión de relojero suizo, y decidieron tomar las riendas de las paradas en boxes: en lugar de esperar a que pararan Massa y Bottas, se adelantaron ellos. Esto provocó que fueran los hombres de Williams los que tuvieran que replicarles.

Alonso resiste

Lo lógico hubiera sido parar en la vueltas inmediatamente siguientes para cubrirles y minimizar las diferencias. Lo que hicieron fue esperar demasiado, con lo que tanto Bottas como Massa salieron con demasiado tráfico por delante. De hecho, Massa acabó adelantado por su propio compañero Bottas y luchando al final de carrera con Alonso. La escuadra Williams, no obstante, consiguió sus mejores resultados de la temporada y confirma que el coche diseñado por Pat Fry está a la altura de disputarle el segundo puesto en parrilla a los Red Bull, en función del circuito.

En las últimas vueltas hubo un conato de lucha entre los pilotos Mercedes. Lewis Hamilton llegó a estar a menos de un segundo de Nico Rosberg, y en boxes se apresuraron a avisar. Al alemán le pidieron que no se defendiera demasiado y al británico que no atacara demasiado, pero al final ni uno ni otro se disputaron una victoria que no podían dejar escapar.

Mención aparte merece la carrera de Alonso. El piloto asturiano comenzó en cierta tierra de nadie, en una quinta plaza en la que conservó lo justo para llegar con fuerza al final. Mientras sus rivales de atrás llegaban mucho más rápido, el español pudo resistir con solvencia y, a la vez, reservarse para una posible lucha al final. De hecho, su pelea con Massa se diluyó sólo en las dos últimas vueltas, cuando los neumáticos decayeron y prefirió contentarse con la quinta posición. Un puesto que, no obstante, le sirvió para batir de nuevo a Kimi Räikkönen, cuyo décimo puesto vuelve a permitirle puntuar, aunque sigue estando muy lejos del rendimiento del asturiano.

La próxima carrera será en la cuna de la Fórmula 1, donde todo nació en 1950. Silverstone será la sede de un gran premio especial para todos, en el que se verá si Mercedes puede mantener su dominio -cosa que parece probable-, o si hay algún otro 'outsider' que puede ponerles las cosas difíciles. ¿Volverá Red Bull arriba? ¿Se confirmarán las buenas sensaciones de Williams? ¿Podrá Ferrari hacer... algo?

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