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"Me gusta que nos llamen 'guerreras'; el balonmano es una batalla continua"

"Me gusta que nos llamen 'guerreras'; el balonmano es una batalla continua"

Pepa Moreno, capitana del Clínicas Rincón Málaga Costa del Sol, afirma que tras el regreso del conjunto malagueño a División de Honor sueña "con que el equipo se clasifique para jugar en Europa"

miguel céspedes

Martes, 16 de septiembre 2014, 12:43

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La jugadora malagueña del Clínicas Rincón de balonmano femenino Pepa Moreno es la piedra angular del equipo que dirige Diego Carrasco. La capitana, a sus 36 años, afronta su vigésima primera temporada en el club. Es la líder dentro del terreno de juego y, además, ayuda con su veteranía en las restantes parcelas del club.

Lleva desde los doce años dedicándose a este deporte, ¿no se cansa de competir?

No, se ha convertido en mi rutina diaria. Forma parte de mi vida. A veces se hace duro, pero lo necesito.

Teniendo compañeras en el equipo 18 años más jóvenes, ¿le sale la vena de entrenadora con ellas?

Yo intento transmitirles mi experiencia y mi sabiduría al equipo. Les doy consejos para ayudarlas en los momentos difíciles y enseñarlas en lo que puedo. Me gusta respetar la parcela del entrenador.

¿Se ve entrenando a su actual equipo en un futuro?

Aún no me lo he planteado. Por ahora, me decanto mejor por ser ayudante (ya lo hace en la selección juvenil de balonmano-playa junto a su entrenador Diego Carrasco). Me gustaría entrenar, pero prefiero ayudar.

En España resulta imposible vivir del balonmano, ¿verdad?

Sí, no se puede. Yo llevo toda la vida jugando, pero he tenido que compaginarlo con mi trabajo (es comercial). Mi flexibilidad laboral me lo ha permitido.

Salió unos meses de Málaga para probar suerte en otro equipo. ¿Lo hizo por motivos económicos o deportivos?

Estuve unos meses jugando con el Zuazo, en Baracaldo, en la División de Plata. Me fui para vivir una nueva experiencia, pero principalmente por necesidades económicas. Aquella etapa, en la que todo era nuevo para mí, fue bastante positiva. Me adapté bien.

Las mejores jugadoras nacionales emigran a otras ligas europeas. ¿Nunca le ha tentado jugar en el extranjero?

Carmen es el pilar fundamental de este club, junto a Diego. Sin ellos, este proyecto no hubiera salido adelante. No creo que haya mucha gente dispuesta a ofrecer lo que ellos dan voluntariamente. Yo no sabía que Carmen tenía pensado marcharse. Menos mal que sigue con nosotras.

Carmen Morales declaró hace unos días que pensó en dejar la presidencia al finalizar la temporada pasada. ¿Qué supone su figura en el club?

Carmen es el pilar fundamental de este club, junto a Diego. Sin ellos, este proyecto no hubiera salido adelante. No creo que haya mucha gente dispuesta a ofrecer lo que ellos dan voluntariamente. Yo no sabía que Carmen tenía pensado marcharse. Menos mal que sigue con nosotras.

¿Es cierto que usted la ayuda en funciones directivas?

(Risas). Sí, la ayudo en todo lo que puedo. Aunque soy una jugadora, y esa no es mi parcela, aprovecho el efecto mediático para seguir buscando apoyos. Soy consciente de que sin Carmen, la continuidad del club hubiera peligrado.

¿Qué le parece que las conozcan como guerreras?

Me gusta. Es un adjetivo bonito. El balonmano femenino es una guerra, una batalla continua por estar lo más arriba y conseguir patrocinadoras.

Ahora juega de pivote, ¿se sufre mucho en esa posición?

Es un puesto duro, con continua pelea en la zona: pellizcos, codazos, puñetazos... Hay que concienciarse para tener paciencia y la cabeza fria para acabar los partidos, porque hay jugadoras que te intentan sacar del partido. Si me pegan demasiado, le pido a Diego el lunes para descansar.

¿Qué consejo les da a las jugadoras de la cantera que aspiran a seguir su camino?

Que se marquen una meta y persigan su sueño a base de esfuerzo y constancia. Y que nunca abandonen. De los momentos difíciles, también se sacan cosas positivas.

Su entrenador dijo la semana pasada: «Sueño con tener un equipo competitivo, con gente malagueña, y poder retirarme con un partido de la Copa de la Reina con el pabellón de Carranque lleno». ¿Con qué sueña usted?

Yo sueño con que el equipo se clasifique para jugar en Europa. Sería lo máximo.

Y a sus 36 años, ¿la maternidad no entra en sus planes?

Por el momento, no me la planteo. Me gustaría, pero este año quiero disfrutarlo. Aún me encuentro bien físicamente. El balonmano tiene fecha de caducidad y no me pienso arrastrar en la pista. Si no hubiéramos ascendido, lo habría dejado. Tal vez este año, pero ¿y si nos clasificamos para jugar en Europa? No me lo perdería. (risas).

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