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El equipo Mercedes celebra la victoria en Barcelona.
Un dominio de los de antaño
MOTOR | FÓRMULA 1

Un dominio de los de antaño

El control total de Hamilton y Mercedes en el Mundial recuerda más a épocas en las que apostar por el ganador era lo más sencillo

David Sánchez de Castro

Lunes, 12 de mayo 2014, 18:31

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Una de las frases más repetidas en lo que se lleva de temporada de Fórmula 1 es que ya se sabe quién va a ganar antes de salir. Hace no mucho, el foco de las iras era Red Bull y, concretamente, Sebastian Vettel, pero ahora han cedido ese 'honor' a Mercedes y Lewis Hamilton. En Barcelona se comprobó el domingo cómo el nuevo líder del campeonato se llevaba su cuarta victoria consecutiva, quinta para el equipo de las flechas plateadas, y consumaba así un nuevo acto de tiranía sobre el resto de equipos. Fue doblado hasta el séptimo, Kimi Räikkönen, y sólo se escapó la vuelta rápida de carrera -la marcó Vettel- para que el pleno fuera absoluto. Tanto en las tres sesiones de entrenamientos libres como en las tres partes de la clasificación hubo un piloto Mercedes, bien Nico Rosberg, bien Lewis Hamilton, controlando el cotarro. Ni siquiera el Red Bull inmenso de la temporada 2011, por recordar una época reciente, había conseguido un pleno de cinco de cinco en el inicio de su año más glorioso en Fórmula 1.

Lewis Hamilton va encaminado, indefectiblemente, hacia su segundo campeonato. Sólo una posible pelea interna dentro de Mercedes podría evitarlo, pero ni siquiera hay una alternativa real al control absoluto de los pilotos de las flechas plateadas. A diferencia de lo ocurrido en 2007, cuando el propio Hamilton y Fernando Alonso se dejaron comer la tostada por Kimi Räikkönen en la última carrera, ahora no hay nadie les pueda hacer sombra. Aquel año ganó el finlandés el campeonato en la última prueba, sí, pero después de haber sido el piloto con más victorias de aquella campaña. Este año, sin embargo, la situación apunta a ser muy distinta. Si tapamos a Hamilton y Rosberg, el tercer clasificado de la general es Alonso. Un podio y actuaciones como siempre por encima de las posibilidades reales de su coche le han otorgado el curioso honor de ser 'el primero del resto'. No obstante, nada hace pensar que pueda ganar alguna posición: ya son 48 puntos de desventaja los que tiene con Rosberg, casi dos carreras.

Como en los años de Schumacher

El 'aburrimiento' al que está sometiendo Mercedes el Mundial no es algo ajeno a la Fórmula 1. Hay más temporadas de las que la corta memoria del aficionado quiere aceptar en las que una escudería ha creado un coche perfecto para ese año, y de hecho no hay que remontarse tanto para ver una actuación similar a la lograda por Mercedes esta temporada. La última vez que un solo equipo, y en este caso un solo piloto, dominó las cinco primeras carreras fue en 2004, cuando Michael Schumacher acabó redondeando su cifra de siete títulos de campeón del mundo. Antes, habría que remontarse a 1996, cuando Damon Hill y Jacques Villeneuve se repartieron 4-1 los cinco primeros grandes premios del año.

Fernando Alonso avisaba después de la carrera que, quizá, Mercedes sea capaz de ganar todas las carreras de la temporada. Eso es algo que no ha logrado nadie en la historia de la Fórmula 1, ni siquiera McLaren en aquel inolvidable año 1988 cuando entre Senna y Prost vencieron en todas las pruebas del Mundial excepto en una, el Gran Premio de Italia que se llevó Gerhard Berger.

El control absoluto de Mercedes en este 2014 choca con lo visto en las últimas temporadas. Red Bull siempre había sido superior, pero las diferencias entre Webber y Vettel hacían posible la entrada de otro piloto para colarse. La afición empieza a cansarse y aquella tonadilla de «con ver la salida ya sabes quién va a ganar», vuelve a entonarse en miles de hogares del mundo. No es culpa de la nueva normativa. Ni siquiera de Mercedes o de los pilotos. Ellos simplemente han hecho bien su trabajo, algo de lo que no pueden presumir los demás miembros del paddock. Red Bull se ha visto lastrado por un motor Renault que está siendo un quebradero de cabeza continuo, y ni siquiera los cambios de chasis les dan alguna ventaja. En McLaren se han desinflado como un mal souflé después de las buenas sensaciones de principio de temporada, y han vuelto a la cueva de las carreras sin puntos. Y qué decir de Ferrari: en Montmeló acabaron con un piloto doblado y otro en una sexta plaza y gracias, con más de un segundo y medio de desventaja a una vuelta.

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