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El entrenador de Rusia, Stanislav Cherchésov. Reuters
Rusia y el miedo a decepcionar

Rusia y el miedo a decepcionar

Grupo A ·

Obligada a mostrar una buena imagen como anfitriona del torneo, sus últimos partidos ofrecen muchas dudas sobre sus posibilidades

Rafael Mañueco

Moscú

Lunes, 11 de junio 2018, 17:08

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Miedo escénico, eso es lo que tiene el entrenador de Rusia, Stanislav Cherchésov, y se lo ha contagiado a los jugadores, pese a sus mensajes de optimismo. La idea de que la anfitriona no logre pasar de la fase de grupos causa pánico. La afición rusa pide a su equipo «no ser como Sudáfrica», la única selección hasta ahora de un país organizador del Mundial, el de 2010, que fue eliminada en la primera fase.

Rusia se enfrenta en su grupo a Uruguay, Egipto y Arabia Saudí. La Prensa deportiva local admite que quedar en segundo puesto sería la única posibilidad de continuar vivos, ya que dan por hecho que Uruguay es para ellos un muro infranqueable. De manera que Arabia Saudí, una desconocida, y, sobre todo, Egipto serán los dos equipos a batir.

Pero para eso deberá emplearse a fondo y la cosa por el momento no pinta bien. El combinado de Cherchésov no ha ganado ni un solo partido desde octubre del año pasado, cuando se impuso a Corea del Sur (4-2) en un amistoso. Desde entonces ha jugado siete encuentros más, de los que ha perdido cuatro, contra Argentina, Brasil, Francia y Austria, y ha empatado tres, ante Irán, España y Turquía.

Cherchésov se hizo cargo de la selección rusa en agosto de 2016, tras la debacle que sufrió el conjunto en la Eurocopa. Pero no ha encontrado todavía el procedimiento para lograr una formación ganadora. Todos coinciden en que, de no haber sido porque el anfitrión de un Mundial se clasifica automáticamente, Rusia no estaría. De hecho, de las 32 selecciones que competirán la local está en la penúltima posición dentro del ránking FIFA, solo por delante de Arabia Saudí.

Por eso, el sentir general con respecto a la selección es de crisis. El rotativo 'Sport Express' se pregunta «por qué todos los jugadores se ven peores que cuando juegan en sus respectivos clubes» y achacan la responsabilidad de ello a Cherchésov. Tras el empate con Turquía, 'Sport Express' escribía «Todo va mal», calibrando así las perspectivas de Rusia. El diario publicaba también una encuesta que asegura que dos tercios de los rusos no esperan que su equipo supere la fase de grupos.

Cherchésov, de 54 años, fue guardameta de clubes como el Spartak de Ordzhonikidze, Spartak de Moscú, Lokomotiv, Dinamo de Dresde y Tirol de Innsbruck. Su carrera como entrenador comenzó en 2004 en el Kufstein austríaco y pasó después por el Wacker Innsbruck, el Spartak de Moscú, el Terek checheno, el Dínamo de Moscú y el Legia de Varsovia, entre otros. Formó además parte de las selecciones soviética y rusa en los Mundiales de 1994 y 2002.

Entre los jugadores, el delantero del Krasnodar, Fiódor Smólov, es uno de los más conocidos fuera del país. De él van a depender en gran medida las opciones de Rusia. Fue el mejor en el partido contra España, jugado el pasado 14 de noviembre en San Petersburgo. Antes de llegar al Krasnodar, pasó por el Dinamo de Moscú, el Feyenoord de Rotterdam, el Anzhi de Majachkalá y el Ural de Svérdlovsk.

En la formación rusa son igualmente de destacar el capitán, el portero Ígor Akinféev, con más de 100 partidos como internacional. También el mediapunta Alán Dzagóev, cerebro del CSKA, el veterano centrocampistaYuri Zhirkov y el defensa Ígor Smólnikov, ambos del Zénit de San Petersburgo, además de Alexánder Samédov (Spartak de Moscú) y el brasileño nacionalizado Mario Fernandes (CSKA).

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