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Tom Brady, exhultante tras ganar la Super Bowl.
Los Patriots conquistan una Super Bowl épica
FÚTBOL AMERICANO

Los Patriots conquistan una Super Bowl épica

Liderados por Tom Brady, se imponen en la prórroga tras remontar una desventaja de 25 puntos frente a los Falcons

Óscar Bellot

Domingo, 5 de febrero 2017, 04:02

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Los New England Patriots han escrito una de las páginas más brillantes y sorprendentes de la historia del deporte. El conjunto entrenado por Bill Belichick y liderado por Tom Brady se impuso a los Atlanta Falcons por 34-28 en la primera Super Bowl de la historia resuelta en la prórroga. Lo que ya de por sí hubiese representado un hito, el quinto anillo de los de Nueva Inglaterra, adquirió tintes épicos tras una increíble remontada de la que tampoco existían precedentes. El equipo de Massachusetts, que perdía por 21-3 al descanso y que llegó a marchar 28-3 abajo, levantó una desventaja de 25 puntos en sólo 13 minutos, para alzarse con el trofeo Vince Lombardi merced a un touchdown del running back James White en el tiempo suplementario que cercenaba las ilusiones de los de Georgia de lograr el primer título para una franquicia que únicamente había disputado una final antes. Y de paso confirmó a Brady como el mejor jugador de todos los tiempos, superando con sus cinco títulos los cuatro logrados por su idolatrado Joe Montana y por Terry Bradshaw. La rúbrica fue su coronación como MVP de la Super Bowl por cuarta ocasión en su carrera, una más que el gran mito de los San Francisco 49ers.

Lo visto sobre el césped del NRG Stadium de Houston, la casa de los Texans, es una de las mayores gestas deportivas que se recuerdan. Los Atlanta Falcons fueron dueños y señores de la primera parte, en la que consiguieron desdibujar a los New England Patriots como nadie hubiese sido capaz de vaticinar. Que los de Massachusetts se encontraban incómodos fue algo que quedó claro desde el inicio. Brady estaba atenazado, algo impropio de un quarterback que sumaba con ésta su séptima aparición en la Super Bowl. Tan sólo lograba armar el brazo el '12' para dar pases cortos que apenas propiciaban unas cuantas yardas de ganancia. Mucho se había hablado durante esta campaña del incontenible poderío ofensivo de los Falcons, por lo que se podía esperar que el equipo dirigido por Dan Quinn aceptase un cuerpo a cuerpo en ataque. Menos confianza había en su defensa. Pero fue ésta la que cortocircuitó a los Patriots, que se marcharon con un humillante 21-3 al descanso. Y si no acudieron a vestuarios con un rosco fue gracias a un field goal anotado por el kicker Stephen Gostkowski cuando agonizaba el segundo cuarto.

Dicen que la experiencia es un grado. Poco parecía importarle a esas alturas del partido a los Atlanta Falcons, que se movían a sus anchas. Había saltado al campo Matt Ryan, quarterback de los Falcons, con el aval que le otorgaba su nombramiento como MVP de la temporada. Claro que esa elección era un arma de doble filo teniendo en cuenta que sólo diez jugadores en la historia de la NFL habían logrado ganar la Super Bowl tras hacerse acreedores de esa condición. El último en hacerlo había sido Kurt Warner, en 1999. El maleficio también tocó este domingo al 'hombre de hielo'.

Vapuleo

Comenzó bien Atlanta, pese a que el primer cuarto se cerró sin que se moviese el marcador. Fue en el segundo donde hicieron sangre los Falcons. Habían transcurrido menos de tres minutos del mismo cuando Devonta Freeman anotó el primer touchdown entrando en la end zone por la izquierda. 0-7 en el marcador con el extra point. Los Falcons propinaban el primer golpe. Funcionaba a las mil maravillas la defensa del equipo de Dan Quinn, que atajaba el siguiente drive de los Patriots. El tight end Austin Hooper anotaba poco después el segundo touchdown, permitiendo a los de Georgia poner tierra de por medio: 0-14.

