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Pablo Morales, Manuel Sarria Vargas, José Luis Hernández Mérida, José Luis Hernández Díaz y Manolo Sarria.
Una 'familia' al frente de la Media Maratón

Una 'familia' al frente de la Media Maratón

Los organizadores de la carrera, que tienen asegurado el relevo en sus hijos, recuerdan los comienzos de la prueba

fernando morgado

Lunes, 13 de febrero 2017, 01:00

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«Lo que nos diferencia de otros organizadores es que nosotros somos una familia», aclara José Luis Hernández sentado frente a su ordenador en la oficina del negocio que ahora regenta su hijo, José Luis Hernández Díaz. Ambos esperan, tras terminar su jornada laboral, al resto del equipo de Málaga Sport, la empresa que organiza desde hace 27 años la Media Maratón de Málaga, para la reunión semanal. Hernández aprovecha para contestar algunos correos de los inscritos, que incluyen cuestiones y peticiones de lo más peregrinas. «Esto sí que daría para un buen reportaje», exclama entre risas. También se encarga de las redes sociales de la prueba.

El primero en aparecer es Manuel Sarria Vargas, hijo del popular humorista y máximo responsable de Málaga Sport, y poco después lo hace Pablo Morales, hijo del director técnico de la Media Maratón, Rafael Morales. Cuando llega Manolo Sarria, todos se levantan y se refieren a él como «señor presidente» en tono de broma. Se nota en esos detalles que realmente son una familia, aunque no todos compartan apellidos, pero sí han vivido juntos muchos años casi 35 de esfuerzo por sacar adelante una de las carreras más longevas de la provincia.

Ahora, Hernández y Sarria, los mayores, recuerdan con nostalgia sus inicios, cuando aún eran ese grupo de aficionados al atletismo que tenía por nombre oficial Adacross y, tras participar en muchas pruebas por toda España, decidieron embarcarse en la organización de la que sería conocida como la Carrera del Centro Cultural Renfe. Salía desde la calle La Unión y llegaba a Campanillas (la distancia era aproximada). «En una Renault 4L cabía todo el agua para los ciento y pico participantes. El recorrido ni siquiera estaba cortado al tráfico», rememora Hernández. Siete años más tarde, en 1991, consiguieron homologar la prueba, que pasó a llamarse Media Maratón de Málaga y a salir desde la que los organizadores consideraban su casa, el complejo deportivo de Carranque.

Los hermanos Sarria a la reunión no pudo asistir Juan, Hernández y Morales transmitieron su pasión a sus hijos, que hoy también son parte activa de Málaga Sport y recogen el testigo en la organización de la Media Maratón, que este año cumple su vigésima séptima edición. Todos guardan gratos recuerdos de aquellas primeras ediciones. «Desde chico he seguido los pasos del maestro comenta Manuel Sarria para referirse a su padre, y recuerdo ir detrás de él en la carrera sosteniéndole el micrófono». Para ellos era «un juego», como apunta Hernández Díaz, una oportunidad de llevarse a casa un buen puñado de chocolatinas de las que se incluían en la bolsa del corredor. «Luego nos pasábamos todo el año comiendo Lacasitos», añade.

Atletas de élite

Gracias a la voluntad de los miembros de Málaga Sport los aficionados al atletismo han podido ver a los mejores especialistas del mundo en los 21,095 kilómetros recorrer las calles de Málaga. Martín Fiz, Fabián Roncero, Manuela Machado, Alejandro Gómez, Antonio Serrano, los kenianos Silas Sang y Paul Tergat... Manolo Sarria podría continuar una lista interminable. Para ellos, amantes del deporte ante todo, tener tan cerca a la élite era especial. «Cuando vino Paul Tergat, tuvimos que retrasar la salida porque no llegaba a tiempo. Fue corriendo desde el hotel hasta la meta, salió y ganó sin apenas sudar», cuentan José Luis Hernández y su hijo.

Trabajan todo el año en la carrera. «Desde el lunes ya pensamos en la siguiente edición. Nos reunimos todos los meses, y en la recta final, cada semana. Descansamos en agosto», comenta Sarria. El día de la prueba lo viven con muchos nervios. «Yo perdí la ilusión infantil de los Reyes Magos y la recuperé con la Media Maratón», explica Hernández. La analogía no puede ser más acertada, pues hasta hace pocas ediciones la organización pasaba la noche anterior a la prueba en el estadio de atletismo.

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