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Nico Rosberg, eufórico, rociado de champán, junto a su esposa, Vivian Sibold, tras conquistar el título. :: afp
Rosberg conquista  el mundo

Rosberg conquista el mundo

Alonso acaba décimo la última prueba de la temporada y en el Mundial, mientras que Sainz abandona por un golpe de Palmer

DAVID SÁNCHEZ DE CASTRO

Lunes, 28 de noviembre 2016, 01:21

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La temporada 2016 de Fórmula 1 echó el cierre ayer en una épica y tensa carrera en Abu Dabi, donde se vio al Lewis Hamilton más desesperado. La décima victoria -se despide como el piloto más laureado de la temporada- no le permitió al británico llevarse la gloria que ya ha besado en otras tres ocasiones, ya que este domingo era para Nico Rosberg. El alemán, 34 años después que su padre, se ha convertido en campeón del mundo de Fórmula 1 y ha culminado una carrera deportiva que comenzó paseando por los guardarraíles que separan el asfalto del circuito de Mónaco de las lujosas calles de alrededor. A sus 31 años, el piloto de Wiesbaden dio una lección de cómo controlar la presión y apretar sólo cuando debía en una prueba en la que Hamilton sacó todas sus armas disponibles.

En la salida ya se vio que iba a ser muy complicado que el británico no acabase en lo más alto del podio, por lo que Rosberg buscó lo necesario, un podio. No precisaba aspirar a la décima victoria del año imperiosamente, sino sólo cubrirse de los Red Bull y los Ferrari, aliados inesperados de su compañero de equipo y rival del campeonato.

Por ello, cuando a mitad de carrera le avisaron de que necesitaba adelantar a Verstappen, Rosberg tuvo que tomar una decisión de esas que marcan la vida de un piloto. El holandés había cometido un trompo en la salida, y se vio obligado a remontar desde atrás en busca del podio. La estrategia que pensaron desde el sábado, cuando todos los pilotos de la parrilla ya le tienen cogida la matrícula, le permitieron plantarse en menos de 15 vueltas en posiciones serias de podio. Sin embargo, Rosberg necesitaba pasarle para asegurar que iba a revivir lo que le pasó a Fernando Alonso en Abu Dabi 2010. «Es crítico que adelantes a Verstappen», le dijeron. El todo o la nada se jugó en dos curvas: Rosberg le metió el coche, 'Mad Max' le cerró la puerta. y no se tocaron. Un suspiro de tranquilidad generalizado recorrió el 'paddock' de Abu Dabi, toda vez que un estruendoso aplauso ovacionaba a un Rosberg que demostró una ley que en la Fórmula 1, y en el deporte, es capital: los campeonatos no se esperan; se ganan.

Hamilton tiró y tiró, hasta que al final de la carrera vio que esa era una estrategia errónea. Irónicamente, cuanto más deprisa iba, y más ventaja le sacaba a Rosberg, más se desangraban sus opciones de campeonato. Desde boxes dejaron claro que no iban a beneficiar a ninguno de ellos, y clavaron las estrategias de sus dos pilotos. Aunque la inacción es una acción en sí: si nada cambiaba, Rosberg salía beneficiado. Por eso Hamilton decidió utilizar una táctica que, en los karts, es más habitual. Cambió el tempo de la carrera, impuso un adagio y aflojó el ritmo hasta el punto que desde su box le preguntaron la razón de ir tan lento. El motivo era evidente: quería que Vettel y Verstappen, que llegaba remontando, oliesen 'sangre' en el líder del Mundial.

La táctica casi le sale bien. Al final de la prueba, a falta de cinco vueltas, Nico Rosberg se vio sorprendido porque no estaba mirando hacia delante, sino que lo estaba haciendo hacia atrás. Vettel estaba en posiciones de DRS, Verstappen estaba a la espera de que el de Ferrari hincase el diente. pero al final no pasó nada. Hamilton se tenía que conformar con una victoria que no celebró con ganas, sino todo lo contrario. Por detrás, Nico Rosberg recibía las felicitaciones de su mujer Vivian, que le daba la enhorabuena. Lo había conseguido: ya era campeón del mundo de Fórmula 1.

Sabor agridulce

La última carrera fue, para los españoles, casi un síntoma del resto del año. Fernando Alonso tuvo una actuación sin demasiados excesos. El asturiano finalizó décimo, una posición por detrás de lo que había salido, pero por delante de Felipe Massa, que era el gran objetivo del fin de semana. Alonso finaliza la campaña en esa misma posición, lo que habla muy bien de su actitud y contrasta con la sensación general de McLaren: Jenson Button, en su última carrera en Fórmula 1, duró muy pocas vueltas por la rotura de la suspensión.

Peor le fue a Carlos Sainz, que acabó antes de tiempo por un golpe de Jolyon Palmer. El británico, renovado con Renault para sorpresa de todos, se llevó por delante al madrileño en la última parte de la carrera. El golpe le rompió la caja de cambios, y Carlos Sainz dijo adiós al fin de semana. Acaba duodécimo en la general, y con la sensación de que podía haber hecho algo más.

La temporada 2016 ya es historia, y lo es con el 33º campeón del mundo de la historia de la Fórmula 1. Nico Rosberg tendrá que defender a partir de marzo de 2017 su corona al volante de unos coches que, aseguran, devolverán el viejo lustre a un certamen cada vez más criticado. Los protagonistas serán los mismos: Rosberg, Hamilton, Vettel, Verstappen. ¿Alonso? Adiós, temporada 2016. Hola, pretemporada 2017.

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