Los Patriots estaban desaparecidos. Desde 2002 no se marchaban al descanso sin anotar en un partido de playoffs. Consciente de que el tiempo corría en contra, Brady comenzó a soltar el brazo. Pero no estaba acertado. Un lanzamiento suyo fue interceptado por el cornerback Robert Alford, quien se lanzó a campo abierto para anotar el tercer touchdown del partido tras correr más de ochenta yardas. Restaba 2.21 del segundo cuarto y Atlanta ponía el 0-21. New England estaba contra las cuerdas, como ponía de manifiesto el gesto de abatimiento de su gran figura. El kicker Stephen Gostkowski evitó el rosco con una patada cuando agonizaba la primera parte que dejó el marcador 3-21 al descanso. Los Patriots llevaban cinco años sin encajar 21 puntos en un único cuarto. Atlanta se lo endosó casi sin despeinarse.

Resurrección

Los Patriots regresaron de vestuarios con una misión titánica. Su orgullo estaba herido tras el vapuleo que le habían infligido los Falcons. Dejaron patente su furia en la primera posesión, con un Julian Edelman desatado tras haber frenado la defensa el primer drive de los Falcons. Pero los receptores seguían cometiendo errores pocas veces vistas en los Patriots. El drive que hubiera podido significar un punto de inflexión se quedaba en nada.

Mientras Brady marraba sus pases largos, Ryan conectaba los suyos con una precisión arrolladora. Taylor Gabriel era su mejor socio. Con 3.29 del tercer cuarto disputado, Coleman anotaba un touchdown tras una secuencia ofensiva de 71 yardas que, sumado al extra point, dejaba el marcador en 28-3. ¿Todo sentenciado?

En un arranque de orgullo, Brady trató de levantar los ánimos agarrando el balón y sorteando a la defensa de los Falcons para conseguir el primer down a falta de cuatro minutos para que concluyese el tercer cuarto. Su golpe sobre la mesa sirvió para que James White anotase el primer touchdown de los de Nueva Inglaterra cuando quedaban poco más de dos minutos para la finalización del tercer cuarto. Gostkowski falló el extra point, dejando el marcador en 28-9.

A partir de ahí, el relato del encuentro es la narración de una resurrección épica. Lograron los Patriots otro field goal que ponía el 28-12 en el luminoso con casi diez minutos por disputarse del último cuarto. Soñaban aún gracias a un fumble que les devolvía el balón cuando restaban más de ocho minutos. El drive concluía con un touchdown de Amendola que levantaba de su asiento a la esposa de Brady, la top model Gisele Bündchen. White remataba con una conversión de dos puntos que dejaba el marcador en 28-20. Lo imposible se tornaba en factible.

A los Falcons les tocaba capear el temporal. Y no pudieron hacerlo peor. Los Patriots se la jugaban a todo o nada en un último drive en el que precisaban de un touchdown y una conversión de dos. Edelman obró un milagro al salvar una recepción a pase de Brady cuando el balón estaba a punto de besar el suelo. Amendola recepcionó el siguiente lanzamiento del quarterback, que mantenía las esperanzas del equipo de Nueva Inglaterra a dos minutos del final. White situaba el 28-26 en el marcador con un touchdown cuando quedaba un minuto. Anotaron la conversión y lograron la igualada.

Los Patriots remontaron 25 puntos en 13 minutos, algo jamás visto en la historia de la Super Bowl. Tampoco se había disputado nunca antes una prórroga. Los de Nueva Inglaterra habian permanecido en la lona durante más de tres cuartos, pero la capacidad de supervivencia del conjunto de Belichick no tiene igual. No basta con noquearles. O les matas o te matan. Atlanta se olvidó de ello, pensando antes de tiempo en la celebración. Y lo pagó caro.

Los Patriots disponían de la primera posesión en la prórroga. Y Brady no estaba dispuesto a cometer errores. El primer balón se lo puso en las manos de Amendola. El segundo en las de Hogan. Un touchdown les daba el partido. Y les convertía en leyendas. Edelman recibió el tercero de Brady. Los Patriots habían recorrido 50 yardas. Les faltaban 25. White avanzó otro trecho. Él fue el encargado de anotar el touchdown decisivo, ese que dejó a Ryan desolado y a Brady eufórico.

Ese equipo hecho de retales que hubo de sobreponerse a la ausencia por sanción de su quarterback durante los cuatro primeros encuentros de la temporada levantaba el Trofeo Vince Lombardi en las narices del comisionado de la NFL que bien pudo haberle dejado sin opciones con su decisión por el 'Deflategate'. Pero los de Massachusetts son inasequibles al desaliento, como demostraron una vez más en Houston al escribir una de las páginas más emocionantes de la historia del deporte.

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